„Die Colonia Dignidad zwischen Erinnern und Vergessen
Zur Erinnerungskultur in der ehemaligen Siedlungsgemeinschaft“
von Meike Dreckmann-Nielen im Transcript-Verlag erschienen.
Aus dem Klappentext:
Die Colonia Dignidad erlangte wegen zahlreicher bis heute unaufgeklärter Menschenrechtsverbrechen internationale Bekanntheit. Dass einstige Mitglieder der deutschen Gruppe das historische Siedlungsgelände in Chile unter dem Namen »Villa Baviera« (deutsch: bayerisches Dorf) schrittweise zu einem touristischen Freizeitort umfunktioniert haben, sorgt angesichts der mangelnden Aufarbeitung für anhaltende Kritik. Meike Dreckmann-Nielen untersucht, wie sich einstige Mitglieder der Gruppe heute an ihre eigene Vergangenheit erinnern. In ihrer Studie ermöglicht sie einen intimen Einblick in komplexe erinnerungskulturelle Dynamiken im Mikrokosmos der ehemaligen Siedlungsgemeinschaft.
Interview des Transcript-Verlags mit der Autorin:
1. Warum ein Buch zu diesem Thema?
Die Zeit der Colonia Dignidad zählt zu den dunkelsten Kapiteln deutsch-chilenischer Geschichte. Da die Aufarbeitung der dort begangenen Verbrechen bis heute nur schleppend vorangeht, ist sie allerdings längst nicht nur ein historisches Kapitel, sondern für viele Opfer bittere Gegenwart. Dieses Buch möchte nun einen Beitrag zur Aufarbeitung leisten, indem es aufzeigt, wie die eigene Vergangenheit im Mikrokosmos der ehemaligen Colonia Dignidad heute verhandelt wird und welche Konsequenzen dies hat.
2. Welche neuen Perspektiven eröffnet Ihr Buch?
Das Buch blickt erstmals dezidiert mit einer erinnerungskulturellen Fragestellung auf die Colonia Dignidad. Es untersucht den Umgang der einstigen Mitglieder der Colonia Dignidad mit ihrer eigenen Vergangenheit an dem Ort der historischen Menschenrechtsverbrechen, dem heutigen Tourismusort ›Villa Baviera‹. Das Buch spürt gruppeninternen Narrativen und Geschichtsbildern nach, um schließlich Wirkmechanismen erinnerungskultureller Dynamiken aufzuzeigen.
3. Welche Bedeutung kommt dem Thema in den aktuellen Forschungsdebatten zu?
Der Forschungsstand zum Thema Colonia Dignidad ist bisher sehr dünn. Eine ganze Monographie zum erinnerungskulturellen Erbe der Siedlungsgemeinschaft hat es bisher noch nicht gegeben. Das Buch knüpft damit vor allem an bisherige Grundlagenstudien zur Verbrechensgeschichte an und spannt einen Bogen in die Gegenwart, indem es die Bedeutung komplexer Aushandlungsprozesse von Vergangenem in der Gegenwart einer spezifischen Siedlungsgemeinschaft analysiert.
4. Mit wem würden Sie Ihr Buch am liebsten diskutieren?
Ich wünsche mir noch einmal die Gelegenheit, persönlich mit den Betroffenen über meine Erkenntnisse aus der Forschungsarbeit zu sprechen. Leider kam die Pandemie dazwischen, sodass noch kein neues Treffen stattfinden konnte. Aktuell freue ich mich darauf, bei der Buchpräsentation im März 2022 mit Renate Künast und Elke Gryglewski über meine Ergebnisse zu diskutieren und ihre spezifischen Sichtweisen dazu zu hören.
5. Ihr Buch in einem Satz:
Das Buch beleuchtet, wie die ehemaligen Mitglieder der Colonia Dignidad heute am historischen Ort der Siedlung mit der eigenen Geschichte umgehen.
Foto von dem bisherigen Museum der Villa Baviera, Bildrechte: MDN
Veranstaltungshinweis:
Am 22.3.2022 wird am Arbeitsbereich „Didaktik der Geschichte“ der Freien Universität Berlin das Buch
Die Colonia Dignidad zwischen Erinnern und Vergessen Zur Erinnerungskultur in der ehemaligen Siedlungsgemeinschaft
von Meike Dreckmann-Nielen vorgestellt. Das Werk erscheint als OpenAccess-Version im März 2022 im Transcript-Verlag.
Aus dem Klappentext: Die Colonia Dignidad erlangte wegen zahlreicher bis heute unaufgeklärter Menschenrechtsverbrechen internationale Bekanntheit. Dass einstige Mitglieder der deutschen Gruppe das historische Siedlungsgelände in Chile unter dem Namen »Villa Baviera« (deutsch: bayerisches Dorf) schrittweise zu einem touristischen Freizeitort umfunktioniert haben, sorgt angesichts der mangelnden Aufarbeitung für anhaltende Kritik. Meike Dreckmann-Nielen untersucht, wie sich einstige Mitglieder der Gruppe heute an ihre eigene Vergangenheit erinnern. In ihrer Studie ermöglicht sie einen intimen Einblick in komplexe erinnerungskulturelle Dynamiken im Mikrokosmos der ehemaligen Siedlungsgemeinschaft.
Flyer zur Buchvorstellung von Meike Dreckmann-Nielen
Zum Ablauf der Buchpräsentation: 19:00 – 19:05 Uhr Begrüßung durch Prof. Dr. Martin Lücke (Friedrich-Meinecke-Institut der Freien Universität Berlin) 19:05 – 19:20 Uhr Vorstellung des Buches durch die Autorin Meike Dreckmann-Nielen 19:20 – 19:30 Uhr Buch-Kommentar von Renate Künast MdB 19:30 – 19:40 Uhr Buch-Kommentar von Dr. Elke Gryglewski 19:40 – 20:00 Uhr Fragen und Diskussion
Hinweis: Die Veranstaltung findet online über Webex statt und die Zugangsdaten werden nach einer Anmeldung per Mail an clemens.bertram@fu-berlin.de verschickt. Die Teilnahme ist auch ohne Webex-Konto möglich.
Entrevista con Evelyn Hevia Jordán sobre su investigación de la historia del hospital de Colonia Dignidad
(Die deutsche Übersetzung ist weiter unten zu finden.)
Evelyn Hevia Jordán es psicóloga social e historiadora. Nacida en Chile, estudia la historia del hospital Colonia Dignidad como parte de su proyecto de tesis. En la siguiente entrevista, nos habla de su apasionante proyecto de investigación, en el que trabaja en el Instituto de América Latina de la Universidad Libre de Berlín.
Meike Dreckmann-Nielen: ¿Cómo llegaste a investigar sobre la Colonia Dignidad?
Evelyn Hevia Jordán: Desde mis años de adolescencia el tema de la Colonia Dignidad estuvo presente en mi imaginario y conocimiento general como una secta alemana con un líder pederasta a la cabeza. Tenía 16 años en 1997, cuando se produjo la fuga de Tobías Müller y Salo Luna, que tuvo una amplia cobertura de prensa, impactándome enormemente, pues éramos casi de la misma edad y nos tocaba enfrentar una vida tan diferente.
Años más tarde, como estudiante de psicología, tuve como profesor del ramo de psicopatología al Dr. Luis Enrique Peebles, quien como parte de su curriculum se presentó ante el curso como un “superviviente de la Colonia Dignidad” y “testigo clave contra Paul Schäfer y la Colonia”. En ese entonces, año 2003 ó 2004, Schäfer seguía prófugo de la justiciar chilena.
Desde mis años de estudiante universitaria me dediqué a trabajar como ayudante en asignaturas e investigaciones que tenían que ver con los procesos de elaboración del pasado reciente de la dictadura cívico-militar chilena, entonces la Colonia Dignidad era un tema que rondaba, pero no era mi foco. Fue acercándose a través de mi experiencia de trabajo como entrevistadora en el Archivo Oral de Villa Grimaldi, donde varios testigos se referían a la Colonia como un Centro de prisión política y tortura y como parte de la red de recintos secretos de la DINA. Sin embargo, solo, en 2013 fui invitada a participar en la elaboración de un primer proyecto de Archivo Oral cuyo foco era el caso Colonia Dignidad. Sin embargo, ese proyecto no se materializó, pero ese fue mi primer contacto investigando el caso. Ahí pude constatar por primera vez la magnitud y complejidad de este caso y de algún modo me sentí fuertemente llamada a intentar entender ¿cómo esto fue posible? Desde entonces, el tema Colonia Dignidad, su pasado, pero, sobre todo, sus desafíos en el presente, sus actores y actrices se han vuelto el foco central de mi trabajo.
MDN: Eres psicóloga e historiadora, ¿cómo te ayuda esta combinación en tu trabajo sobre Colonia Dignidad?
EHJ: La interdisciplinariedad es necesaria e indispensable, siempre a mis estudiantes de metodologías de la investigación cualitativa les decía: “a problemas complejos, abordajes disciplinares y metodológicos complejos”. De este modo, creo que una disciplina no puede ponerse como un traje que nos restrinja las posibilidades de comprender e intervenir en un fenómeno social. Así que me he formado en dos disciplinas que de algún modo se ocupan por el pasado, en la versión de la psicología más clásica centrada en el individuo, el foco está puesto en cómo ese pasado, las relaciones primarias, familiares y la socialización afecta la vida y relaciones en el presente para una persona. Por otro lado, la historia, nos ofrece una comprensión desde procesos sociales, políticos, culturales del pasado, para comprender nuestras problemáticas en el presente. Esto dicho de modo muy general, porque sabemos que para ambas disciplinas hay debates y corrientes que marcan diferencias.
De ambas, rescato su precisión y aportes metodológicos. La psicología me ha entregado valiosas herramientas en el trabajo directo con las personas, que hacen posible construir confianzas, cuidar el vínculo y respetar a todas las personas en su condición de seres humanos que han sufrido de diversos modos, en diversas circunstancias y por la acción u omisión de diversos actores. La reflexión ética, la capacidad de escucha, la confidencialidad y un análisis puesto en las relaciones, juegan un rol clave en ello. Por otro lado, está la historia, que me ha entregado una comprensión del contexto social, político, judicial y cultural de una determinada época. El trabajo con archivos, fuentes, es una disciplina que invita a buscar la multiperspectiva y a cuestionar también la noción de verdad, con mayúsculas, me enseña a cultivar la cautela antes de dar algo por hecho, pues la historia también es el resultado del tiempo en que se escribe y de las condiciones de posibilidad o limitaciones que tiene quien la escribe. La historia, exige un examen constante de las fuentes y de los modos de interpretarlas. Por ejemplo, en el caso Colonia Dignidad, existen numerosas declaraciones judiciales, pero hoy sabemos que muchas de ellas fueron hechas bajo presión de sus testigos en los tiempos de Schäfer, entonces es importante cuestionar el valor de verdad, lo que no significa que no sirvan para el trabajo histórico, pero hay que contrastar y analizarlas en ese marco temporal.
MDN: ¿Por qué has elegido el tema del hospital?
EHJ: En mi hipótesis central de investigación el hospital representa el centro del complejo funcionamiento de Colonia Dignidad y de algún modo, fue el que aseguró la institucionalización legal de la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad (SBED) en Chile, permitiendo su posterior consolidación y su funcionamiento por tanto tiempo a pesar de las denuncias ya existentes. Por otra parte, en torno al hospital se construyen y refuerzan una serie de discursos sobre el saber médico-científico y sobre las ideas germanófilas tan difundidas desde mucho antes en Chile: orden, limpieza, trabajo, esfuerzo, puntualidad, etc. También, elegí el hospital porque es un caso desafiante en términos éticos y políticos, quizás esto es lo más sensible y complejo, porque implica hablar de las zonas grises, como lo planteara Primo Levi. El hospital cumplió un rol donde el Estado chileno se vio superado y se practicaron atenciones médicas efectivas que lo diferenciaban de un sistema de salud público deficitario, pero, por otro lado, el hospital contribuyó a esconder prácticas criminales y eso es un hecho que no lo digo yo, sino también lo han señalado ante la justicia quienes participaron y fueron víctimas de esos crímenes.
MDN: ¿Cuál es tu objetivo de investigación?
EHJ: Mi objetivo es reconstruir la historia del hospital, desde su instalación como hospital “El Lavadero”, hasta el cierre, como hospital “Villa Baviera”. Para lo cual he determinado hasta ahora tres periodos históricos: Instalación e institucionalización; consolidación y cierre. Por cierto, mi tesis doctoral es el primer trabajo con el foco puesto en el hospital y espero que luego vengan otros que profundicen, expliquen, amplíen o cuestionen mis hallazgos.
MDN: ¿Cuáles son tus fuentes?
EHJ: He trabajado y sigo trabajando con fuentes documentales escritas, prensa y entrevistas.
MDN: ¿Puedes compartir ya con nosotros algunos hallazgos? ¿O es demasiado pronto para eso?
EHJ: Todavía es pronto. Sin embargo, ha sido interesante en el contexto de mi primer capítulo donde pongo en contexto la instalación e institucionalización del hospital, observar la problemática histórica (de larga duración) que ha tenido (y tiene todavía) Chile para dar cobertura de salud pública a su población. La existencia de sociedades de beneficencia que llevaban (y llevan) a cabo tareas sanitarias no empieza ni termina con el hospital de la Colonia. Eso me llevó bastante tiempo estudiarlo y creo que queda asentado el contexto que hace posible la creación de este hospital, a pesar de que no contaba con los permisos legales de la autoridad sanitaria desde sus inicios, sino que estas autorizaciones se logran en el contexto de la comisión investigadora del parlamento en 1968. Hay que recordar que la personalidad jurídica era para beneficencia centrada en la educación.
Por otro lado, he observado cómo las conexiones germano-chilenas de larga data contribuyeron a cimentar un camino que facilitó ese proceso de institucionalización, donde participaron varios funcionarios y autoridades que tenían conexiones familiares o personales con Alemania y que tenían una muy buena opinión sobre lo que podría ofrecer una sociedad benefactora alemana en Chile.
Un tercer hallazgo preliminar, es que desde los orígenes la Colonia va a probar algunas estrategias para enfrentar sus acusaciones públicas y esto se observa en los orígenes del hospital. Por un lado, está la que he denominado “estrategia de los hechos consumados” y que en el caso del hospital va a permitir su legalización cuando ya llevaba varios años funcionando, pues hubiera sido “imposible” para las autoridades chilenas cerrar un hospital cuando el país en la década de los 60 tenía tantas necesidades sanitarias. Esta es una argumentación que queda incluso expresada en las intervenciones de Patricio Aylwin en 1968. Por otro lado, está la “estrategia de los favores”, que en el caso del hospital se observa con el apoyo que el personal del hospital El Lavadero prestó ante la huelga nacional del sector salud en 1966. El apoyo al sector público de salud, le valió el reconocimiento por escrito de autoridades sanitarias y el ofrecimiento de apoyo incondicional que quedó por escrito y que fue utilizado en defensa de la SBED en el marco de las acusaciones tras la fuga de Wolfgang Müller y Wilhelmine Lindemann en 1966 y en el marco de las investigaciones y discusiones parlamentarias de 1968.
MDN: ¿Cuál crees que es el mayor desafío de la investigación de Colonia Dignidad?
EHJ: Hay un desafío ético. Como dijo en cierta ocasión Horst Schaffrik, esto no es un tema del pasado, no es historia. Y tiene razón. No es un tema del pasado del que se pueda hacer historia como si las personas afectadas no siguieran vivas sufriendo las consecuencias de las acciones del pasado, pero también de las inacciones o falta de voluntad política del presente, que tan nítidamente vemos en el caso de familiares de detenidos desparecidos, quienes a casi 50 años siguen exigiendo saber dónde están y qué pasó con sus familiares, o de los jóvenes chilenos abusados sexualmente que llevan años esperando el pago de sus indemnizaciones. El desafío ético tiene que ver con el tratamiento que le damos al caso y a las personas que muchas veces nos cooperan, por ejemplo, con entrevistas. Hay que evitar caer en el “extractivismo académico”, donde vamos, entrevistamos y luego publicamos nuestros trabajos y nunca las personas entrevistadas supieron en qué y cómo usamos sus relatos.
Por otra parte, hay que desarrollar investigaciones que no solo contribuyan al conocimiento especializado de este tema, sino también al conocimiento público, el tema de la Colonia y de las violaciones a los DDHH son temas de interés público actual y también para las generaciones que vienen.
Un reto metodológico y analítico, tiene que ver con cómo se interpretan o analizan las fuentes, hay que desarrollar fórmulas que permitan contrastar fuentes. También, un reto es cómo acotar nuestros temas de investigación, creo que a todos quienes nos hemos aproximado al caos de la Colonia desde la investigación, nos ha pasado sentir la necesidad de explicarlo todo (lo que es imposible) para entrar en un foco específico. Hoy se necesitan investigaciones que aborden tantas dimensiones particulares que nunca nadie ha pensado ni trabajado y desde diferentes enfoques científicos e incluso artísticos, creativos.
También hay un desafío idiomático, este es un caso que involucra dos idiomas y tenemos que hacer esfuerzos notables quienes nos interesamos por estos temas para aprender la otra lengua.
MDN: ¿Por qué te fascina el tema de la Colonia Dignidad?
EHJ: Es un tema que necesita un compromiso de larga data. En mi caso, me he acercado en mi rol como psicóloga social y luego como investigadora en historia. He conocido a los diferentes grupos de víctimas y el contacto con ellos y ellas me ha tocado en una dimensión de compromiso humano y profesional. Una no puede simplemente irse a la casa cuando hay tanto por hacer en el ámbito de la investigación, del acompañamiento, de la escucha, de la justicia, del conocimiento histórico, de la memoria y de la transmisión a las nuevas generaciones. Entonces, me compromete el trabajo en diferentes áreas que hay por hacer, las relaciones humanas que he ido construyendo y la confianza que muchos y muchas han puesto en mi persona, entonces todas son razones muy poderosas para seguir e intentar contribuir con un granito de arena a todo esto.
MDN: ¿Hay algún tema que, en tu opinión, debería recibir más atención en la investigación científica?
EHJ: Hay muchos temas, pues la investigación científica es muy reciente. Entonces, solo puedo alentar a investigadores jóvenes (y no tan jóvenes) a interesarse por este tema desde sus diferentes áreas de trabajo. También a los artistas y creadores, sabemos cuánto han aportado al debate y conocimiento público, las producciones audiovisuales, teatrales, novelas.
Eso sí, mi invitación es siempre considerando la dimensión ética en el trabajo. Estos son temas sensibles y que no pueden convertirse simplemente en objetos de estudio o creación, descuidando que nuestros principales interlocutores o público interesado son precisamente quienes fueron afectados por la Colonia.
MDN: ¿Qué consejo darías a las jóvenes becarias que quisieran iniciar un proyecto de investigación sobre el tema de la Colonia Dignidad?
EHJ: El primero y más fundamental, es el cuidado y respeto por el tratamiento de este tema, no olvidar que es un tema que interesa no solo en la academia sino a las personas que vivieron estos hechos, entonces ellos serán sus principales críticos. El segundo, es cuidarse y cuidar las relaciones que se establecen con las personas, hay que evitar caer en “alianzas” o “secretismos” que refuercen esquemas del pasado. Mantener durante el trabajo de investigación una actitud crítica y autocrítica respecto de las decisiones teóricas, metodológicas y éticas que se toman, ponderando sus efectos en los resultados. Mirar la multiperspectiva como algo que juega a favor de nuestro trabajo y no como una barrera. Y, por último, construir redes de trabajo, colaborar, intercambiarse con colegas, eso siempre ayuda a mantener esa reflexividad en el proceso de investigación.
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Evelyn Hevia Jordán vor dem Krankenhaus der Colonia Dignidad (Copyright: Evelyn Hevia Jordán)
Evelyn Hevia Jordán über ihre Forschungen zum Krankenhaus der Colonia Dignidad
Evelyn Hevia Jordán ist Sozialpsychologin und Historikerin. Die gebürtige Chilenin befasst sich im Rahmen ihres Dissertationsprojekts mit der Geschichte des Krankenhauses der Colonia Dignidad. Im Folgenden Interview gibt sie einen Einblick in ihr spannendes Forschungsprojekt, welches sie am Lateinamerikainstitut der Freien Universität Berlin erarbeitet.
Meike Dreckmann-Nielen: Wie kamst du dazu, zur Colonia Dignidad zu forschen?
Evelyn Hevia Jordán: Seit meiner Teenagerzeit war das Thema der Colonia Dignidad als eine deutsche Sekte mit einem pädokriminellen Anführer an der Spitze präsent. Ich war im Jahr 1997 gerade 16 Jahre alt, als die Flucht der Colonia-Mitglieder Tobias Müller und Salo Luna Schlagzeilen in der Presse machte. Die Geschichte hatte einen großen Einfluss auf mich, da wir fast gleich alt waren und doch ein so unterschiedliches Leben vor uns hatten. Erst Jahre später, als Psychologiestudentin, wurde ich in Psychopathologie von Dr. Luis Enrique Peebles unterrichtet, der sich im Rahmen seines Lehrplans als „Überlebender der Colonia Dignidad“ und „Kronzeuge im Fall Paul Schäfer“ vorstellte. Zu diesem Zeitpunkt, etwa 2003 oder 2004, war Paul Schäfer noch auf der Flucht vor der chilenischen Justiz.
Während des Studiums hatte ich dann als studentische Mitarbeiterin in Projekten mitgearbeitet, die sich den Prozessen der Aufarbeitung der jüngsten Vergangenheit der chilenischen zivil-militärischen Diktatur widmeten. In diesem Kontext war die Colonia Dignidad zwar Thema, sie war aber nicht mein Schwerpunkt.
Das Thema Colonia Dignidad begegnete mir zunehmend im Kontext meiner Arbeitserfahrung als Interviewerin im Oral History Archiv der Villa Grimaldi. Dort hatten mehrere Zeitzeug:innen die Colonia als politisches Gefängnis und Folterzentrum, sowie als Teil des Netzwerks der DINA bezeichnetet. Im Jahr 2013 wurde ich schließlich eingeladen, an der Ausarbeitung eines der ersten Mündlichen Archive mitzuwirken, das sich mit dem Fall Colonia Dignidad befassen sollte. Dieses damalige Projekt kam zwar nie zustande, aber es war eben mein erster Kontakt mit diesem Fall. Dort konnte ich zum ersten Mal das Ausmaß und die Komplexität der Colonia Dignidad sehen. Jenes wollte ich immer besser zu verstehen lernen. Seitdem ist das Thema Colonia Dignidad, seine Vergangenheit, aber vor allem seine gegenwärtigen Herausforderungen, seine Akteure und Akteurinnen in den Mittelpunkt meiner Arbeit gerückt.
MDN: Du bist Psychologin und Historikern; wie hilft dir diese Kombination in deiner Arbeit zur Colonia Dignidad?
EHJ: Interdisziplinarität ist notwendig und unverzichtbar. Ich habe meinen Student:innen der qualitativen Forschungsmethodik immer gesagt: „Komplexe Probleme erfordern komplexe disziplinäre und methodische Ansätze“. Ich bin in zwei Disziplinen ausgebildet worden, die sich in irgendeiner Weise mit der Vergangenheit befassen. Die klassischere Version der Psychologie, die sich auf das Individuum konzentriert, legt den Fokus darauf, wie die Vergangenheit, also die frühen Beziehungen, die Familie und ihre Sozialisation das Leben in der Gegenwart beeinflusst. Auf der anderen Seite bietet uns die Geschichte ein Verständnis von sozialen, politischen, kulturellen Prozessen der Vergangenheit, um unsere sozialen, politischen und kulturellen Probleme in der Gegenwart zu verstehen. Das ist sehr allgemein gesagt, denn wir wissen, dass es für beide Disziplinen Debatten und Strömungen gibt, die unterschiedlich geprägt sind.
An beiden schätze ich ihre Präzision und ihre methodischen Ansätze. Die Psychologie hat mir in der direkten Arbeit mit Menschen wertvolle Werkzeuge an die Hand gegeben, um Vertrauen aufzubauen, die zwischenmenschliche Bindung zu pflegen und alle Menschen in ihrem Zustand als menschliche Wesen zu respektieren. Sie haben alle auf unterschiedliche Weise, unter unterschiedlichen Umständen und durch das Handeln oder Unterlassen verschiedener Akteur:innen gelitten. Ethische Reflexion, die Fähigkeit zuzuhören, Vertraulichkeit und Beziehungsanalyse spielen dabei eine zentrale Rolle.
Auf der anderen Seite gibt es die Geschichte, die mir ein Verständnis für den sozialen, politischen, rechtlichen und kulturellen Kontext einer bestimmten Zeit vermittelt hat. Die Arbeit mit Archiven und Quellen ist eine Disziplin, die mich dazu einlädt, eine Multiperspektive zu suchen und den Begriff der Wahrheit in Frage zu stellen. Sie lehrt mich, Vorsicht zu kultivieren, bevor ich etwas als selbstverständlich annehme, denn Geschichte ist auch das Ergebnis der Zeit, in der sie geschrieben wird, und der Bedingungen des Möglichen oder der Einschränkungen, die der*die Autor:in hat. Sie erfordert eine ständige Auseinandersetzung mit den Quellen und den Möglichkeiten, sie zu interpretieren. Zum Beispiel gibt es im Fall Colonia Dignidad zahlreiche gerichtliche Aussagen. Heute wissen wir allerdings, dass viele von ihnen unter dem Druck auf Zeug:innen während der Zeit Schäfers gemacht wurden, so dass es wichtig ist, ihren Wahrheitswert zu hinterfragen. Dies bedeutet nicht, dass sie für die historische Arbeit nicht nützlich sind, aber sie müssen in diesem Zeitrahmen kontrastiert und analysiert werden.
MDN: Warum hast du dir das Thema des Krankenhauses ausgesucht?
EHJ: In meiner zentralen Hypothese stellt das Krankenhaus das Zentrum des komplexen Funktionierens der Colonia Dignidad dar. In gewisser Weise war es dasjenige, das die legale Institutionalisierung der Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad in Chile sicherstellte, was dann ihre Konsolidierung und ihr Funktionieren für so lange Zeit trotz der Denunziationen ermöglichte. Andererseits werden um das Krankenhaus herum eine Reihe von Diskursen über medizinisch-wissenschaftliches Wissen und über die in Chile schon lange vorher verbreiteten germanophilen Vorstellungen konstruiert und verstärkt: Ordnung, Sauberkeit, Arbeit, Anstrengung etc. Ich habe das Krankenhaus auch deshalb gewählt, weil es in ethischer und politischer Hinsicht ein herausfordernder Fall ist. Vielleicht ist es der sensibelste und komplexeste Fall, weil er impliziert, über Grauzonen zu sprechen, wie Primo Levi es ausdrückte. Das Krankenhaus erfüllte eine Rolle, in der es den chilenischen Staat übertraf und eine effektive medizinische Versorgung bot, die sich von einem mangelhaften öffentlichen Gesundheitssystem abhob. Auf der anderen Seite trug das Krankenhaus dazu bei, kriminelle Praktiken zu verbergen. Das ist eine Tatsache, die ich nicht selbst behaupte, sondern auf die auch vor Gericht von denjenigen hingewiesen wurde, die an diesen Verbrechen beteiligt waren und Opfer davon wurden.
MDN: Was ist deine Forschungsabsicht?
EHJ: Mein Ziel ist es, die Geschichte des Krankenhauses zu rekonstruieren, von seiner Gründung als Krankenhaus El Lavadero bis zu seiner Schließung als Krankenhaus Villa Baviera. Zu diesem Zweck habe ich bisher drei historische Perioden bestimmt: Installation und Institutionalisierung, Konsolidierung und Schließung.
MDN: Was sind deine Quellen?
EHJ: Ich habe mit schriftlichen dokumentarischen Quellen, Presseveröffentlichungen und Interviews gearbeitet und werde dies auch weiterhin tun.
MDN: Kannst du schon ein paar Erkenntnisse mit uns teilen? Oder ist es dafür noch zu früh?
EHJ: Noch ist es etwas früh. Im Zusammenhang mit meinem ersten Kapitel, in dem ich die Einrichtung und Institutionalisierung des Krankenhauses in einen Kontext gestellt habe, war es jedoch interessant, die (seit langem bestehenden) historischen Probleme zu beobachten, die Chile bei der Versorgung seiner Bevölkerung mit öffentlichen Gesundheitsdiensten hatte (und immer noch hat). Die Existenz von Wohltätigkeitsvereinen, die Gesundheitsaufgaben wahrnahmen (und noch immer wahrnehmen), beginnt und endet nicht mit dem Krankenhaus der Colonia Dignidad. Es hat mich viel Zeit gekostet, dies zu studieren, und ich glaube, dass der Kontext, der die Gründung dieses Krankenhauses ermöglichte, feststeht, auch wenn es nicht von Anfang an über die gesetzlichen Genehmigungen der Gesundheitsbehörde verfügte, sondern diese Genehmigungen erst im Rahmen des parlamentarischen Untersuchungsausschusses von 1968 eingeholt wurden. Es sei daran erinnert, dass der Rechtsstatus gemeinnützigen Zwecken diente und der Schwerpunkt auf der Bildung lag.
Andererseits habe ich beobachtet, wie langjährige deutsch-chilenische Verbindungen dazu beigetragen haben, einen Weg zu ebnen, der diesen Institutionalisierungsprozess erleichterte, an dem mehrere Beamte und Behörden beteiligt waren, die familiäre oder persönliche Verbindungen zu Deutschland hatten und die eine sehr gute Meinung davon hatten, was eine deutsche Wohlfahrtsgesellschaft in Chile bieten könnte.
Ein drittes vorläufiges Ergebnis ist, dass die Colonia von Anfang an einige Strategien versuchte, um sich den öffentlichen Anschuldigungen zu stellen, was sich in den Ursprüngen des Krankenhauses zeigt. Einerseits gibt es das, was ich die „Strategie der vollendeten Tatsachen“ genannt habe, die im Fall des Krankenhauses dessen Legalisierung ermöglichte, als es bereits seit mehreren Jahren in Betrieb war. Es wäre für die chilenischen Behörden „unmöglich“ gewesen wäre, ein Krankenhaus zu schließen, als das Land in den 1960er Jahren so viele gesundheitliche Bedürfnisse hatte. Dieses Argument kommt sogar in den Reden von Patricio Aylwin im Jahr 1968 zum Ausdruck. Andererseits gibt es die „Strategie der Gefälligkeiten“, die sich im Falle des Krankenhauses in der Unterstützung des nationalen Streiks im Gesundheitssektor im Jahr 1966 durch das Personal des Krankenhauses El Lavadero zeigt. Diese Unterstützung des öffentlichen Gesundheitswesens wurde von den Gesundheitsbehörden schriftlich anerkannt und zur Verteidigung der SBED im Zusammenhang mit den Anschuldigungen nach der Flucht von Wolfgang Müller und Wilhelmine Lindemann im Jahr 1966 sowie im Rahmen der parlamentarischen Untersuchungen und Diskussionen im Jahr 1968 herangezogen.
MDN: Was ist deiner Meinung nach die größte Herausforderung an der Forschung zur Colonia Dignidad?
EHJ: Es gibt eine ethische Herausforderung. Wie der Colonia-Zeitzeuge Horst Schaffrik einmal sagte: Das ist keine Sache der Vergangenheit, das ist keine Geschichte. Und er hat Recht. Es handelt sich nicht um ein Thema der Vergangenheit, das man zur Geschichte machen kann, als ob die Betroffenen nicht noch am Leben wären und unter den Folgen vergangener Handlungen leiden würden, sondern auch um die Untätigkeit oder den mangelnden politischen Willen der Gegenwart, was wir so deutlich im Fall der Angehörigen von verschwundenen Häftlingen sehen, die fast 50 Jahre später immer noch verlangen, zu erfahren, wo sie sind und was mit ihren Angehörigen passiert ist. Oder der sexuell missbrauchten jungen Chilenen, die seit Jahren auf ihre Entschädigung warten. Die ethische Herausforderung hat mit der Behandlung zu tun, die wir dem Fall und den Menschen geben, die oft mit uns kooperieren, zum Beispiel bei Interviews. Wir müssen vermeiden, in die Falle des „akademischen Extraktivismus“ zu tappen, wo wir hingehen, Interviews führen und dann unsere Arbeit veröffentlichen und die Menschen, die wir interviewt haben, nie erfahren, wie wir ihre Geschichten verwendet haben.
Andererseits müssen wir Forschungen entwickeln, die nicht nur zum Fachwissen über dieses Thema beitragen, sondern auch zum öffentlichen Wissen. Das Thema der Kolonie und der Menschenrechtsverletzungen ist ein Thema von aktuellem öffentlichen Interesse und auch für die kommenden Generationen wichtig.
Eine methodische und analytische Herausforderung hat damit zu tun, wie die Quellen interpretiert oder analysiert werden. Es ist notwendig, Formeln zu entwickeln, die es uns erlauben, Quellen zu kontrastieren. Ich glaube, dass alle von uns, die sich dem Chaos der Colonia durch Forschung genähert haben, das Bedürfnis hatten, alles zu erklären (was unmöglich ist), um in einen bestimmten Fokus zu gelangen. Wir brauchen heute eine Forschung, die sich mit so vielen besonderen Dimensionen befasst, an die noch niemand gedacht oder gearbeitet hat, und zwar mit unterschiedlichen wissenschaftlichen und sogar künstlerischen, kreativen Ansätzen.
Es gibt auch eine sprachliche Herausforderung, denn es handelt sich um einen Fall, der zwei Sprachen betrifft, und diejenigen von uns, die sich für diese Themen interessieren, müssen bemerkenswerte Anstrengungen unternehmen, um die andere Sprache zu lernen.
MDN: Warum fasziniert dich das Thema Colonia Dignidad?
EHJ: Es ist ein Thema, das ein langjähriges Engagement erfordert. In meinem Fall habe ich mich ihr in meiner Rolle als Sozialpsychologin und dann als Forscherin in der Geschichte genähert. Ich habe verschiedene Gruppen von Opfern getroffen und der Kontakt mit ihnen hat mich in einer Dimension des menschlichen und beruflichen Engagements berührt. Man kann nicht einfach nach Hause gehen, wenn es so viel zu tun gibt auf dem Gebiet der Forschung, der Begleitung, des Zuhörens, der Gerechtigkeit, des historischen Wissens, der Erinnerung und der Weitergabe an neue Generationen. Ich engagiere mich also für die Arbeit, die in verschiedenen Bereichen getan werden muss, für die menschlichen Beziehungen, die ich aufgebaut habe, und für das Vertrauen, das viele in mich gesetzt haben. Das sind alles sehr starke Gründe, weiterzumachen und zu versuchen, ein Körnchen Sand zu all dem beizutragen.
MDN: Gibt es ein Thema, das deiner Meinung nach, mehr Aufmerksamkeit bekommen sollte?
EH: Es gibt viele Themen, da die wissenschaftliche Forschung sehr aktuell ist. Ich kann also junge (und nicht mehr ganz so junge) Forscher:innen nur ermutigen, sich in ihren verschiedenen Arbeitsbereichen mit diesem Thema zu beschäftigen. Auch Kunstschaffende und Künstler, von denen wir wissen, wie viel sie zur Debatte und zum öffentlichen Wissen beigetragen haben, audiovisuelle Produktionen, Theaterstücke, Romane.
Natürlich ist meine Aufforderung immer, die ethische Dimension der Arbeit zu berücksichtigen. Das sind heikle Themen, die nicht einfach zu Studien- oder Gestaltungsobjekten werden können, wobei wir die Tatsache vernachlässigen, dass unsere Hauptgesprächspartner:innen oder die interessierte Öffentlichkeit genau diejenigen sind, die von der Kolonie betroffen waren.
MDN: Was würdest du Nachwuchswissenschaftle:rinnen raten, die eine Forschungsarbeit zum Thema Colonia Dignidad aufnehmen möchten?
EHJ: Die erste und grundlegendste ist die Sorgfalt und der Respekt im Umgang mit diesem Thema. Vergessen Sie nicht, dass es sich um ein Thema handelt, das nicht nur für Akademiker von Interesse ist, sondern auch für die Menschen, die diese Ereignisse miterlebt haben. Also werden sie die Hauptkritiker:innen sein. Zweitens ist es wichtig, auf sich selbst und die Beziehungen zu den Menschen zu achten, um nicht in „Allianzen“ oder „Heimlichkeiten“ zu verfallen, die die Muster der Vergangenheit verstärken. Während der Forschungsarbeit eine kritische und selbstkritische Haltung im Hinblick auf die getroffenen theoretischen, methodischen und ethischen Entscheidungen bewahren und deren Auswirkungen auf die Ergebnisse abwägen. Betrachten Sie die Multiperspektive als etwas, das für unsere Arbeit förderlich ist und nicht als Hindernis. Und schließlich hilft der Aufbau von Netzwerken, die Zusammenarbeit, der Austausch mit Kolleg:innen immer, diese Reflexivität im Forschungsprozess zu erhalten.
Hier gehts zu einem Zeitzeugen-Bericht über das Krankenhaus der Colonia Dignidad.
Ein Bewohner vor einer Sauna in der ehemaligen Colonia Dignidad
Im März 2020 feierte der Dokumentarfilm „Songs of Repression“ von den Filmemacher*innen Marianne Hougen-Moraga und Estephan Wagner Premiere auf dem diesjährigen Internationalen Dokumentarfilmfestival Kopenhagen (CPH:DOX). Dort gewann er gleich zwei Preise: einen für den besten dänischen Film (Politiken:Dok:Award) und den Hauptpreis des Festivals, den DOX:Award. Ende dieser Woche läuft er auch (online) beim DOK.fest in München an.
Inzwischen hat es zahlreiche dokumentarische und journalistische Filmprojekte zum Thema Colonia Dignidad gegeben. „Songs of Repression“ nähert sich der Thematik aus einem besonderen Blickwinkel: Er nimmt die Erinnerungen der bis heute in der ehemaligen Colonia Dignidad lebenden Menschen in den Blick. Er schaut sich an, wie die Menschen ihrer Vergangenheit in der Colonia Dignidad rückblickend Sinn verleihen. Dabei bemüht er sich nicht darum, eine detaillierte Chronik der historischen Ereignisse zu zeigen. Er nimmt vielmehr die individuellen Bewältigungsstrategien in den Fokus. Die Geschichten der Sprechenden erzählen von unterschiedlich erfolgreichen Strategien: von Verdrängung, Verleugnung, Reue, Schuld, über Trauer, Überforderung; hin zu kleinen Freuden, Hoffnung und Sehnsucht.
Drei Männer in der Villa Baviera beim Musizieren, Foto: Wagner & Hougen-Moraga
Musik durchzieht den Film als zentrales Motiv wie ein roter Faden. Deshalb auch der Titel „Songs of Repression“, welchen die Filmemacher*innen für den 90-minütigen Film gewählt haben. Die Rolle der Musik habe die Filmemacher*innen besonders beschäftigt, weil sie als etwas „eigentlich schönes und freies“ in der Colonia Dignidad auch zu einem Werkzeug der Repression verwandelt worden sei.
Die Berliner Professorin für Musiktherapie, Susanne Bauer, war nach der Festnahme Paul Schäfers Teil eines Psychotherapeut*innen-Teams, welches die Menschen der Colonia Dignidad psychotherapeutisch betreute. In einem Aufsatz zur Rolle von Musik in der Colonia schreibt sie:
Sie [die Musik, Anm. MD] war in vielen Fällen ein Mittel zur Unterdrückung, Demütigung und Beschämung, gleichzeitig aber auch ein Gegenmittel zu so mancher malignen Intention von Sektenführer Schäfer. In und mit ihr konnte man gute Gefühle spüren, die nicht einfach zunichte gemacht oder weggenommen werden konnten. (1)
Bis heute polarisiert das Thema Musik in der ehemaligen Colonia Dignidad. Während einige bis heute Freude an Chor-Gesang haben, musizieren manche lieber alleine und wieder andere schließen kategorisch für sich aus, jemals wieder singen zu wollen. Was manche rückblickend als gemeinschaftsstiftend empfanden, wirkt bei anderen schon bei dem Gedanken daran retraumatisierend. Zu schmerzhaft die Repressionen, die sie in Chor oder Orchester erleben mussten. Wieder anderen ist die Musik ein Rückzugsort, an den sie sich zurückziehen, um ihre Vergangenheit für einen Moment ruhen zu lassen. „Songs of Repression“ gibt all diesen Empfindungen Raum und lässt sie dennoch nie alleine stehen. Denn jede Geschichte einer Person ist nur einen präzisen Schnitt von einer anderen Perspektive entfernt.
Was der Film leider nicht berücksichtigt, ist die Bedeutung von klassischer Musik für chilenische Oppositionelle, die während der Militärdiktatur zu Stücken von Tschaikowsky oder Mozart in der Colonia Dignidad gefoltert worden sind. Eine Geheimdiensttechnik, die den „Schwanensee“ oder „Eine kleine Nachtmusik“ in zynische Waffen gegen Menschen verwandelte.
Chor singt auf dem Friedhof der Villa Baviera, Foto: Wagner & Hougen-Moraga
Insgesamt ist ein beeindruckend aufmerksamer und sensibler Dokumentarfilm entstanden, dem es gelingt, vielschichtige Facetten von Erinnerungen an ein totalitäres System einzufangen. Ein Film mit viel Empathie für die traumatischen Erfahrungen Einzelner, aber vor allem mit einem kritischen und differenzierten Blick auf die komplexen Zusammenhänge der konfliktbehafteten Erinnerungskultur in der heutigen Villa Baviera. Spannend ist dabei, dass ihm das nahezu ausschließlich mit den Erinnerungen von Zeitzeug*innen gelingt. Während andere Produktionen manchmal versuchen, die Moral mit dem Vorschlaghammer einzubläuen und damit Gefahr laufen, den Blick für die Komplexität des Themas zu verlieren, gelingt es dieser Produktion viel subtiler, sich an den Kern erinnerungskultureller Aushandlungsprozesse heranzutasten.
Estephan Wagner und Marianne Hougen-Moraga
Die beiden Regisseur*innen Marianne Hougen-Moraga und Estephan Wagner sind ein Paar und leben heute in Kopenhagen. Sie ist Dänin-Chilenin und er Deutsch-Chilene. Das Thema Colonia Dignidad beschäftigt sie nicht erst seit dem gemeinsamen Filmprojekt „Songs of Repression“. Beide begegneten der Colonia Dignidad bereits im Kindes- und Jugendalter. Allerdings aus zwei gegensätzlichen Perspektiven, die vielen Chile*innen bekannt vorkommen dürften. Wagner kannte die Gruppe um Schäfer von dem Familienrestaurant „Casino Familar“, welches die Colonia in der chilenischen Stadt Bulnes betrieb. (2) Auf dem Weg in den Urlaub nach Südchile wählte seine Familie das Restaurant der deutschen Siedler*innen, weil ihnen das deutsche Essen schmeckte und ihnen der Ort gefiel. Seine Familie verteidigte die Gruppe und ihr Vorzeige-Image gegen Anfeindungen und Vorwürfe. Hougen-Moragas Familie hingegen kannte früh die Gerüchte von dem Folterlager, welches der chilenische Geheimdienst DINA in der Colonia Dignidad eingerichtet hatte. Sie wusste, dass in der Colonia Dignidad im Auftrag der Militärdiktatur Augusto Pinochets gefoltert und gemordet wurde. Sie wuchs bei ihrer Mutter im dänischen Exil auf und kannte die Warnungen vor der Gruppe um Paul Schäfer.
Als die beiden Filmemacher*innen sich in ihren 30ern kennenlernten, hatten sie längst begonnen, die Geschichten über die Colonia Dignidad weiter zu hinterfragen. Beiden war klar: Sie wollten sich von einem Schwarz-Weiß-Bild ihrer Kindheit und Jugend lösen und die komplexen Facetten in den Blick nehmen, welche die Geschichte der Colonia Dignidad mit sich bringt. Insgesamt besuchten sie die heutige Villa Baviera und ihre Bewohner*innen über einen Zeitraum von dreieinhalb Jahren in regelmäßigen Abständen. Gemeinsam mit ihren Kindern zogen sie für sechs Monate in die nähergelegene Stadt Chillán. Sie ließen die Menschen sprechen und luden sie ein, ihre Sichtweisen auf die eigene Vergangenheit zu teilen. Dabei hatten sie das Ziel vor Augen, die Menschen zu verstehen und die Logik der historischen Sinngebungen zu begreifen.
Auf die Frage, wie Hougen-Moraga und Wagner ihre Interviewpartner*innen ausgewählt haben, hebt Wagner im Gespräch mit diesem Blog hervor:
Wir machen keine Interviews. Wir haben uns mit den Menschen unterhalten. Das ist für uns ein riesiger Unterschied. Denn das Wort Interview beinhaltet ein Machtgefälle zwischen Interviewendem und Interviewten. Wir haben oft und auch sehr lange mit den Menschen gesprochen. Auch ohne Kamera. Wir haben auch einen ganzen Monat die Kamera gar nicht rausgeholt. Viele sind selbst auf uns zugekommen, sobald sie Vertrauen gefasst hatten.
Hougen-Moraga und Wagner fanden unterschiedliche Bewältigungsstrategien für den Umgang mit eigenen Traumata vor:
We found that behind the attempt to create a paradise for themselves and for tourists, people living there have very different strategies for dealing with their traumas: from staying silent about the past and choosing only to remember the bright moments, to a desire to open up while being unable to vocalize their pain.
Zwei ältere einstige Colonia-Anhängerinnen auf der Pflegestation der Villa Baviera, Foto: Wagner & Hougen-Moraga
Die Frage danach, wer eigentlich Opfer des Systems und wer Täter*in war, gelangt dabei in den Hintergrund. Diese Entscheidung der Filmemacher*innen hätte in Anbetracht der mangelnden Aufarbeitung der Verbrechen problematisch ausgehen können. Ist sie aber nicht – ganz im Gegenteil: Die Zuschauerin spürt in jedem Moment die Verwicklungen der gezeigten Personen und ihre individuellen Aushandlungen mit der eigenen oft schmerzhaften und auch schuldaufgeladenen Vergangenheit. Bauchbinden mit Namen, Rolle und Verantwortung im historischen System Colonia Dignidad sind in diesem Film gar nicht nötig, während sie in anderen Doku-Formaten dringender vermisst wurden. „Songs of Repression“ braucht sie nicht, weil der Film nicht auf eine Kategorisierung in Schuld und Unschuld abzielt. Ein geschichtskultureller Drahtseilakt, bei dem die Filmemacher*innen die vielfältigen Bewältigungsstrategien der Betroffenen offenlegen, ohne die Sprechenden vorzuführen.
Eine weitere Besonderheit an diesem feinfühligen Dokumentarfilm ist, dass Wagner und Hougen-Moraga sich von den so genannten Talking Heads, sprechenden Köpfen, entfernt haben. Sie geben ihren Gesprächen mit den Betroffenen einen Kontext. Die Zuschauerin erhält einen Einblick in die Sekunden, manchmal Minuten vor dem offiziellen Beginn. Das verleiht den Aufnahmen eine Authentizität, wie sie Talking Heads und dramatische Erzähl-Stimmen nicht schaffen können. „Songs of Repression“ braucht auch keine dramatisierende Hintergrundmusik oder eine*n Sprecher*in, die das Unbeschreibliche weiter zuspitzt. Der Schmerz der Vergangenheit und die Bewältigungsstrategien sind derart spürbar, dass keine speziellen Effekte nötig sind. Einzig präzise Schnitte, die den Perspektivwechsel dann vornehmen, wenn er dramaturgisch nötig ist, um ein komplexeres Bild von den Menschen in der ehemaligen Colonia Dignidad zu zeichnen. Die filmische Inszenierung gelingt, weil viele Nuancen eingefangen wurden und die Menschen für sich selbst sprechen dürfen.
Bewohner der Villa Baviera, Foto: Wagner & Hougen-Moraga
Dieser souveräne Umgang mit einem erinnerungskulturellen Minenfeld liegt vielleicht auch in der Erfahrung mit problematischen Vergangenheiten begründet, auf die das Team der beiden Regisseur*innen Hougen-Moraga und Wagner zurückgreifen kann. Denn die Produzent*innen Joshua Oppenheimer und Signe Bryge Sørensen haben Erfahrung mit konfliktbehafteten Erinnerungskulturen und ihren vielschichtigen Ausprägungen. Sie wagten mit dem Dokumentarfilm „The Act of Killing“ (2012) eine umstrittene Annäherung an die Täter-Perspektive auf die Massaker in Indonesien 1965–1966.
Dokumentarfilm-Fans und Interessierte an der Geschichte der Colonia Dignidad sehen einen Film, der Ambivalenzen hervorhebt anstatt zu moralisieren. Aber auch ohne Geschehenes zu beschönigen. Der Film ist auf Augenhöhe mit den Betroffenen produziert worden. Und die Beziehung zwischen Filmemacher*innen und Dargestellten endete nicht mit seiner Fertigstellung. Denn Hougen-Moraga und Wagner flogen mit dem fertigen Film zunächst nach Chile, um ihn in der ehemaligen Colonia Dignidad vor der Premiere vorzuführen. Das hatten sie versprochen. Im Gespräch mit diesem Blog heben sie hervor:
Wir möchten weiterhin an dem Thema bleiben. Wir haben viel Kontakt zu den Menschen und wir haben Freundschaften geschlossen. Das ist uns ganz wichtig. Unser Interesse hört nicht auf, weil wir aufgehört haben zu drehen. Deshalb sind wir auch dorthin gefahren, um den Film zu zeigen. Das hat etwas mit Respekt zutun. Wir arbeiten auf eine Art und Weise, wo wir nichts verbergen wollen. Die Offenheit, und ich glaube, dass man das auch im Film merkt, ist uns ganz wichtig.
Was wie eine Kleinigkeit daherkommt, bedeutet den Menschen vor Ort eine Menge. Denn Vertrauen fällt den meisten bis heute nicht leicht. Und zuletzt war es für die Betroffenen häufig schwierig die Filme, Serien und Dokus, an denen sie häufig mitgewirkt haben, überhaupt zu sehen.
Vielversprechend wäre es auch, wenn Hougen-Moraga und Wagner einen zweiten Teil drehen würden – dieses Mal auch mit Perspektiven von außerhalb der Villa Baviera. Zum Beispiel mit explizitem Fokus auf die Erinnerungen der Familienangehörigen von in der Colonia Dignidad Verschwundenen. Oder auch mit Blick auf die Erfahrungen der chilenischen Jungen, die noch in den 1990er-Jahren im so genannten „Intensivinternat“ der Villa Baviera zu Opfern sexualisierter Gewalt durch Paul Schäfer geworden sind. Die politische, juristische, künstlerische und wissenschaftliche Auseinandersetzung mit der Colonia Dignidad ist längst nicht abgeschlossen.
Sprachen: Deutsch und Spanisch, englische Untertitel
(1) Das Casino Familiar besteht bis heute und wird von der gegenwärtigen Villa Baviera geführt.
(2) Susanne Bauer, Über die Bedeutung und den Einfluss von Musik auf Menschen in extremen Lebenssituationen am Beispiel der Sekte ‚Colonia Dignidad‘ in Chile, in: Stephan Grätzel und Jann E. Schlimme (Hg.), psycho-logik, Jahrbuch für Psychotherapie, Philosophie und Kultur, Freiburg/München 2013, S. 217.
In den vergangenen Jahrzehnten sind einige Dokumentarfilme über die Colonia Dignidad (bspw. „Deutsche Seelen„), ein Spielfilm („Colonia Dignidad – Es gibt kein Zurück„) und zuletzt eine achtteilige Thriller-Serie („Dignity“) erschienen. Das mediale Interesse an der Geschichte der Colonia Dignidad hält an: Journalist*innen, Filmemacher*innen, Tourist*innen und Wissenschaftler*innen geben sich in der heutigen Villa Baviera ununterbrochen die sprichwörtliche Klinke in die Hand. Sie wollen mehr über die Geschichte der deutschen Gruppe im Süden Chiles erfahren.
Eine Doku-Serie von ARD und Arte möchte nun „die innere Dynamik der Colonia Dignidad“ zeigen und damit einen „tiefgreifenden“ Blick auf das individuelle Erleben einzelner Mitglieder werfen. Neben den einstigen Colonia-Anhänger*innen kommen in der dokumentarischen Serie auch Folteropfer, Kriminalbeamte und Nachbar*innen zu Wort. Im Mittelpunkt steht aber das von den Macher*innen als „Archiv der Hölle“ bezeichnete Quellenmaterial (Foto-, Film- und Tonaufnahmen), welches in der neuen Doku-Serie nun erstmals öffentlich gezeigt werden soll.
Das anonyme Kollektiv aufbrechen und das Individuum sichtbar machen
Die Doku-Serie, die am 10. März 2020 auf Arte und am 16. und 23. März 2020 im Ersten (anschließend in der Mediathek) zu sehen sein wird, will „eine deutsche Sekte am anderen Ende der Welt, die Menschlichkeit versprach und in der Unmenschliches geschah“ zeigen. Sie fragt nach dem individuellen Erleben der Mitglieder und lässt sie unabhängig von ihren Verwicklungen mit dem Schäfer-System in erster Linie über ihre einstigen Ängste, Sehnsüchte, Träume und die grausame Realität berichten. Die Geschichte beginnt mit den Anfängen in Nordrhein-Westfalen kurz nach dem Zweiten Weltkrieg und spannt einen Bogen in die Gegenwart der Siedler*innen. Der Schwerpunkt des gewählten Doku-Narrativs liegt damit besonders auf dem individuellen Erleben der ehemaligen deutschen Schäfer-Anhänger*innen, weniger auf den chilenischen Opfergruppen. Regisseurin Annette Baumeister dazu:
„Die Doku-Serie soll mit dem gängigen Klischee der roboterhaften, gesichtslosen Kolonisten brechen und sie als Menschen mit Namen, Gefühlen und Träumen zeigen.“
Der Alltag der Colonia-Anhänger*innen war jahrzehntelang geprägt von sexualisierter Gewalt, einem despotischen Strafsystem, harter unbezahlter Arbeit und dem Verbot von Familienleben. Die Siedler*innen führten ein von der Außenwelt abgeschirmtes Leben. Der unzensierte Zugang zu Büchern und Filmen, Fernsehen, Radio und zur Außenwelt blieb den Allermeisten verwehrt. Colonia-Leiter Paul Schäfer paktierte mit der Militärdiktatur unter Augusto Pinochet. Er ließ den chilenischen Geheimdienst auf dem Gelände der Colonia Dignidad foltern und morden. Einige Siedler mussten Leichenteile aus- und umgraben, verbrennen und in einen Fluss in der Umgebung verstreuen. Willi Malessa sprach darüber erstmals vor ein paar Wochen in einem Bericht von ReportMainz. Viele von Schäfers Anhänger*innen wurden im Verlauf der Jahrzehnte selbst zu Täter*innen. Immer mehr Zeitzeug*innen sprechen offen darüber. Das gibt denjenigen chilenischen Familienangehörigen Hoffnung, die bis heute nicht wissen, wo ihre Kinder, Männer, Frauen, Brüder oder Schwestern geblieben sind.
Mädchen der Colonia bei einem Gruppentanz | Bild: WDR
Für das international aufwändig produzierte Gemeinschaftsprojekt arbeiteten die chilenische Produktionsfirma Surreal, die deutsche LOOKSfilm, der chilenische TV-Sender Canal13, sowie WDR, SWR und Arte zusammen. Das „exklusive“ Archivmaterial (Filmrollen, Tapes, Fotos) sei dem chilenischen Regisseur Cristían Leighton (Surreal Film) von dem ehemaligen Colonia-Mitglied Wolfgang Müller vor etwa fünf Jahren übergeben worden. Müller hatte für Paul Schäfer eine Art Film- und Aufnahmeabteilung in der Colonia geführt. Insgesamt handele es sich bei dem Material um 400 Stunden Film-, 100 Stunden Ton- und rund 9.000 Fotoaufnahmen. Sie seien in einem schlechten Zustand gewesen und hätten umfassend restauriert und digitalisiert werden müssen, um das „deutsch-chilenische Drama in einer Serie erzählen“ zu können.
Kritik an der Nutzung des Archivmaterials seitens der Wissenschaft
Kritik an dem Projekt kam vor allem von Wissenschaftler*innen. Sie hätten sich die frühzeitige Übergabe des Archivmaterials an eine öffentliche Institution gewünscht. Vor allem, weil die juristische Verfolgung der in der Colonia Dignidad begangenen Verbrechen längst nicht abgeschlossen ist. Das wissen auch ARD und Arte: „Vieles liegt im Dunkeln, viele Verbrechen, die in der Colonia Dignidad begangen wurden, sind nicht aufgeklärt.“, schrieben die Pressestellen. Die Aufarbeitung stockte immer wieder und nicht zuletzt, weil es u.a. an Beweismaterial fehlte. Die Rechtsanwältin Petra Schlagenhauf kritisiert außerdem eine unzureichende Handlungsbereitschaft seitens der Justiz, um die Verbrechen aufzuklären. Ob das Material aus dem „Archiv der Hölle“ überhaupt juristisch relevant sein könnte, wird bald in Chile geprüft. Das Rohmaterial sei laut dem Produzenten Gunnar Dedio bereits auf dem Weg nach Chile. Auf die abschließende Digitalisierung und Verschlagwortung des Materials durch die Produktionsfirmen warte die chilenische Justiz allerdings noch, um es dann für die eigene Prüfung zu nutzen.
Der Politologe Jan Stehle vom Forschungs- und Dokumentationszentrum Chile-Lateinamerika e.V. hätte sich die Nutzung des Materials andersherum gewünscht:
„Der Aufarbeitung der Geschichte der Colonia Dignidad wäre es zuträglicher gewesen, wenn das Vorgehen transparent verlaufen wäre: Erst die Übergabe an die Justiz und an eine öffentliche Institution zur Auswertung durch die Wissenschaft. Einer gleichzeitigen Nutzung für Filmprojekte wäre nichts im Wege gestanden. Dass nun aber die Justiz und die Wissenschaft auf die Aufbereitung des Materials durch eine kommerzielle Produktionsfirma warten, und letztere ein Narrativ über das de-facto von ihr privatisierte Material bereits vorlegt, halte ich für ein Vorgehen, dass der Aufarbeitung eher abträglich ist.„
Für die beteiligten Produzent*innen ist die Lage aber eindeutig. Gunnar Dedio wies auf die immens hohen Kosten hin, welche die Bearbeitung des Materials durch mehrere Mitarbeiter*innen in den vergangenen vier Jahren bedeutet habe. Den Aufwand, den seine Firma im Auftrag von ARD und Arte betrieben habe, hätte keine öffentliche Institution in dem Maße aufbringen können. Mit dieser Einschätzung liegt der Film-Produzent vielleicht nicht falsch. Denn das Auswärtige Amt hat in den vergangenen Jahrzehnten bewiesen, dass die Bereitstellung von Finanzmitteln für die Aufarbeitung der Geschichte der Colonia Dignidad mit größter Zurückhaltung erfolgt.
Das Museo de la Memoria in Santiago de Chile oder das chilenische Nationalarchiv wären mögliche Orte, um das originale und das digital aufbereitete Material zu archivieren. Die Institutionen müssen allerdings ohnehin mit prekären Mitteln haushalten. Ob sich eine der Einrichtungen es nun leisten kann, das bearbeitete Material von der Produktionsfirma LOOKSfilm in irgendeiner Form abzukaufen, wäre die nächste Frage. Gunnar Dedio erklärte aber, dass die Übergabe des Materials an eine geeignete Institution bereits geplant werde. Er kündigte sogar an, dass er sich mit Partner*innen zusammentun wolle, um nicht nur das „Archiv der Hölle“, sondern auch Archivmaterial anderer Stellen an einem Ort bereitzustellen. Weitere Informationen sollen nach der Ausstrahlung der Doku-Serie folgen.
Geschichtspolitisch umkämpftes Feld
Den Produzent*innen der Doku-Serie ist es gelungen, Zeitzeug*innen zu interviewen, die sich bisher nicht vor die Kamera getraut haben. Das gezeigte Material ermöglicht es den Zuschauer*innen auf anschauliche Art und Weise, einen Einblick in den Alltag der Siedler*innen in der Colonia Dignidad zu erhalten. Colonia-Leiter Paul Schäfer hatte in Auftrag gegeben, den Alltag seiner Anhänger*innen in meist geschönten Situationen auf Ton-, Foto- und Videoaufnahmen festzuhalten. Zum einen, um Propaganda-Material für die Presse bereitzuhalten und zum anderen sicherlich auch aus narzisstisch motivierter Eitelkeit. Schaurig kommen die originalen Tonaufnahmen Schäfers daher, in denen er Frauen als minderwertiges Geschlecht diskriminiert und vulgär beleidigt. Die Bilder von musizierenden Männern und Frauen lösen Unbehagen aus, weil Zeitzeug*innen berichten, dass sie nie das Instrument spielen durften, an dem sie wirklich Freude hatten. Schäfers Kontrollsystem ließ keinen Platz für kleine Freuden. Auf dem Teil des Materials, welches Schäfer für die Presse festhalten ließ, kann man die echten Gefühle der Betroffenen nur erahnen. Umso wertvoller zeigen sich die Erzählungen der ehemaligen Schäfer-Anhänger*innen.
Insgesamt bietet die Doku-Serie einen einzigartigen Einblick in bisher ungezeigtes Quellenmaterial. Wenn dieses zeitnah auch Justiz und Wissenschaft zugänglich gemacht wird, ist dies ein echter Zugewinn für den langen Aufarbeitungsprozess der Geschichte der Colonia Dignidad – inmitten dieses geschichtspolitisch stark umkämpften Feldes.
Sendetermine:
COLONIA DIGNIDAD – AUS DEM INNERN EINER DEUTSCHEN SEKTE (Regie: Annette Baumeister, Wilfried Huismann)
Das Erste: 16. und 23. März 2020, um 22.45 Uhr, jeweils 90 Minuten als dokumentarischer Zweiteiler
ARTE: 10. März 2020, um 20.15 Uhr als vierteilige dokumentarische Serie
Am 19. Dezember 2019 startet das Medienunternehmen ProSiebenSat.1 auf seiner Streaming-Plattform Joyn mit einer kostenpflichtigen Premium-Version. Bekannt wurde der neue Streaming-Dienst vor allem mit der kostenlosen Ausstrahlung von beliebten Serien wie „Jerks“ mit Fahri Yardim und Christian Ulmen oder zuletzt „Check Check“ mit Klaas Heufer-Umlauf in den Hauptrollen. Die kostenpflichtige Premium-Version von Joyn wird in Kürze mit der chilenisch-deutschen Serie „Dignity“ eingeläutet.
Der Titel der Serie spielt auf den zynisch anmutenden Namen Colonia Dignidad (deutsch: Kolonie der Würde) an, den die deutsche Sekten-Gemeinde im Süden Chiles ab 1961 trug bis sie sich im Jahr 1988 in Villa Baviera (deutsch: Bayerisches Dorf) umbenannte. „Dignity“ ist ein chilenisch-deutsches Gemeinschaftsprojekt und wird von der Firma Invercine Wood mit Sitz in Santiago de Chile und der StoryHouse Productions mit Sitz in Berlin produziert.
Ich habe den deutschen Drehbuchautoren und Co-Produzenten Andreas Gutzeit und den Protagonisten der Serie, Marcel Rodríguez (Leo Ramírez), für ein Gespräch über das neue Serien-Projekt in den Büroräumen von StoryHouse Productions in Berlin Mitte besucht. Aus dem Forschungsbereich der Public History kommend, haben mich vor allem der Ansatz der fiktionalen Thriller-Serie in ihrem historischen Bezugsrahmen und die Serie als geschichtskulturelles Produkt interessiert. Bevor wir ins Gespräch über die neue Serie kamen, konnte ich mir im Konferenzraum die Pilotfolge der neuen Serie „Dignity“ anschauen.
Antonia Zegers spielt Pamela, die zusammen mit Leo ermittelt. (Quelle: SHP)
Das Verhältnis von historischen Fakten und fiktionaler Serie
Die Pilotfolge reißt viele zentrale Themen der komplexen Geschichte der Colonia Dignidad an. Dabei betont Andreas Gutzeit in unserem Gespräch immer wieder, dass es sich bei „Dignity“ weder um eine historisch exakte Darstellung der Geschichte, noch um eine Form von Doku-Fiction handelt. Alle Charaktere bis auf Paul Schäfer (Götz Otto) seien fiktional und die Serie nicht mehr und nicht weniger als ein Thriller. Auf die Frage, ob Charaktere wie der Protagonist Leo Ramírez (Marcel Rodríguez) oder die Figur des Bernhard Hausmann (Devid Striesow) auf der Grundlage realer Personen geschrieben worden seien, erklärt Gutzeit:
„Das sind alles Composit-Characters, die zusammengesetzt sind. Also zum Beispiel bei Marcels Figur Leo ist natürlich [der chilenische Rechtsanwalt, Anm. MD] Hernán Fernández eine Möglichkeit. Der hat aber nicht in Deutschland studiert und der hat auch keine deutsche Frau. Also alles, was wir aber für die Fiktion brauchen.“
Auch wenn die einzelnen Figuren als zusammengesetzte Charaktere ausschließlich fiktional verstanden werden sollen, so werden doch bereits in der ersten Folge zahlreiche Themen verhandelt oder angedeutet, die historisch belegt sind und leider nicht fiktionaler sondern tatsächlicher Bestandteil der Colonia Dignidad waren. Dazu zählen unter anderem die brutale Herrschaft Paul Schäfers und seiner treuen Führungsriege, die sexualisierte Gewalt an den Kindern, die strikte Trennung der Geschlechter in separate Gruppen, die zwangsweise Verabreichung von Psychopharmaka an die Mitglieder und die Rolle der Colonia Dignidad als Folterort des chilenischen Geheimdienstes DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) während der chilenischen Militärdiktatur. Gleich zu Beginn von „Dignity“ lässt sich erahnen, dass in den folgenden Episoden viel Historisches thematisiert werden wird. Ein Thriller also, der ein historisches Thema behandelt, jedoch keinen Anspruch auf historische Korrektheit erhebt. Die Unterscheidung zwischen Fiktion und Realität dürfte nicht allen Zuschauer*innen leicht fallen. Das weiß auch Produzent Andreas Gutzeit. Er ist der Überzeugung, dass „Dignity“ auch deshalb eine „außergewöhnliche Serie“ sei, weil sie weniger auf die Darstellung historischer Fakten, sondern vielmehr auf das Ausloten einer „emotionalen Wahrheit“ setze. Es bleibt abzuwarten, welche „emotionale Wahrheit“ die Zuschauer*innen erwartet. Deutlich wird jedenfalls, dass emotional aufgeladenene Themen wie die Beziehung zwischen zwei Brüdern und das Verarbeiten sexueller Gewalterfahrungen beim Erwachsenwerden verhandelt werden sollen.
Auch der Dreh am Originalschauplatz in Chile schafft eine Nähe zur historischen Colonia Dignidad. Die Geschichte der achtteiligen Thriller-Serie spielt in den 1990er-Jahren, also nach dem Ende der Militärdiktatur in Chile. Zuschauer*innen begleiten den Protagonisten Leo Ramírez bei seinen Ermittlungen gegen den Colonia-Leiter Paul Schäfer. Recht schnell wird deutlich, dass es dem jungen Bundesanwalt aber auch um die eigene Familiengeschichte geht. Seine Kollegin Pamela (Antonia Zegers) fragt schon am Ende der Pilotfolge: „Bist du in der Colonia Dignidad aufgewachsen?“
Dreharbeiten zu dem Thriller „Dignity“ am historischen Ort
Die Serie „Dignity“ wurde in der heutigen Villa Baviera, der ehemaligen Colonia Dignidad gedreht. Diese liegt etwa 400 km südlich der chilenischen Hauptstadt Santiago de Chile. Der Ort ist heute ein touristisch ausgerichtetes Feriendomizil mit Hotel und bayerischem Restaurantkonzept. Außerdem werden dort Hochzeiten und verschiedene Feste zu unterschiedlichen Feiertagen ausgerichtet. Viele der einst etwa 300 Mitglieder der Colonia Dignidad sind inzwischen verstorben oder haben die Gemeinschaft verlassen. Sie leben heute größtenteils in Deutschland oder in Chile außerhalb der Villa Baviera. Noch um die 100 Menschen wohnen gegenwärtig in der Villa Baviera. Die Schauspieler*innen von „Dignity“ übernachteten etwa drei Wochen lang im dortigen Hotel Villa Baviera und aßen im örtlichen Restaurant. Die Nähe zu dem historischen Ort und den Bewohner*innen habe dafür gesorgt, dass sich die Schauspieler*innen dem historischen System Colonia Dignidad auf einer sehr emotionalen Ebene nähern konnten. Viele der Bewohner*innen der heutigen Villa Baviera hatten sich bereiterklärt, als Zeitzeug*innen von ihren persönlichen Erfahrungen in der Colonia Dignidad zu berichten. Das habe den Schauspieler*innen sehr geholfen, um sich in ihre Rollen einzufühlen und die Materie besser verstehen zu können, erklärt Marcel Rodriguez. Er führt aus:
„Also auf uns Schauspieler*innen sind die Bewohner*innen sehr offen und warmherzig zugegangen. Auf mich hat es sogar den Eindruck gemacht, als gäbe es geradezu den Drang, mit uns über die Vergangenheit zu sprechen. Darüber zu reden, was sie Schlimmes erlebt haben. Sie haben zum Beispiel recht schnell auch über die Prügel gesprochen, die sie selbst gegeben oder bekommen haben. Insgesamt wollten sie auch wissen, wen wir spielen, wie wir uns die Umstände vorstellen und wie sie uns dabei helfen können, die Rollen vielleicht noch besser spielen zu können.“
Neben diesen Gesprächen mit ehemaligen Mitgliedern der Colonia Dignidad habe er sich vor allem mit verfügbaren Dokumentationen über das Thema informiert. Auch die Broschüre, die Dieter Maier und Jürgen Karwelat 1977 für Amnesty International Deutschland über die Colonia Dignidad verfasst hatten, half ihm bei der historischen Sensibilisierung für die Rolle als Leo Ramírez. Die intensive Konfrontation mit den düsteren Geschichten der Colonia sei aber nicht spurlos an dem 35-jährigen Schauspieler vorbeigegangen. Marcel Rodríguez erinnert sich an einen emotionalen Tiefpunkt, den er an einem Tag auf dem Weg zum Dreh in der Villa Baviera erlebt habe:
„Das war schon gegen Ende. Ich glaube, da waren nur noch zwei Drehwochen übrig und da hatte ich irgendwie mal so einen Moment. Ich habe einen komischen Ekel in mir verspürt. Mich ständig mit den Verbrechen der Colonia zu beschäftigen, ständig darüber nachdenken, das wurde einfach zu viel. Ich wollte alles irgendwie abschütteln und das ging aber nicht. Ich musste weinen und bin richtig kurz zusammengebrochen. Das war sonderbar. Das wurde mir dann zu viel. Du denkst drüber nach, denkst über die Rolle nach. Du denkst über die Leute nach, denkst über die Kinder nach, die das erlebt haben oder überhaupt diese Ungerechtigkeit, die dort stattgefunden hat. […] Das ist einfach alles sehr anstrengend gewesen und dann gab es irgendwann einen Moment, in dem alles kurz rausgekommen ist.“
So wie Marcel Rodriguez sei es eigentlich allen Schauspieler*innen in gewissen Momenten ergangen, fügt Andreas Gutzeit hinzu:
„Also das war das gleiche Thema für alle anderen deutschen Schauspieler, die dort waren. Also das was Marcel jetzt sagt, würden Devid Striesow, Götz Otto und Jenny Ulrich, Martina Klier und Nils Rovira-Muñoz auch sagen. Das Thema hat sie schon sehr persönlich berührt.“
Rückblickend hält Marcel Rodríguez diesen emotionalen Tiefpunkt sogar für notwendig:
„Ich glaube, wenn man die ganze Zeit diese Sachen spielt, sich damit beschäftigt und die ganze Zeit nur gute Laune hat, dann ist das auch irgendwie ein bisschen komisch. Dann hat man vielleicht etwas nicht kapiert, was da stattgefunden hat.“
Vielleicht sind diese Momente der emotionalen Überlastung gemeint, wenn Produzent Gutzeit von „emotionaler Wahrheit“ spricht. Mit diesen Gefühlen sind die Schauspieler*innen nicht allein. Immer wieder beschreiben Journalist*innen, Wissenschaftler*innen, Politiker*innen und andere mit dem Thema befasste Menschen ähnliche Erfahrungen. Dieter Maier verwendet in seinen Büchern den Begriff „Colonitis“, um die emotionale Nähe zu beschreiben, die solche Überlastungs- oder Verwicklungszustände herbeiführen kann. Als Ursache für die „Colonitis“ sieht Maier die intensiven Begegnungen mit Menschen, die bis heute unter massiven Traumata leiden. Die Auseinandersetzung mit diesen Traumata und die persönliche Nähe zu den Menschen, erzeuge bei vielen ein Gefühl von Betroffenheit, das sich auf unterschiedliche Art und Weise zeige. Viele identifizieren sich mit den Betroffenen und entwickeln das Bedürfnis zu Akteur*innen zu werden. Manche verspüren eine übermannende Traurigkeit und andere sind einfach überfordert. Emotional unbeeindruckt bleibt kaum jemand. Inwieweit Emotionen in der Auseinandersetzung mit historischen Themen hilfreich sind, da sie die Geschichte greifbarer machen oder ob sie im Sinne einer Emotionalisierung hinderlich sind, da durch eine übermäßige Identifikation ein nötiger Abstand verloren gehen kann, darüber wird auch in der Public History gestritten.
Der totgeglaubte Bruder Klaus (Nils Rovira-Muñoz) von Leo (Quelle: SHP)
Verhältnis von gesellschaftlichem Bewusstsein und ökonomischem Erfolg der Serie
Gutzeit und Rodriguez habe viel der Gedanke umgetrieben, ob es in Deutschland ausreichend gesellschaftliches Bewusstsein über die Geschichte der Colonia Dignidad gebe. Für den ökonomischen Erfolg einer Serie sei es wichtig, ob die Zuschauer*innen bereits etwas über die Geschichte wissen. Denn vor allem der Wiedererkennungswert sorge für die Bereitschaft sich mit der Thematik weiter auseinanderzusetzen. Auf die Frage, woher die beiden selbst erstmals von der Geschichte der Colonia Dignidad erfahren hatten, erzählt Rodriguez, er selbst sei erst durch den Spielfilm „Colonia Dignidad. Es gibt kein Zurück“ von Florian Gallenberger auf das Thema aufmerksam geworden. So wie ihm, gehe es damit auch vielen in seinem privaten Umfeld. Andreas Gutzeit hingegen habe den Verlauf der Geschichte der Colonia Dignidad über die Jahrzehnte im SPIEGEL aufmerksam verfolgt. Dies sei einfach eine Generationen-Frage schätzen Gutzeit und Rodriguez die unterschiedliche Wahrnehmung der Geschichte der Colonia Dignidad ein.
Auch der Gallenberger-Film mit Emma Watson und Daniel Brühl in den Hauptrollen zeigt bei Weitem mehr Fiktion als historische Fakten und dennoch hat er zahlreiche Menschen zu aktiver Auseinandersetzung mit der Colonia inspiriert. Der heutige Bundespräsident Frank-Walter Steinmeier nannte diesen Film während seiner Amtszeit als Bundesaußenminister im Jahr 2016 einen „künstlerischen Anstoß“ für die Auseinandersetzung des Auswärtigen Amtes mit der eigenen Verantwortung in der Geschichte der Colonia Dignidad. Er veranlasste die Verkürzung der Sperrfrist für den noch gesperrten Teil der Akten im Politischen Archiv des Auswärtigen Amtes. Dieser Bestand ist heute für alle Interessierten zugänglich. Auch auf nicht-politischer Ebene diente der Film als Anstoß für Lesungen, Vorträge, Medienberichte und Podiumsdiskussionen. So haben etwa kürzlich Mitglieder des Allgemeinen Studierendenausschuss der Universität Hannover (AstA) durch den Spielfilm für das Thema Colonia Dignidad sensibilisiert worden. Aus anfänglichen Recherchen wurde eine zweiwöchige Veranstaltungsreihe, die am 4. Dezember 2019 mit einer Podiumsdiskussion ihren Abschluss fand. Trotz der Fiktionalisierung des historischen Themas hat der Spielfilm Einfluss genommen auf eine geschichtskulturelle Auseinandersetzung mit der Geschichte der Colonia Dignidad.
Geschichtskulturelle Auseinandersetzungen im Spannungsfeld zwischen Aufarbeitung und Kampf um Deutungshoheit
In der Villa Baviera herrscht schon seit Jahren Hochbetrieb: Wissenschaftler*innen, Journalist*innen, Filmemacher*innen und privat Interessierte geben sich beim Ein- und Ausgehen die sprichwörtliche Klinke in die Hand. Die meisten kommen mit dem Ziel, einen Blick in die authentische Vergangenheit der ehemaligen Colonia Dignidad zu werfen. Sie wollen den Ort, der Schauplatz von grausamer Gewalt geworden ist, sehen und fühlen. Mehr noch: Sie wollen die Menschen sehen, die all das erlitten oder verursacht haben, wovon sie bisher nur gehört oder gelesen haben. In der Public History hat sich der Begriff „Dark Tourism“ etabliert, wenn es um die Reisen an Orte mit solch düsterer Vergangenheit geht und die Anziehungskraft, die diese Orte auf viele Menschen ausübt. Einige Bewohner*innen der Villa Baviera haben im letzten Jahrzehnt bereitwillig als Zeitzeug*innen Auskunft gegeben. Sie haben ihre Geschichten in zahlreichen Interviews geteilt. Diese Bereitschaft zum Erzählen der eigenen Lebensgeschichten ist meist auch verbunden mit Wünschen und Forderungen. Sie wünschen sich Sichtbarkeit der erlittenen grausamen Schicksale. Manche wünschen sich auch die Aufklärung noch ungeklärter Verbrechen. Vor allem aber fordern die betroffenen Menschen finanzielle Entschädigung für jahrzehntelang erlittenes Unrecht. Viele wünschen sich einen Ausweg aus den prekären Lebensverhältnissen. Erst kürzlich wurden vom Deutschen Bundestag einmalige Hilfszahlungen in Höhe von 10.000 € pro Person beschlossen, die an deutsche Opfer der Colonia Dignidad gezahlt werden sollen.
Neben denjenigen, die bis heute auf dem Gelände der Villa Baviera leben, gibt es noch weitere betroffene Menschen, die bis heute unter den Folgen des Gewalt-Regimes der Colonia leiden. Dazu zählen ehemalige Mitglieder der Gruppe, die inzwischen außerhalb der Villa in Chile leben oder das Land verlassen haben und heute zum Beispiel in Deutschland oder Österreich wohnen. Auch die chilenischen Opfer der Colonia Dignidad leiden bis heute und fordern vor allem die Aufklärung der Verbrechen: Während der Militärdiktatur entführte der chilenische Geheimdienst ihre Familienangehörigen, folterte, ermordete und vergrub sie in Massengräbern auf dem Gelände der Colonia Dignidad. Die Suche nach den Spuren der Ehemänner, Brüder, Schwestern oder Söhne begleitet sie bis heute. Auch die jungen chilenischen Männer, die in den 1990er-Jahren als Kinder Opfer von sexualisierter Gewalt durch Paul Schäfer wurden, wünschen sich weitere Aufklärung und Gerechtigkeit. Über die mangelnde juristische Aufarbeitung hat die Journalistin Ute Löhning zuletzt mehrfach berichtet. Neben der juristischen, ist die erinnerungskulturelle Aufarbeitung gefordert. Die Gedenkstättenexpert*innen Dr. Elke Gryglewski und Dr. Jens-Christian Wagner wurden zusammen mit zwei chilenischen Kolleg*innen mit einem Gedenkstättenkonzept beauftragt, das auf dem Gelände der heutigen Villa Baviera zukünftig umgesetzt werden soll.
Wenn es der Serie „Dignity“ gelingen sollte, größere internationale Reichweite zu erzielen und weitere Menschen auf diesen Teil der deutsch-chilenischen Geschichte aufmerksam zu machen, könnte sie einen Beitrag zum Aufarbeitungsprozess leisten. Auch wenn Gutzeit betont, dass dies nicht das Ziel der Serie sei, so kann sie diesbezüglich dennoch eine Chance bedeuten, wie am Beispiel des Gallenberger-Films gezeigt wurde. Dafür wäre es allerdings nötig, dass die Zuschauer*innen den emotionalen Zugang nutzen, um weiter zu recherchieren und konkrete Fragen an die Geschichte zu stellen. Ob dies gelingt, wird sich nach dem Serienstart von „Dignity“ 19. Dezember 2019 zeigen.
(Der Artikel basiert auf einem Interview, das am 13. November 2019 in den Büroräumen von StoryHouse Productions geführt wurde.)