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Forschungseinblicke/Interviews

Evelyn Hevia Jordán sobre el hospital de la Colonia Dignidad (esp./alem.)

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Evelyn Hevia Jordán sobre el hospital de la Colonia Dignidad (esp./alem.)

Evelyn Hevia Jordán (Copyright: Evelyn Hevia Jordán)

Entrevista con Evelyn Hevia Jordán sobre su investigación de la historia del hospital de Colonia Dignidad

(Die deutsche Übersetzung ist weiter unten zu finden.)

Evelyn Hevia Jordán es psicóloga social e historiadora. Nacida en Chile, estudia la historia del hospital Colonia Dignidad como parte de su proyecto de tesis. En la siguiente entrevista, nos habla de su apasionante proyecto de investigación, en el que trabaja en el Instituto de América Latina de la Universidad Libre de Berlín.

Meike Dreckmann-Nielen: ¿Cómo llegaste a investigar sobre la Colonia Dignidad?

Evelyn Hevia Jordán: Desde mis años de adolescencia el tema de la Colonia Dignidad estuvo presente en mi imaginario y conocimiento general como una secta alemana con un líder pederasta a la cabeza.  Tenía 16 años en 1997, cuando se produjo la fuga de Tobías Müller y Salo Luna, que tuvo una amplia cobertura de prensa, impactándome enormemente, pues éramos casi de la misma edad y nos tocaba enfrentar una vida tan diferente.

Años más tarde, como estudiante de psicología, tuve como profesor del ramo de psicopatología al Dr. Luis Enrique Peebles, quien como parte de su curriculum se presentó ante el curso como un “superviviente de la Colonia Dignidad” y “testigo clave contra Paul Schäfer y la Colonia”. En ese entonces, año 2003 ó 2004, Schäfer seguía prófugo de la justiciar chilena.

Desde mis años de estudiante universitaria me dediqué a trabajar como ayudante en asignaturas e investigaciones que tenían que ver con los procesos de elaboración del pasado reciente de la dictadura cívico-militar chilena, entonces la Colonia Dignidad era un tema que rondaba, pero no era mi foco. Fue acercándose a través de mi experiencia de trabajo como entrevistadora en el Archivo Oral de Villa Grimaldi, donde varios testigos se referían a la Colonia como un Centro de prisión política y tortura y como parte de la red de recintos secretos de la DINA. Sin embargo, solo, en 2013 fui invitada a participar en la elaboración de un primer proyecto de Archivo Oral cuyo foco era el caso Colonia Dignidad. Sin embargo, ese proyecto no se materializó, pero ese fue mi primer contacto investigando el caso. Ahí pude constatar por primera vez la magnitud y complejidad de este caso y de algún modo me sentí fuertemente llamada a intentar entender ¿cómo esto fue posible?  Desde entonces, el tema Colonia Dignidad, su pasado, pero, sobre todo, sus desafíos en el presente, sus actores y actrices se han vuelto el foco central de mi trabajo.

 

MDN: Eres psicóloga e historiadora, ¿cómo te ayuda esta combinación en tu trabajo sobre Colonia Dignidad?

EHJ: La interdisciplinariedad es necesaria e indispensable, siempre a mis estudiantes de metodologías de la investigación cualitativa les decía: “a problemas complejos, abordajes disciplinares y metodológicos complejos”.  De este modo, creo que una disciplina no puede ponerse como un traje que nos restrinja las posibilidades de comprender e intervenir en un fenómeno social. Así que me he formado en dos disciplinas que de algún modo se ocupan por el pasado, en la versión de la psicología más clásica centrada en el individuo, el foco está puesto en cómo ese pasado, las relaciones primarias, familiares y la socialización afecta la vida y relaciones en el presente para una persona. Por otro lado, la historia, nos ofrece una comprensión desde procesos sociales, políticos, culturales del pasado, para comprender nuestras problemáticas en el presente. Esto dicho de modo muy general, porque sabemos que para ambas disciplinas hay debates y corrientes que marcan diferencias.

De ambas, rescato su precisión y aportes metodológicos. La psicología me ha entregado valiosas herramientas en el trabajo directo con las personas, que hacen posible construir confianzas, cuidar el vínculo y respetar a todas las personas en su condición de seres humanos que han sufrido de diversos modos, en diversas circunstancias y por la acción u omisión de diversos actores. La reflexión ética, la capacidad de escucha, la confidencialidad y un análisis puesto en las relaciones, juegan un rol clave en ello. Por otro lado, está la historia, que me ha entregado una comprensión del contexto social, político, judicial y cultural de una determinada época.  El trabajo con archivos, fuentes, es una disciplina que invita a buscar la multiperspectiva y a cuestionar también la noción de verdad, con mayúsculas, me enseña a cultivar la cautela antes de dar algo por hecho, pues la historia también es el resultado del tiempo en que se escribe y de las condiciones de posibilidad o limitaciones que tiene quien la escribe. La historia, exige un examen constante de las fuentes y de los modos de interpretarlas.  Por ejemplo, en el caso Colonia Dignidad, existen numerosas declaraciones judiciales, pero hoy sabemos que muchas de ellas fueron hechas bajo presión de sus testigos en los tiempos de Schäfer, entonces es importante cuestionar el valor de verdad, lo que no significa que no sirvan para el trabajo histórico, pero hay que contrastar y analizarlas en ese marco temporal.

 

MDN: ¿Por qué has elegido el tema del hospital?

EHJ: En mi hipótesis central de investigación el hospital representa el centro del complejo funcionamiento de Colonia Dignidad y de algún modo, fue el que aseguró la institucionalización legal de la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad (SBED) en Chile, permitiendo su posterior consolidación y su funcionamiento por tanto tiempo a pesar de las denuncias ya existentes. Por otra parte, en torno al hospital se construyen y refuerzan una serie de discursos sobre el saber médico-científico y sobre las ideas germanófilas tan difundidas desde mucho antes en Chile: orden, limpieza, trabajo, esfuerzo, puntualidad, etc. También, elegí el hospital porque es un caso desafiante en términos éticos y políticos, quizás esto es lo más sensible y complejo, porque implica hablar de las zonas grises, como lo planteara Primo Levi.  El hospital cumplió un rol donde el Estado chileno se vio superado y se practicaron atenciones médicas efectivas que lo diferenciaban de un sistema de salud público deficitario, pero, por otro lado, el hospital contribuyó a esconder prácticas criminales y eso es un hecho que no lo digo yo, sino también lo han señalado ante la justicia quienes participaron y fueron víctimas de esos crímenes.

 

MDN: ¿Cuál es tu objetivo de investigación?

EHJ: Mi objetivo es reconstruir la historia del hospital, desde su instalación como hospital “El Lavadero”, hasta el cierre, como hospital “Villa Baviera”.  Para lo cual he determinado hasta ahora tres periodos históricos: Instalación e institucionalización; consolidación y cierre.   Por cierto, mi tesis doctoral es el primer trabajo con el foco puesto en el hospital y espero que luego vengan otros que profundicen, expliquen, amplíen o cuestionen mis hallazgos.

 

MDN: ¿Cuáles son tus fuentes?

EHJ: He trabajado y sigo trabajando con fuentes documentales escritas, prensa y entrevistas.

 

MDN: ¿Puedes compartir ya con nosotros algunos hallazgos? ¿O es demasiado pronto para eso?

EHJ: Todavía es pronto. Sin embargo, ha sido interesante en el contexto de mi primer capítulo donde pongo en contexto la instalación e institucionalización del hospital, observar la problemática histórica (de larga duración) que ha tenido (y tiene todavía) Chile para dar cobertura de salud pública a su población. La existencia de sociedades de beneficencia que llevaban (y llevan) a cabo tareas sanitarias no empieza ni termina con el hospital de la Colonia. Eso me llevó bastante tiempo estudiarlo y creo que queda asentado el contexto que hace posible la creación de este hospital, a pesar de que no contaba con los permisos legales de la autoridad sanitaria desde sus inicios, sino que estas autorizaciones se logran en el contexto de la comisión investigadora del parlamento en 1968. Hay que recordar que la personalidad jurídica era para beneficencia centrada en la educación.

Por otro lado, he observado cómo las conexiones germano-chilenas de larga data contribuyeron a cimentar un camino que facilitó ese proceso de institucionalización, donde participaron varios funcionarios y autoridades que tenían conexiones familiares o personales con Alemania y que tenían una muy buena opinión sobre lo que podría ofrecer una sociedad benefactora alemana en Chile.

Un tercer hallazgo preliminar, es que desde los orígenes la Colonia va a probar algunas estrategias para enfrentar sus acusaciones públicas y esto se observa en los orígenes del hospital. Por un lado, está la que he denominado “estrategia de los hechos consumados” y que en el caso del hospital va a permitir su legalización cuando ya llevaba varios años funcionando, pues hubiera sido “imposible” para las autoridades chilenas cerrar un hospital cuando el país en la década de los 60 tenía tantas necesidades sanitarias. Esta es una argumentación que queda incluso expresada en las intervenciones de Patricio Aylwin en 1968. Por otro lado,  está la “estrategia de los favores”, que en el caso del hospital se observa con el apoyo que el personal del hospital El Lavadero prestó ante la huelga nacional del sector salud en 1966. El apoyo al sector público de salud,  le valió el reconocimiento por escrito de autoridades sanitarias y el ofrecimiento de apoyo incondicional que quedó por escrito y que fue utilizado en defensa de la SBED en el marco de las acusaciones tras la fuga de Wolfgang Müller y Wilhelmine Lindemann en 1966 y en el marco de las investigaciones y discusiones parlamentarias de 1968.

 

MDN: ¿Cuál crees que es el mayor desafío de la investigación de Colonia Dignidad?

EHJ: Hay un desafío ético. Como dijo en cierta ocasión Horst Schaffrik, esto no es un tema del pasado, no es historia. Y tiene razón. No es un tema del pasado del que se pueda hacer historia como si las personas afectadas no siguieran vivas sufriendo las consecuencias de las acciones del pasado, pero también de las inacciones o falta de voluntad política del presente, que tan nítidamente vemos en el caso de familiares de detenidos desparecidos, quienes a casi 50 años siguen exigiendo saber dónde están y qué pasó con sus familiares, o de los jóvenes chilenos abusados sexualmente que llevan años esperando el pago de sus indemnizaciones. El desafío ético tiene que ver con el tratamiento que le damos al caso y a las personas que muchas veces nos cooperan, por ejemplo, con entrevistas. Hay que evitar caer en el “extractivismo académico”, donde vamos, entrevistamos y luego publicamos nuestros trabajos y nunca las personas entrevistadas supieron en qué y cómo usamos sus relatos.

Por otra parte, hay que desarrollar investigaciones que no solo contribuyan al conocimiento especializado de este tema, sino también al conocimiento público, el tema de la Colonia y de las violaciones a los DDHH son temas de interés público actual y también para las generaciones que vienen.

Un reto metodológico y analítico, tiene que ver con cómo se interpretan o analizan las fuentes, hay que desarrollar fórmulas que permitan contrastar fuentes. También, un reto es cómo acotar nuestros temas de investigación, creo que a todos quienes nos hemos aproximado al caos de la Colonia desde la investigación, nos ha pasado sentir la necesidad de explicarlo todo (lo que es imposible) para entrar en un foco específico.  Hoy se necesitan investigaciones que aborden tantas dimensiones particulares que nunca nadie ha pensado ni trabajado y desde diferentes enfoques científicos e incluso artísticos, creativos.

También hay un desafío idiomático, este es un caso que involucra dos idiomas y tenemos que hacer esfuerzos notables quienes nos interesamos por estos temas para aprender la otra lengua.

 

MDN: ¿Por qué te fascina el tema de la Colonia Dignidad?

EHJ: Es un tema que necesita un compromiso de larga data. En mi caso, me he acercado en mi rol como psicóloga social y luego como investigadora en historia. He conocido a los diferentes grupos de víctimas y el contacto con ellos y ellas me ha tocado en una dimensión de compromiso humano y profesional. Una no puede simplemente irse a la casa cuando hay tanto por hacer en el ámbito de la investigación, del acompañamiento, de la escucha, de la justicia, del conocimiento histórico, de la memoria y de la transmisión a las nuevas generaciones. Entonces, me compromete el trabajo en diferentes áreas que hay por hacer, las relaciones humanas que he ido construyendo y la confianza que muchos y muchas han puesto en mi persona, entonces todas son razones muy poderosas para seguir e intentar contribuir con un granito de arena a todo esto.

 

MDN: ¿Hay algún tema que, en tu opinión, debería recibir más atención en la investigación científica?

EHJ: Hay muchos temas, pues la investigación científica es muy reciente. Entonces, solo puedo alentar a investigadores jóvenes (y no tan jóvenes) a interesarse por este tema desde sus diferentes áreas de trabajo. También a los artistas y creadores, sabemos cuánto han aportado al debate y conocimiento público, las producciones audiovisuales, teatrales, novelas.

Eso sí, mi invitación es siempre considerando la dimensión ética en el trabajo. Estos son temas sensibles y que no pueden convertirse simplemente en objetos de estudio o creación, descuidando que nuestros principales interlocutores o público interesado son precisamente quienes fueron afectados por la Colonia.

 

MDN: ¿Qué consejo darías a las jóvenes becarias que quisieran iniciar un proyecto de investigación sobre el tema de la Colonia Dignidad?

EHJ: El primero y más fundamental, es el cuidado y respeto por el tratamiento de este tema, no olvidar que es un tema que interesa no solo en la academia sino a las personas que vivieron estos hechos, entonces ellos serán sus principales críticos. El segundo, es cuidarse y cuidar las relaciones que se establecen con las personas, hay que evitar caer en “alianzas” o “secretismos” que refuercen esquemas del pasado. Mantener durante el trabajo de investigación una actitud crítica y autocrítica respecto de las decisiones teóricas, metodológicas y éticas que se toman, ponderando sus efectos en los resultados. Mirar la multiperspectiva como algo que juega a favor de nuestro trabajo y no como una barrera.  Y, por último, construir redes de trabajo, colaborar, intercambiarse con colegas, eso siempre ayuda a mantener esa reflexividad en el proceso de investigación.

 

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Evelyn Hevia Jordán vor dem Krankenhaus der Colonia Dignidad (Copyright: Evelyn Hevia Jordán)

Evelyn Hevia Jordán über ihre Forschungen zum Krankenhaus der Colonia Dignidad

Evelyn Hevia Jordán ist Sozialpsychologin und Historikerin. Die gebürtige Chilenin befasst sich im Rahmen ihres Dissertationsprojekts mit der Geschichte des Krankenhauses der Colonia Dignidad. Im Folgenden Interview gibt sie einen Einblick in ihr spannendes Forschungsprojekt, welches sie am Lateinamerikainstitut der Freien Universität Berlin erarbeitet.

Meike Dreckmann-Nielen: Wie kamst du dazu, zur Colonia Dignidad zu forschen?

Evelyn Hevia Jordán: Seit meiner Teenagerzeit war das Thema der Colonia Dignidad als eine deutsche Sekte mit einem pädokriminellen Anführer an der Spitze präsent. Ich war im Jahr 1997 gerade 16 Jahre alt, als die Flucht der Colonia-Mitglieder Tobias Müller und Salo Luna Schlagzeilen in der Presse machte. Die Geschichte hatte einen großen Einfluss auf mich, da wir fast gleich alt waren und doch ein so unterschiedliches Leben vor uns hatten. Erst Jahre später, als Psychologiestudentin, wurde ich in Psychopathologie von Dr. Luis Enrique Peebles unterrichtet, der sich im Rahmen seines Lehrplans als „Überlebender der Colonia Dignidad“ und „Kronzeuge im Fall Paul Schäfer“ vorstellte. Zu diesem Zeitpunkt, etwa 2003 oder 2004, war Paul Schäfer noch auf der Flucht vor der chilenischen Justiz.

Während des Studiums hatte ich dann als studentische Mitarbeiterin in Projekten mitgearbeitet, die sich den Prozessen der Aufarbeitung der jüngsten Vergangenheit der chilenischen zivil-militärischen Diktatur widmeten. In diesem Kontext war die Colonia Dignidad zwar Thema, sie war aber nicht mein Schwerpunkt.

Das Thema Colonia Dignidad begegnete mir zunehmend im Kontext meiner Arbeitserfahrung als Interviewerin im Oral History Archiv der Villa Grimaldi. Dort hatten mehrere Zeitzeug:innen die Colonia als politisches Gefängnis und Folterzentrum, sowie als Teil des Netzwerks der DINA bezeichnetet. Im Jahr 2013 wurde ich schließlich eingeladen, an der Ausarbeitung eines der ersten Mündlichen Archive mitzuwirken, das sich mit dem Fall Colonia Dignidad befassen sollte. Dieses damalige Projekt kam zwar nie zustande, aber es war eben mein erster Kontakt mit diesem Fall. Dort konnte ich zum ersten Mal das Ausmaß und die Komplexität der Colonia Dignidad sehen. Jenes wollte ich immer besser zu verstehen lernen. Seitdem ist das Thema Colonia Dignidad, seine Vergangenheit, aber vor allem seine gegenwärtigen Herausforderungen, seine Akteure und Akteurinnen in den Mittelpunkt meiner Arbeit gerückt.

 

MDN: Du bist Psychologin und Historikern; wie hilft dir diese Kombination in deiner Arbeit zur Colonia Dignidad?

EHJ: Interdisziplinarität ist notwendig und unverzichtbar. Ich habe meinen Student:innen der qualitativen Forschungsmethodik immer gesagt: „Komplexe Probleme erfordern komplexe disziplinäre und methodische Ansätze“. Ich bin in zwei Disziplinen ausgebildet worden, die sich in irgendeiner Weise mit der Vergangenheit befassen. Die klassischere Version der Psychologie, die sich auf das Individuum konzentriert, legt den Fokus darauf, wie die Vergangenheit, also die frühen Beziehungen, die Familie und ihre Sozialisation das Leben in der Gegenwart beeinflusst. Auf der anderen Seite bietet uns die Geschichte ein Verständnis von sozialen, politischen, kulturellen Prozessen der Vergangenheit, um unsere sozialen, politischen und kulturellen Probleme in der Gegenwart zu verstehen. Das ist sehr allgemein gesagt, denn wir wissen, dass es für beide Disziplinen Debatten und Strömungen gibt, die unterschiedlich geprägt sind.

An beiden schätze ich ihre Präzision und ihre methodischen Ansätze. Die Psychologie hat mir in der direkten Arbeit mit Menschen wertvolle Werkzeuge an die Hand gegeben, um Vertrauen aufzubauen, die zwischenmenschliche Bindung zu pflegen und alle Menschen in ihrem Zustand als menschliche Wesen zu respektieren. Sie haben alle auf unterschiedliche Weise, unter unterschiedlichen Umständen und durch das Handeln oder Unterlassen verschiedener Akteur:innen gelitten. Ethische Reflexion, die Fähigkeit zuzuhören, Vertraulichkeit und Beziehungsanalyse spielen dabei eine zentrale Rolle.

Auf der anderen Seite gibt es die Geschichte, die mir ein Verständnis für den sozialen, politischen, rechtlichen und kulturellen Kontext einer bestimmten Zeit vermittelt hat. Die Arbeit mit Archiven und Quellen ist eine Disziplin, die mich dazu einlädt, eine Multiperspektive zu suchen und den Begriff der Wahrheit in Frage zu stellen. Sie lehrt mich, Vorsicht zu kultivieren, bevor ich etwas als selbstverständlich annehme, denn Geschichte ist auch das Ergebnis der Zeit, in der sie geschrieben wird, und der Bedingungen des Möglichen oder der Einschränkungen, die der*die Autor:in hat. Sie erfordert eine ständige Auseinandersetzung mit den Quellen und den Möglichkeiten, sie zu interpretieren. Zum Beispiel gibt es im Fall Colonia Dignidad zahlreiche gerichtliche Aussagen. Heute wissen wir allerdings, dass viele von ihnen unter dem Druck auf Zeug:innen während der Zeit Schäfers gemacht wurden, so dass es wichtig ist, ihren Wahrheitswert zu hinterfragen. Dies bedeutet nicht, dass sie für die historische Arbeit nicht nützlich sind, aber sie müssen in diesem Zeitrahmen kontrastiert und analysiert werden.

 

MDN: Warum hast du dir das Thema des Krankenhauses ausgesucht?

EHJ: In meiner zentralen Hypothese stellt das Krankenhaus das Zentrum des komplexen Funktionierens der Colonia Dignidad dar. In gewisser Weise war es dasjenige, das die legale Institutionalisierung der Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad in Chile sicherstellte, was dann ihre Konsolidierung und ihr Funktionieren für so lange Zeit trotz der Denunziationen ermöglichte. Andererseits werden um das Krankenhaus herum eine Reihe von Diskursen über medizinisch-wissenschaftliches Wissen und über die in Chile schon lange vorher verbreiteten germanophilen Vorstellungen konstruiert und verstärkt: Ordnung, Sauberkeit, Arbeit, Anstrengung etc. Ich habe das Krankenhaus auch deshalb gewählt, weil es in ethischer und politischer Hinsicht ein herausfordernder Fall ist. Vielleicht ist es der sensibelste und komplexeste Fall, weil er impliziert, über Grauzonen zu sprechen, wie Primo Levi es ausdrückte. Das Krankenhaus erfüllte eine Rolle, in der es den chilenischen Staat übertraf und eine effektive medizinische Versorgung bot, die sich von einem mangelhaften öffentlichen Gesundheitssystem abhob. Auf der anderen Seite trug das Krankenhaus dazu bei, kriminelle Praktiken zu verbergen. Das ist eine Tatsache, die ich nicht selbst behaupte, sondern auf die auch vor Gericht von denjenigen hingewiesen wurde, die an diesen Verbrechen beteiligt waren und Opfer davon wurden.

 

MDN: Was ist deine Forschungsabsicht?

EHJ: Mein Ziel ist es, die Geschichte des Krankenhauses zu rekonstruieren, von seiner Gründung als Krankenhaus El Lavadero bis zu seiner Schließung als Krankenhaus Villa Baviera. Zu diesem Zweck habe ich bisher drei historische Perioden bestimmt: Installation und Institutionalisierung, Konsolidierung und Schließung.

 

MDN: Was sind deine Quellen?

EHJ: Ich habe mit schriftlichen dokumentarischen Quellen, Presseveröffentlichungen und Interviews gearbeitet und werde dies auch weiterhin tun.

 

MDN: Kannst du schon ein paar Erkenntnisse mit uns teilen? Oder ist es dafür noch zu früh?

EHJ: Noch ist es etwas früh. Im Zusammenhang mit meinem ersten Kapitel, in dem ich die Einrichtung und Institutionalisierung des Krankenhauses in einen Kontext gestellt habe, war es jedoch interessant, die (seit langem bestehenden) historischen Probleme zu beobachten, die Chile bei der Versorgung seiner Bevölkerung mit öffentlichen Gesundheitsdiensten hatte (und immer noch hat). Die Existenz von Wohltätigkeitsvereinen, die Gesundheitsaufgaben wahrnahmen (und noch immer wahrnehmen), beginnt und endet nicht mit dem Krankenhaus der Colonia Dignidad. Es hat mich viel Zeit gekostet, dies zu studieren, und ich glaube, dass der Kontext, der die Gründung dieses Krankenhauses ermöglichte, feststeht, auch wenn es nicht von Anfang an über die gesetzlichen Genehmigungen der Gesundheitsbehörde verfügte, sondern diese Genehmigungen erst im Rahmen des parlamentarischen Untersuchungsausschusses von 1968 eingeholt wurden. Es sei daran erinnert, dass der Rechtsstatus gemeinnützigen Zwecken diente und der Schwerpunkt auf der Bildung lag.

Andererseits habe ich beobachtet, wie langjährige deutsch-chilenische Verbindungen dazu beigetragen haben, einen Weg zu ebnen, der diesen Institutionalisierungsprozess erleichterte, an dem mehrere Beamte und Behörden beteiligt waren, die familiäre oder persönliche Verbindungen zu Deutschland hatten und die eine sehr gute Meinung davon hatten, was eine deutsche Wohlfahrtsgesellschaft in Chile bieten könnte.

Ein drittes vorläufiges Ergebnis ist, dass die Colonia von Anfang an einige Strategien versuchte, um sich den öffentlichen Anschuldigungen zu stellen, was sich in den Ursprüngen des Krankenhauses zeigt. Einerseits gibt es das, was ich die „Strategie der vollendeten Tatsachen“ genannt habe, die im Fall des Krankenhauses dessen Legalisierung ermöglichte, als es bereits seit mehreren Jahren in Betrieb war. Es wäre für die chilenischen Behörden „unmöglich“ gewesen wäre, ein Krankenhaus zu schließen, als das Land in den 1960er Jahren so viele gesundheitliche Bedürfnisse hatte. Dieses Argument kommt sogar in den Reden von Patricio Aylwin im Jahr 1968 zum Ausdruck. Andererseits gibt es die „Strategie der Gefälligkeiten“, die sich im Falle des Krankenhauses in der Unterstützung des nationalen Streiks im Gesundheitssektor im Jahr 1966 durch das Personal des Krankenhauses El Lavadero zeigt. Diese Unterstützung des öffentlichen Gesundheitswesens wurde von den Gesundheitsbehörden schriftlich anerkannt und zur Verteidigung der SBED im Zusammenhang mit den Anschuldigungen nach der Flucht von Wolfgang Müller und Wilhelmine Lindemann im Jahr 1966 sowie im Rahmen der parlamentarischen Untersuchungen und Diskussionen im Jahr 1968 herangezogen.

 

MDN: Was ist deiner Meinung nach die größte Herausforderung an der Forschung zur Colonia Dignidad?

EHJ: Es gibt eine ethische Herausforderung. Wie der Colonia-Zeitzeuge Horst Schaffrik einmal sagte: Das ist keine Sache der Vergangenheit, das ist keine Geschichte. Und er hat Recht. Es handelt sich nicht um ein Thema der Vergangenheit, das man zur Geschichte machen kann, als ob die Betroffenen nicht noch am Leben wären und unter den Folgen vergangener Handlungen leiden würden, sondern auch um die Untätigkeit oder den mangelnden politischen Willen der Gegenwart, was wir so deutlich im Fall der Angehörigen von verschwundenen Häftlingen sehen, die fast 50 Jahre später immer noch verlangen, zu erfahren, wo sie sind und was mit ihren Angehörigen passiert ist. Oder der sexuell missbrauchten jungen Chilenen, die seit Jahren auf ihre Entschädigung warten. Die ethische Herausforderung hat mit der Behandlung zu tun, die wir dem Fall und den Menschen geben, die oft mit uns kooperieren, zum Beispiel bei Interviews. Wir müssen vermeiden, in die Falle des „akademischen Extraktivismus“ zu tappen, wo wir hingehen, Interviews führen und dann unsere Arbeit veröffentlichen und die Menschen, die wir interviewt haben, nie erfahren, wie wir ihre Geschichten verwendet haben.

Andererseits müssen wir Forschungen entwickeln, die nicht nur zum Fachwissen über dieses Thema beitragen, sondern auch zum öffentlichen Wissen. Das Thema der Kolonie und der Menschenrechtsverletzungen ist ein Thema von aktuellem öffentlichen Interesse und auch für die kommenden Generationen wichtig.

Eine methodische und analytische Herausforderung hat damit zu tun, wie die Quellen interpretiert oder analysiert werden. Es ist notwendig, Formeln zu entwickeln, die es uns erlauben, Quellen zu kontrastieren. Ich glaube, dass alle von uns, die sich dem Chaos der Colonia durch Forschung genähert haben, das Bedürfnis hatten, alles zu erklären (was unmöglich ist), um in einen bestimmten Fokus zu gelangen. Wir brauchen heute eine Forschung, die sich mit so vielen besonderen Dimensionen befasst, an die noch niemand gedacht oder gearbeitet hat, und zwar mit unterschiedlichen wissenschaftlichen und sogar künstlerischen, kreativen Ansätzen.

Es gibt auch eine sprachliche Herausforderung, denn es handelt sich um einen Fall, der zwei Sprachen betrifft, und diejenigen von uns, die sich für diese Themen interessieren, müssen bemerkenswerte Anstrengungen unternehmen, um die andere Sprache zu lernen.

MDN: Warum fasziniert dich das Thema Colonia Dignidad?

EHJ: Es ist ein Thema, das ein langjähriges Engagement erfordert. In meinem Fall habe ich mich ihr in meiner Rolle als Sozialpsychologin und dann als Forscherin in der Geschichte genähert. Ich habe verschiedene Gruppen von Opfern getroffen und der Kontakt mit ihnen hat mich in einer Dimension des menschlichen und beruflichen Engagements berührt. Man kann nicht einfach nach Hause gehen, wenn es so viel zu tun gibt auf dem Gebiet der Forschung, der Begleitung, des Zuhörens, der Gerechtigkeit, des historischen Wissens, der Erinnerung und der Weitergabe an neue Generationen. Ich engagiere mich also für die Arbeit, die in verschiedenen Bereichen getan werden muss, für die menschlichen Beziehungen, die ich aufgebaut habe, und für das Vertrauen, das viele in mich gesetzt haben. Das sind alles sehr starke Gründe, weiterzumachen und zu versuchen, ein Körnchen Sand zu all dem beizutragen.

 

MDN: Gibt es ein Thema, das deiner Meinung nach, mehr Aufmerksamkeit bekommen sollte?

EH: Es gibt viele Themen, da die wissenschaftliche Forschung sehr aktuell ist. Ich kann also junge (und nicht mehr ganz so junge) Forscher:innen nur ermutigen, sich in ihren verschiedenen Arbeitsbereichen mit diesem Thema zu beschäftigen. Auch Kunstschaffende und Künstler, von denen wir wissen, wie viel sie zur Debatte und zum öffentlichen Wissen beigetragen haben, audiovisuelle Produktionen, Theaterstücke, Romane.

Natürlich ist meine Aufforderung immer, die ethische Dimension der Arbeit zu berücksichtigen. Das sind heikle Themen, die nicht einfach zu Studien- oder Gestaltungsobjekten werden können, wobei wir die Tatsache vernachlässigen, dass unsere Hauptgesprächspartner:innen oder die interessierte Öffentlichkeit genau diejenigen sind, die von der Kolonie betroffen waren.

 

MDN: Was würdest du Nachwuchswissenschaftle:rinnen raten, die eine Forschungsarbeit zum Thema Colonia Dignidad aufnehmen möchten?

EHJ: Die erste und grundlegendste ist die Sorgfalt und der Respekt im Umgang mit diesem Thema. Vergessen Sie nicht, dass es sich um ein Thema handelt, das nicht nur für Akademiker von Interesse ist, sondern auch für die Menschen, die diese Ereignisse miterlebt haben. Also werden sie die Hauptkritiker:innen sein. Zweitens ist es wichtig, auf sich selbst und die Beziehungen zu den Menschen zu achten, um nicht in „Allianzen“ oder „Heimlichkeiten“ zu verfallen, die die Muster der Vergangenheit verstärken. Während der Forschungsarbeit eine kritische und selbstkritische Haltung im Hinblick auf die getroffenen theoretischen, methodischen und ethischen Entscheidungen bewahren und deren Auswirkungen auf die Ergebnisse abwägen. Betrachten Sie die Multiperspektive als etwas, das für unsere Arbeit förderlich ist und nicht als Hindernis. Und schließlich hilft der Aufbau von Netzwerken, die Zusammenarbeit, der Austausch mit Kolleg:innen immer, diese Reflexivität im Forschungsprozess zu erhalten.

 


Hier gehts zu einem Zeitzeugen-Bericht über das Krankenhaus der Colonia Dignidad. 

Interviews

Peter Rahl über seine Erinnerungen an Colonia Dignidad-Arzt Hartmut Hopp

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Peter Rahl über seine Erinnerungen an Colonia Dignidad-Arzt Hartmut Hopp

Die juristische Strafverfolgung von Täter*innen der einstigen Colonia Dignidad bedeutet für den Heilungsprozess vieler Opfer mehr als nur Gerechtigkeit vor dem Gesetz. Sie ist ein Teil rückwirkender Wahrheitsfindung in einer von Lügen geprägten Vergangenheit. Zeitzeuge Peter Rahl hat in der Colonia Dignidad schwere Menschenrechtsverbrechen überlebt. Er fühlt sich inzwischen bereit, auch über die dunkelsten seiner Erfahrungen zu berichten, um die Aufarbeitung voranzubringen. Im folgenden Gesprächsausschnitt gibt er einen Einblick in diese Leidensgeschichte, die in Anbetracht jüngster Entscheidungen deutscher Justizbehörden im Fall Hartmut Hopp nicht aufzuhören scheint. Peter Rahl erzählt auch von einer Entschuldigung, die der einstige Colonia-Arzt ihm bis heute schuldig geblieben ist.

Gespräch mit Zeitzeuge Peter Rahl über die Unfähigkeit „Wahrheit zu erkennen und Versagen anzuerkennen“

Meike Dreckmann-Nielen: Woran erinnern Sie sich, wenn Sie an Hartmut Hopp denken?

Peter Rahl: Nachdem ich zweieinhalb Jahre im Krankenhaus Villa Baviera in Einzelhaft festgehalten wurde (die Geschehnisse würden ein Buch füllen) kam Hopp im April 1985 in das dortige Isolierzimmer und sagte zu mir: „Wir müssen jetzt mal herausfinden, woran du wirklich leidest und eine Lösung suchen. Deshalb möchte ich dich mitnehmen nach Deutschland, um dort eine medizinische Untersuchung durchzuführen, die hier nicht möglich ist.“ Eine Woche später nahm er mich mit nach Santiago de Chile und ab ging es im Flieger nach Deutschland.

MDN: Wohin genau?

PR: Nach Siegburg, wo die „Private Sociale Mission“ ja noch ein gemietetes Haus hatte. Von dort fuhren wir in die Psychiatrische Klinik Bonn, um am Venusberg mit einem Psychiater namens Professor H. zu sprechen. Mit Elektroden übersätem Kopf kam ich dort zur Untersuchung in die Röhre. Saß danach im Wartezimmer vor dem Sprechzimmer des Professors und hörte das Gespräch zwischen Hartmut Hopp und dem Arzt mit. Hopps Frau war auch dabei. Sie werteten die vielen gefalteten Papierausdrücke der Röhre aus.

MDN: Und was kam dabei heraus?

PR: Schlussendlich sagte der Professor zu Hartmut Hopp: „Für Ihre Vermutungen gibt es keinen Hinweis. Ihr Patient ist vollkommen gesund.“ Und zu der Sekretärin: „Holen sie den Herrn Rahl doch mal herein.“

MDN: Was geschah, als Sie dann in das Zimmer gebeten wurden?

PR: Nachdem er mich begrüßte, sagte er sofort: „Ich kann Ihnen Ihre Angst nehmen. Sie sind gesund. Es liegen keinerlei Schäden oder Beeinträchtigungen vor.“ Da dachte ich mir damals: Meine Angst? Ich wusste doch, dass ich gesund bin. So hatte Hopp das also eingefädelt! „Vielleicht gibt es traumatische Belastungen aus der Kindheit“, sagte der Professor dann noch, „das müsste man in einer anderen Zusammensetzung erkunden. Aber ich kann ihnen versichern, Sie sind gesund.“ Und zu Hopp gewandt, meinte er schließlich: „Dr. Hopp, setzen Sie innerhalb von drei Tagen alle Medikamente ab und ich möchte Herrn Rahl in 14 Tagen noch einmal sehen.“

MDN: Hatte Hopp denn damit erreicht, was er mit diesem Klinikbesuch beabsichtigte?

PR: Das von Schäfer gewünschte Attest über mich, welches allen belegen sollte, dass ich, Peter Rahl, ein Geisteskranker wäre, konnte Hopp zumindest nicht mit nach Chile bringen.

MDN: Ich verstehe noch nicht ganz, was dieser ganze Aufwand bezwecken sollte.

PR: Dazu müssen Sie wissen, dass ich vor meiner Krankenhauseinlieferung Schäfer schriftlich mitgeteilt hatte, dass der sexuelle Übergriff auf mich 3 Tage nach meiner Ankunft aus Deutschland im Oktober 1973 eine Sünde ist – seine Sünde an mir. Und, dass ich eine Erklärung von ihm erwartete.

MDN: Was passierte im Anschluss an diesen Brief an Paul Schäfer?

PR: Daraufhin kam ich ins Krankenhaus und wurde über Jahre mit Elektroschocks und stärksten Medikamenten gequält. Ich lag bis zu 20 Tagen im Koma. Das Krankenhauspersonal, insbesondere Frau Dr. Gisela Seewald, hat mir dies im Nachhinein bestätigt. Mehrere Jahre später, bei einer Dokumentenvernichtungsaktion im Jahr 1999, entdeckte ich im Archiv von Dr. Gerd Seewald einen großen Umschlag mit meinem Namen drauf. Den habe ich weggeschmuggelt. Unter anderem war dort eine Kopie der Unterlagen drin, die Hartmut Hopp damals vor unserem Flug nach Deutschland per Post an den Professor in der Bonner Klinik geschickt hatte.

MDN: Und was stand in der Kopie dieser Unterlagen?

PR: Alleine 11 Seiten „Berichte“ über perverse Auffälligkeiten, sexuelle Gelüste, meine vermeintlich triebhafte Spionage über die Privatsphäre der Ehepaare und so weiter. Alle krankhaften Aktivitäten, die Paul Schäfer selbst und seine Komplizen seit Jahrzehnten lebten, wurden mir damit aufgestempelt. Das war Wahnsinn! Mit Zeugen und Uhrzeiten gelogen und erfunden – ganze 11 Seiten lang. Nie war ich dem Wunsch nach Sterben näher als in der Stunde, in der ich diesen verlogenen Bericht, von Hartmut Hopp unterschrieben, gelesen habe.

MDN: Haben Sie Hartmut Hopp selbst jemals damit konfrontieren können?

PR: Ich nicht, meine Frau Karin hatte das nach unserer Hochzeit in Chile versucht.

MDN: Und auf welche Reaktion ist sie gestoßen?

PR: Die üblichen Ausreden: „Ich musste gehorchen.“, „Ich habe nur den Auftrag ausgeführt.“, „Ich habe vieles nicht gewusst; damals hab ich das Krankenhaus noch nicht geleitet.“ und so weiter.

MDN: Hat er sich irgendwann im privaten Rahmen bei Ihnen entschuldigt?

PR: Nein, nie ein Wort der Entschuldigung. Stattdessen Sprüche wie: „Wer zurückschaut, ist nicht berufen zum Reich Gottes.“, oder „Lasst uns gemeinsam vorwärts gehen.“ Oder auch: „Alles Gewesene ist Vergeben und Vergessen.“ Oder Kurt Schnellenkamps Satz (er hatte mich in der Krankenhaus-Zeit besonders verprügelt und gefoltert): „Egal was ich dir auch alles angetan haben soll, du musst immer wissen, am Ende wollte ich nur dein Bestes!“ Er kam sich bei mir zu entschuldigen, weil er von vielen im Fundo 2003 angesprochen worden ist, ob er sich für seine Verbrechen an mir schon entschuldigt hatte. Und der Satz war das Ergebnis. Diese Menschen sind unfähig Wahrheit zu erkennen und Versagen anzuerkennen.

 

***Update*** (15. Februar 2021)

Nach der Veröffentlichung dieses Interviews, wandte sich eine ehemalige Mitarbeiterin des Krankenhauses der Colonia Dignidad an Peter Rahl. Sie hatte ihn damals auf der Station in schlechtem Zustand gesehen und anschließend ihrer Kollegin versprechen müssen, dass sie nie darüber sprechen würde. Nun hat sie ihre Erinnerungen doch aufgeschrieben und sie Peter Rahl mit der Bitte um Weiterleitung an diesen Blog geschickt.

Im Folgenden der Kommentar im Wortlaut:

Ich bin Alma Brückmann und teile hier mit, was mir bis heute Schreckliches im Herzen geblieben ist über eine Situation von Peter Rahl, als er noch ein junger Mann war. Damals lebten wir in der Colonia Dignidad in Chile. Ich war als Reinigungsfrau im alten Krankenhaus tätig. Auf der Station lag ein Mann als Patient in Zimmer 11. Dieses Zimmer durfte außer einigen gelernten Krankenschwestern niemand betreten. Einmal wurde ich von  der Stationsschwester Ingrid K. beauftragt, vor Zimmer 11 Wache zu stehen, weil sie zu dem „gefährlichen Patienten“ hineingehen wollte. Eine Weile später kam sie heraus und beauftragte mich: „Hole eine Schüssel Wasser, Seife und zwei Handtücher und komm sofort wieder zurück!“ Ich brachte die Sachen. Sie machte die Tür auf und holte mich ins Zimmer, trotz Verbot. Ich war entsetzt. Den jungen Mann kannte ich doch; es war Peter Rahl. Er lag da wie im Koma. Er hatte alle große und kleine Notdurft unter sich gemacht und ich musste helfen, ihn sauber zu machen und umzuziehen. Eigentlich durfte auch ich dieses Zimmer nie betreten, darum verlangte Ingrid K. von mir, dass ich niemals darüber spreche, was ich hier gesehen habe. Später erfuhr ich, das Peter Rahl nicht krank war, sondern – wie wir untereinander sagten –hier „verplommt“ wurde. Auch lange Zeit später, als man ihn schon mal außerhalb des Zimmers sah, benahm er sich wie ein psychisch Kranker, er seiberte dauernd aus dem Mund und lallte vor sich her.

 

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Weiterführende Links zu dem Thema Colonia Dignidad:

  • „Zeitzeuge Peter Rahl im Interview über sein Leben nach der Colonia Dignidad“ – hier entlang!
  • „Jurist Andreas Schüller über den aktuellen Stand im Fall Hartmut Hopp“ – Hier entlang!

  • “Rechtliche Stellungnahme des ECCHR zum Beschluss des Oberlandesgerichts Düsseldorf in Sachen Hartmut Hopp/ Colonia Dignidad” – Hier entlang!
  • “ECCHR-Stellungnahme zu der Rolle von Hartmut W. Hopp innerhalb der Colonia Dignidad” – Hier entlang!

Akteur*innen & Projekte/Interviews

Jurist Andreas Schüller über den aktuellen Stand im Fall Hartmut Hopp

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Jurist Andreas Schüller über den aktuellen Stand im Fall Hartmut Hopp

Der Fall Hartmut Hopp ist höchst kompliziert. In Chile wurde der einstige Arzt der Colonia Dignidad im Jahr 2013 wegen Beihilfe zum sexuellen Missbrauch verurteilt. Durch seine Ausreise nach Deutschland konnte er sich dieser Haftstrafe entziehen. Seitdem lebt er straffrei in Nordrheinwestfalen. Denn Deutschland liefert eigene Staatsbürger nicht nach Chile aus. Auch von deutschen Justizbehörden wurden inzwischen Verfahren angestrengt. Jüngst bestätigte die Generalstaatsanwaltschaft Düsseldorf die Entscheidung der Staatsanwaltschaft Krefeld, das Ermittlungsverfahren gegen Hartmut Hopp einzustellen. Der Jurist Andreas Schüller, der im Rahmen seiner Zuständigkeit für das European Center for Human and Constitutional Rights (ECCHR) zum Thema Colonia Dignidad arbeitet, hält dies für falsch.

Gespräch mit Andreas Schüller vom ECCHR über juristische Schritte im Fall des Colonia-Arztes Hartmut Hopp

Meike Dreckmann-Nielen: Herr Schüller, seit unserem letzten Interview ist Einiges passiert. Die Generalstaatsanwaltschaft Düsseldorf hat die Beschwerde der ECCHR-Partneranwältin Petra Schlagenhauf gegen die Einstellung des Ermittlungsverfahrens gegen den ehemaligen Arzt der Colonia Dignidad zurückgewiesen. Bedeutet dies, dass Hartmut Hopp nach deutschem Rechtsverständnis unschuldig ist?

Andreas Schüller: Ja, denn natürlich gilt hier die Unschuldsvermutung, auch wenn es viele Hinweise darauf gibt, dass Hartmut Hopp zentral in die Straftaten der Colonia Dignidad verwickelt gewesen ist.

MDN: In dem umfangreichen Statement-Papier des ECCHR zu der jüngsten Entscheidung der Generalstaatsanwaltschaft Düsseldorf im Falle Hartmut Hopp, heißt es, dass das ECCHR eine Dienstaufsichtsbeschwerde gegen die Behörde erwägt. Wozu? Was bringt das?

AS: Es gibt im Grunde genommen keine wirksamen Rechtsbehelfe gegen die Entscheidungen der Staatsanwaltschaften. Unsere Kooperationsanwältin Petra Schlagenhauf hat einen Antrag auf Ermittlungserzwingung an das Oberlandesgericht Düsseldorf gestellt. Dieses Verfahren hat jedoch hohe formale Voraussetzungen und ist in den allermeisten Fällen erfolglos. Es verstößt nach unserer Auffassung gegen die EU-Richtlinie zum Opferschutz von Straftaten, wonach Opfer die Möglichkeit haben sollen, staatsanwaltschaftliche Entscheidungen ohne hohe Hürden gerichtlich überprüfen zu lassen. Unsere Dienst- und Fachaufsichtsbeschwerde an das Justizministerium in NRW dient dazu, dass das Ministerium seine Fachaufsicht über die Staatsanwaltschaften des Landes ausübt. Wir kritisieren seit Langem, dass der Ermittlungsfokus im Tatkomplex „Colonia Dignidad“ viel zu eng ist. Es fehlt an Priorisierung dieses Tatkomplexes, an notwendigen Ressourcen und dem politischen Willen, die Taten aufzuarbeiten. So kann man einem Fall von jahrzehntelanger systemischer Kriminalität nicht gerecht werden.

Rechtsanwältin Petra Schlagenhauf, Copyright: Petra Schlagenhauf

MDN: Im Statement-Papier des ECCHR sind einige Aspekte genannt, mit denen Sie im Hinblick auf die Arbeit der nordrheinwestfälischen Justizbehörden nicht einverstanden sind. Ich habe die Generalstaatsanwaltschaft Düsseldorf um eine Stellungnahme zu den Vorwürfen des ECCHR gebeten. Gerne würde ich die Auskunft mit Ihnen teilen und Sie schließlich um eine Einordnung der Position der Generalstaatsanwaltschaft aus Ihrem Blickwinkel bitten. In Ordnung?

AS: Ja, gerne.

MDN: Also, ich habe die Generalstaatsanwaltschaft gefragt, ob es zutrifft, dass potenzielle Zeug*innen der Hartmut Hopp zu Last gelegten Verbrechen nicht gehört wurden, obwohl seitens des ECCHR und Petra Schlagenhauf mehrfach über die Aussagebereitschaft informiert wurde.

AS: Ja, so hatten wir es in unserem Statement formuliert.

MDN: Genau. Darauf erhielt ich die Rückmeldung, dass „sämtliche erfolgversprechenden Ermittlungshandlungen vorgenommen worden“ seien. Zu der Befragung der von Ihnen benannten Zeug*innen heißt es: „Soweit einzelne – benannte – Zeugen nicht oder nicht wiederholt vernommen worden sind, beruht dies auf der Wertung, dass keine Anhaltspunkte dafür vorgetragen oder sonst ersichtlich sind, dass diese Vernehmungen den Nachweis strafbaren Verhaltens des vormals Beschuldigten ermöglichen könnten.“ Das klingt wie das Gegenteil von dem, was Sie im Statement-Papier formuliert haben. Wie passt das zusammen?

AS: Es geht um die Wahrnehmung dessen, was in der Colonia Dignidad passiert ist. Die Staatsanwaltschaften haben einen sehr eingeschränkten Blick auf den einen Fall und sehen den Kontext nicht, in dem die Verbrechen stattgefunden haben. Es ist aber wichtig, dies zunächst zu ermitteln, um sich dann mit den neuen Erkenntnissen wieder dem spezifischen Fall zuzuwenden. Wir werfen Hopp ja vor, als Teil des „Systems Colonia Dignidad“ und der Führungsriege, eine Verantwortung zu tragen und nur zum Teil als direkter Täter. Diese individuelle Verantwortung in einem Organisationsgefüge, aus dem heraus schwere Straftaten begangen werden, bedarf aufwendiger Ermittlungen. Die von uns benannten Zeug*innen und Expert*innen hätten dazu wertvolle Hinweise liefern können.

MDN: Als nächstes habe ich gefragt, ob es stimmt, dass die Ermittlungen sich nur auf wenige Täter*innen und Tatzeiten beschränkten, obwohl die Colonia Dignidad jahrzehntelang Ort einer Vielzahl schwerer Menschenrechtsverbrechen war. Seitens der Generalstaatsanwaltschaft heißt es: „Nach dem Ergebnis der umfassenden Ermittlungen bestand auch kein Anlass, Ermittlungen gegen andere Personen einzuleiten. Insoweit ergab sich nicht der hierfür erforderliche Anfangsverdacht (§§ 152 Abs. 2, 160 Abs. 1StPO) konkreter verfolgbarer strafbarer Handlungen.“ Wie ist das aus Ihrer Sicht zu verstehen?

AS: Die Staatsanwaltschaft Krefeld hat es in ihren Ermittlungen versäumt, den Tatkomplex „Colonia Dignidad“ den systematischen und über Jahrzehnte andauernden Verbrechen angemessen und umfassend zu ermitteln. Die Strukturen, Hierarchien, Befehlsketten und Systematik der Verbrechensbegehung und – verschleierung erfordern ähnlich wie in Bereichen der organisierten Kriminalität oder anderen Formen der Makrokriminalität, entsprechende Priorisierung, Ressourcen und spezifisches Wissen. Die Staatsanwaltschaft Krefeld, noch die Generalstaatsanwaltschaft Düsseldorf, haben den Verbrechenskomplex Colonia Dignidad hinreichend erfasst und als solchen behandelt. Unsere Strafanzeige 2011 richtete sich allein gegen Hopp mit der Aufforderung, etwa dem Tatkomplex des Verschwindenlassens in Zusammenarbeit mit der DINA auf dem Gelände der Colonia Dignidad insgesamt nachzugehen, und nicht nur, wie geschehen, in drei Einzelfällen, um die Dimension sowie die Verantwortung der Colonia-Führungsriege zu erfassen. Dass Hopp der Mittelsmann der Colonia zur DINA gewesen ist, können mehrere Zeugen bestätigen.

Colonia-Arzt Hartmut Hopp (rechts) mit Diktator Augusto Pinochet (links), Quelle: Diario El Centro, Talca, vom 10.04.2001.; ECCHR

MDN: Das ECCHR hatte im Statement-Papier außerdem gefragt, warum weder Landes- noch Bundeskriminalamt in die Ermittlungen einbezogen wurde. Die Generalstaatsanwaltschaft hält diese „Aufgabenübertragung/-übernahme durch eine andere als die beteiligte Polizeibehörde“ nicht für notwendig. Warum sieht das ECCHR dies anders und warum sollte Ihrer Meinung nach das Landes- oder Kriminalamt eingeschaltet werden?

AS: Wir fordern, dass der Komplex „Schwere Straftaten in der Colonia Dignidad“ insgesamt hinsichtlich der noch nicht verjährten Delikte umfassend und erschöpfend ermittelt wird und die dafür notwendigen Ressourcen zur Verfügung gestellt werden. Bei der Colonia Dignidad handelte es sich um eine verbrecherische Organisation, in der systematisch Straftaten begangen wurden. Diese richteten sich zum einen intern gegen die Bewohner*innen, um diese in dem kriminellen System gefügig zu machen und unter strikter Kontrolle zu halten. Zum anderen wurden in der Zusammenarbeit als zentraler Stelle im Süden Chiles mit der Militärdiktatur Augusto Pinochets und der Geheimpolizei DINA schwerste Straftaten und Menschenrechtsverletzungen verübt, wie Folter, Verschwindenlassen und Ermordungen von Oppositionellen. Die Ermittlungen müssen sich auf das System Colonia Dignidad, Funktionsweisen und Entscheidungswege, fokussieren sowie auf die Führungsspitze in den relevanten Tatzeiträumen (hinsichtlich der Militärdiktatur vor allem 1973 bis ca. 1976). Die Täter*innen waren allesamt deutsche Staatsangehörige, einige haben sich durch Flucht nach Deutschland, vor allem nach Nordrhein-Westfalen, chilenischen Strafverfahren entzogen. In anderen Fällen, in denen deutsche Staatsanwaltschaften zu Diktaturverbrechen in Lateinamerika ermitteln, ist das Bundeskriminalamt eingeschaltet, das durch die Zentralstelle für Kriegsverbrechen über eine besondere Expertise in diesem Bereich verfügt. Es wäre angezeigt gewesen, diese Expertise für Ermittlungen zum Gesamtkomplex Colonia Dignidad anzufordern und einzubeziehen.

MDN: Und wie geht es jetzt weiter?

AS: Wir warten auf die Ergebnisse der Fach- und Dienstaufsichtsbeschwerde sowie den Antrag auf Ermittlungserzwingung beim OLG Düsseldorf. Dann sehen wir weiter.

MDN: Danke für den Einblick in die komplexen juristischen Prozesse.

AS: Sehr gerne.

 


Weiterführende Links zu dem Thema Colonia Dignidad vom ECCHR (Auswahl):

  • “Rechtliche Stellungnahme des ECCHR zum Beschluss des Oberlandesgerichts Düsseldorf in Sachen Hartmut Hopp/ Colonia Dignidad” – Hier entlang!
  • “ECCHR-Stellungnahme zu der Rolle von Hartmut W. Hopp innerhalb der Colonia Dignidad” – Hier entlang!

Akteur*innen & Projekte/Interviews

Die Broschüre von Amnesty International über die Colonia Dignidad von 1977

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Die Broschüre von Amnesty International über die Colonia Dignidad von 1977

Zur Broschüre „Colonia Dignidad – deutsches Mustergut in Chile – ein Folterlager der DINA“

Im März 1977 publizierte die bundesdeutsche Sektion von Amnesty International (ai) eine Broschüre mit dem Titel „Colonia Dignidad – deutsches Mustergut in Chile – ein Folterlager der DINA*“. Zeitgleich veröffentlichte die Zeitschrift der STERN einen Artikel über die Colonia Dignidad. Die Autoren der Amnesty-Broschüre waren Jürgen Karwelat und die Chile-Koordinationsgruppe von Amnesty International (deutsche Sektion), darunter Dieter Maier. In dieser Schrift wurden zum ersten Mal die Folterberichte der chilenischen politischen Gefangenen Erick Zott, Luis Peebles und Adriana Bórquez wiedergegeben. Die Publikation schlug entsprechend große Wellen und ist für die Geschichte der Colonia Dignidad von großer Bedeutung. Im folgenden Interview berichtet Dieter Maier von den Umständen dieser Veröffentlichung und gibt einen Einblick in seine persönlichen Erfahrungen zu der Zeit. Weil die Broschüre heute nicht mehr zu erwerben ist, hat Dieter Maier außerdem eine Kopie zum Download bereitgestellt.

Meike Dreckmann-Nielen: Wie kam es zu der Publikation der berühmten Amnesty-Broschüre?

Dieter Maier: Amnesty International hatte über einen Exilchilenen von der Foltersiedlung erfahren, die der Organisation bis dahin unbekannt war. Die ai-Gruppe lud Zott und Peebles getrennt ein, nahm ihre Aussagen auf, und lud sie dann gemeinsam ein. Parallel recherchierte Jürgen Karwelat zur Entstehung der Sekte in Chile.

MDN: Was geschah dann?

DM: Das Presseecho auf die ai-Publikation war unerwartet groß. Die Sekte brauchte sechs Wochen, ehe sie darauf reagierte. Offenbar gingen Colonia Dignidad und Diktatur davon aus, dass ai noch mehr wusste, und sondierten erst einmal die Lage. Die Pinochet-Diktatur nahm ai als Teil einer Chile-Solidaritätsbewegung wahr, die damals in vielen Ländern Einfluss auf die staatliche Politik hatte. Die von einem Geheimdienstler Jahrzehnte später in einem Gespräch mit Carlos Liberona kolportierte Version, ai sei eine Art Regierung gewesen, war aber schon damals, als ai auf dem Höhepunkt seines Ansehens stand, falsch. Die Menschenrechtsorganisation hatte ihre spezifischen Schwachpunkte. Ihr internationales Sekretariat in London, das aus Unachtsamkeit den Entwurf der Broschüre nicht gelesen hatte, war von Anfang an strikt gegen die Initiative der deutschen Sektion, von der sie aus der Presse erfuhr.

MDN: Was bedeutete das dann?

DM: DINA-Chef Manuel Contreras, der überall seine Spitzel hatte, wusste das. Er kannte auch bald die tatsächlichen Kräfteverhältnisse: „Mitarbeiter der Regierung Pinochets in Frankfurt informierten uns, dass es eine Gruppe von nicht mehr als drei Personen ist, die die Kampagne begann, und dass sie mit einer wenig bedeutsamen Unterstützung der SPD rechnen“ (Heller 1993 S. 156). Zwar ist die Angabe von drei Personen untertrieben, aber die Wirkung der Broschüre lag nicht in ihrer politischen Rückendeckung, sondern darin, dass sie unbeabsichtigt das geheimste aller geheimen Folterlager der DINA aufgedeckt und eine Verbindung zwischen der Pinochet-Diktatur und Deutschland nachgewiesen hatte.

Zum Download der Broschüre als PDF hier entlang:

Broschüre Colonia Dignidad – ein Folterlager der DINA 19 77

MDN: Und was unternahm die Colonia Dignidad?

DM: Nach hektischen Sondierungen in Santiago ging die Colonia Dignidad presserechtlich gegen ai vor. Wegen der kurzen Verjährungsfristen des Presserechts drängte die Zeit. Der für Staatsschutz zuständige Frankfurter Staatsanwalt Klein konstruierte eine Unterbrechungshandlung. Er wollte dazu das Frankfurter ai-Büro durchsuchen lassen, das aber zu diesem Zeitpunkt nicht besetzt war. Er vernahm mich und begründete in dieser Vernehmung seine Zuständigkeit damit, die ai-Broschüre habe die BRD angegriffen. Es ging dabei um einen knappen Satz zum Deutschlandbezug der Colonia Dignidad. Die „Private Sociale Mission“ erkundigte sich zu ai über den Waffenhändler Gerhard Mertins und den Frankfurter Rechtsanwalt und unentwegten Nazi-Verteidiger Dr. Steinacker zu Klein.

MDN: Wie ging es dann weiter?

DM: Die deutsche Colonia-Niederlassung „Private Sociale Mission“ erwirkte schließlich eine einstweilige Verfügung gegen ai und klagte im Hauptsacheverfahren vor dem Landgericht Bonn stellvertretend für die Colonia Dignidad gegen ai wegen Verleumdung. Hans Jürgen Blanck, studierter Jurist und Colonia Dignidad-Mitglied, übernahm die Prozessführung. Obwohl Steinacker auf ihn einen „korrekten, rechtsdenkenden Eindruck“ machte, überließ er dem unverdächtigen CDU-Rechtsanwalt Felix Busse die Rechtsvertretung. Dem waren die Barzahlungen aus dem Aktenkoffer und die Ausflüchte der Colonia-Leute nicht geheuer und er legte sein Mandat nieder. Die Colonia sagte über ihn, ihm habe „Flexibilität gefehlt“; er war also nicht bereit, die Lügen des Folterlagers mitzutragen.

MDN: Und wer hat den Prozess schließlich gewonnen?

DM: Amnesty International gewann den Bonner Prozess nach 20 Jahren, blieb aber auf den Kosten sitzen, denn die Klägerin Private Sociale Mission gab es zu diesem Zeitpunkt nicht mehr. Da die Klägerin weggefallen war, konnten die Bonner Richter den Prozess ohne inhaltliche Bewertung der Zeugenvernehmungen und Protokolle von Ortsterminen beenden. Ein inhaltlich begründetes Urteil zu einem früheren Zeitpunkt hätte Rückwirkungen auf die Verfahren in Chile gehabt und womöglich Schäfers Herrschaft verkürzt. Die lange Prozessdauer wurde mehrfach von deutschen Behörden und Politikern als willkommenes Argument benutzt, sich nicht in ein „schwebendes Verfahren“ einmischen zu können. In einer Akte des Auswärtigen Amtes (AA) heißt es, das AA solle „weiterhin Zurückhaltung üben“ und sich „jedweder Stellungnahme zu den Vorwürfen strikt enthalten“. Eine handschriftliche Notiz am Schluss dieses Textes lautet: „Wir haben ein objektives Interesse an der Aufklärung der Vorwürfe, können diese Aufklärung aber keinesfalls selbst vornehmen. Wir sollten uns auch nicht in die Auseinandersetzung zwischen der Colonia Dignidad einerseits und Amnesty International andererseits hineinziehen lassen.“ Die Unterschrift „Ge“ stammt offenbar vom damaligen Staatssekretär Dr. Gehloff. Die Lesart von der gebotenen Zurückhaltung bestand für viele Jahre fort.

Zum Download der Broschüre als PDF hier entlang:

Broschüre Colonia Dignidad – ein Folterlager der DINA 19 77

MDN: Wie würdest du die Bedeutung der Broschüre resümieren?

DM: Die Broschüre „Colonia Dignidad – deutsches Mustergut in Chile – ein Folterlager der DINA“ enthält nur einen Bruchteil dessen, was heute über die Siedlung bekannt ist. Immerhin dokumentiert sie fehlerlos zwei zentrale Punkte: Die Misshandlungen an Chilen*innen und Deutschen. Mit ihr begann die Auseinandersetzung mit diesem Thema, die bis heute nicht abgeschlossen ist. Die Broschüre beweist, dass gut recherchierte Dokumentionen die Sache der Menschenrechte nutzen können. Das Leiden vieler deutscher Sektenmitglieder und der (zwangs)adoptierten und sexuell missbrauchten Chilenen konnte ai nicht lindern. Spätestens aber seit 1977 konnte niemand mehr sagen, sie oder er habe von nichts gewusst.

*Die DINA war Pinochets 1974 gegründeter Geheimdienst

 

Literatur:

  • Friedrich Paul Heller(=Dieter Maier), Colonia Dignidad. Von der Psychosekte zum Folterlager, Schmetterlingverlag, Stuttgart, 1993, (2. Auflage) 2016.
  • Dieter Maier, Colonia Dignidad. Auf den Spuren eines deutschen Verbrechens in Chile, Stuttgart, Schmetterlingverlag (2. aktualisierte Aufl.) 2017.

 

Akteur*innen & Projekte/Interviews

Colonia Dignidad und Strafverfolgung – Interview mit Andreas Schüller

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Colonia Dignidad und Strafverfolgung – Interview mit Andreas Schüller

Andreas Schüller, Foto: ECCHR, Schüller

Die Strafverfolgung von in der Colonia Dignidad begangenen Menschenrechtsverbrechen zeigte sich in den vergangenen Jahrzehnten als zäher und mühseliger Prozess. Immer wieder wird seitens Opferverbänden eine andauernde Straflosigkeit von einstigen Täter*innen beklagt. Das European Center for Constitutional and Human Rights (ECCHR) nimmt die juristische Aufarbeitung der durch die Colonia Dignidad begangenen Menschenrechtsverbrechen bereits seit seiner Gründung 2008 in den Blick. Im Interview erzählt der Jurist Andreas Schüller von den Schwierigkeiten, welche die juristische Verfolgung der zahlreichen Verbrechen heute mit sich bringt. Er geht dabei auch auf den komplizierten Fall des ehemaligen Colonia-Arztes Hartmut Hopp ein. 

Interview von Meike Dreckmann-Nielen mit Andreas Schüller vom ECCHR 

Meike Dreckmann-Nielen: Wer sich mit der juristischen Aufarbeitung der Colonia Dignidad beschäftigt, kommt an der Arbeit des European Center for Constitutional and Human Rights (ECCHR) nicht vorbei. Können Sie unseren Leser*innen erklären, was das ECCHR genau ist und wie es arbeitet?

Andreas Schüller: Das ECCHR ist eine Menschenrechtsorganisation aus Berlin, die sich vor allem mit rechtlichen Mitteln für eine Durchsetzung der Menschenrechte einsetzt. Wir reichen dort Klagen, Anzeigen oder Schriftsätze ein oder fertigen Rechtsgutachten an, wo wir eine Chance sehen, etwas verändern zu können. Dies betrifft zum Beispiel unser Vorgehen gegen europäische Unternehmen, wenn diese Menschenrechte im Ausland verletzen und wir über unsere Netzwerke gemeinsam mit Betroffenen überlegen, wie wir die Rechtsverletzungen adressieren und vor Gerichte bringen können. Gleiches gilt für Folter, Kriegsverbrechen und sexualisierte Gewalt. Oftmals können diese Fälle nicht vor Gerichte in dem Land gebracht werden, in dem sie begangen werden, da staatliche Sicherheitskräfte die Täterinnen sind.

Meike Dreckmann-Nielen: Und was können Sie dann tun?

Andreas Schüller: Wir suchen dann nach Wegen in anderen Ländern oder vor internationalen Gerichten, die Völkerstraftaten verfolgen zu lassen. Unsere Organisation arbeitet in vielen Netzwerken mit anderen Jurist*innen, Researcher*innen, NGOs, Betroffenen und vielen anderen, um Fälle aufzuarbeiten, einzureichen und zu unterstützen. Auch wenn unser Sitz in Berlin ist, arbeiten wir sehr transnational und verbunden mit vielen anderen, die dieselben Ziele wie wir verfolgen. Rechtliche Prozesse und Entscheidungen haben eine große Tragkraft, die wiederum andere politische Prozesse beeinflussen oder umleiten kann. Staatliche Akteur*innen oder Unternehmen werden gezwungen, ihr Verhalten zu verändern. Wichtig ist vor allem, die einzelnen Fälle zu kontextualisieren und politisch zu begleiten, um eine größtmögliche Wirkung zu entfalten und Veränderung zu bewirken.

Meike Dreckmann-Nielen: Wie sind Sie denn persönlich zum ECCHR gekommen und welche der Themen gehören schwerpunktmäßig zu Ihrem Aufgabenbereich?

Andreas Schüller: Ich habe in drei Ländern Jura studiert und mich auf Völkerrecht und Völkerstrafrecht spezialisiert. Beim ECCHR arbeite ich seit 2009, was sehr lange klingt, aber viele Fälle und Themen begleiten unsere Arbeit über viele Jahre und erst durch die langjährige Befassung mit bestimmten Fällen schafft man auch Veränderungen. Mein Fokus liegt auf Völkerstraftaten und rechtlicher Verantwortung. Das reicht von Folter in Guantanamo und Drohnenangriffe über Völkerstraftaten in Syrien bis hin zu lateinamerikanischen Diktaturverbrechen.

Meike Dreckmann-Nielen: Wie kam es dazu, dass sich das ECCHR des Themas Colonia Dignidad angenommen hat und welchem Teil dieses komplexen Themas widmet sich das ECCHR schwerpunktmäßig?

Andreas Schüller: Das Thema Colonia Dignidad hat das ECCHR seit seiner Gründung 2008 verfolgt, da es um schwerste Menschenrechtsverletzungen geht, die immer noch nicht hinreichend aufgearbeitet wurden und in denen es einen engen Bezug zu Deutschland gibt. Die Unterstützung einer verbrecherischen Diktatur durch eine deutsche Siedlung ist an sich schon ungewöhnlich. Umso skandalöser ist es, dass der deutsche Staat und die Justiz bis heute ihrer Verantwortung nicht gerecht geworden ist, die begangenen Straftaten aufzuarbeiten und zu verfolgen. Aus diesem Grund haben wir Strafanzeigen gegen in Deutschland lebende ehemalige Führungsmitglieder der Colonia Dignidad eingereicht und fordern seit mehreren Jahren, dass die deutsche Justiz die Verbrechen umfassend ermittelt und strafrechtlich verfolgt.

Meike Dreckmann-Nielen: Haben Sie im Kontext Ihrer Arbeit über die Jahre einen Fall bearbeitet oder kennengelernt, der mit dem der Colonia Dignidad vergleichbar wäre?

Andreas Schüller: Wirklich vergleichbar sind die meisten Fälle nicht. Was im Fall der Colonia Dignidad auffällt, ist das totale Versagen auf deutscher Seite, das Geschehene rechtlich aufzuarbeiten, trotz der vielen Bezüge nach Deutschland und des langen Zeitraums, in dem bekannt ist, was in der Siedlung geschah. Vergleichbar zu anderen Fällen ist, dass es gut organisierte kleine Täterkreise gibt, die über Jahre ein perfides Verbrechenssystem aufbauen und betreiben konnten. Vergleichbar ist auch, dass sie es mehrheitlich geschafft haben, davonzukommen – mit Ausnahme derer, die in hohem Alter letztlich von der chilenischen Justiz verurteilt wurden.

Meike Dreckmann-Nielen: Wann würden Sie davon sprechen, dass die Verbrechen der Colonia Dignidad juristisch aufgearbeitet wurden?

Andreas Schüller: Es muss umfangreich ermittelt werden. Das heißt, dass vor allem diejenigen Zeug*innen, die in Deutschland leben, vernommen werden müssen. Und zwar von erfahrenen Ermittler*innen, die sich mit der Colonia Dignidad auskennen. Jetzt ist die Zeit dafür, denn der Druck auf Zeug*innen ist nicht mehr so hoch wie früher und es gibt mehr Kenntnis darüber, was geschah. Einige sind dabei, sich mehr und mehr zu öffnen. Es geht uns nicht primär um Verurteilungen, sondern darum, dass die Vorwürfe und Beweise vor Gericht verhandelt werden. Nur so ist eine juristische Aufarbeitung möglich.

Meike Dreckmann-Nielen: Hartmut Hopp wurde in Chile verurteilt, weil er Beihilfe zu der sexualisierten Gewalt an Kindern durch Paul Schäfer geleistet haben soll. Wie genau kam es zu der Verurteilung?

Andreas Schüller: Hartmut Hopps Rolle und Funktion innerhalb der Führungsriege wurden in Chile aufgearbeitet. Er hat sich an dem Verfahren beteiligt und dagegen verteidigt. Am Ende waren die Richter aber von seiner Mitverantwortlichkeit aufgrund seiner Stellung und Nähe zu Paul Schäfer überzeugt, weshalb er verurteilt wurde.

Meike Dreckmann-Nielen: Hartmut Hopp entzog sich dieser Strafe ja schließlich, indem er 2013 nach Deutschland ausreiste. Das ist möglich, weil Deutschland und Chile kein Auslieferungsabkommen vereinbart haben. Im Jahr 2014 beantragte die chilenische Justiz schließlich, die Haft in Deutschland zu vollstrecken. Warum ist das bis heute nicht geschehen?

Andreas Schüller: Das ist wahr. Deutschland liefert keine eigenen Staatsbürger aus, das ist im Grundgesetz garantiert. Aber es ist möglich, ausländische Verurteilungen in Deutschland anerkennen zu lassen, so dass eine Freiheitsstrafe hier vollstreckt wird. Im Fall von Hartmut Hopp hat das Oberlandesgericht Düsseldorf jedoch sehr hohe, aus unserer Sicht zu hohe, Maßstäbe an das Urteil der chilenischen Justiz angelegt. Zudem fehlte das Verständnis dafür, wie die Colonia Dignidad funktionierte. Andererseits haben es die Staatsanwaltschaften in Deutschland unterlassen, selbst die erforderlichen Ermittlungen durchzuführen. So entsteht Straflosigkeit für schwerste systematische Verbrechen.

Meike Dreckmann-Nielen: Es klingt förmlich so, als gäbe es handfeste Beweise, die einfach nicht gesehen werden (wollen). Was macht den Fall Hartmut Hopp denn so kompliziert?

Andreas Schüller: Das lange Abwarten der deutschen Justiz hat zum einen dazu geführt, dass viele Taten schon verjährt sind. Außerdem geht es um Hartmut Hopps Verantwortlichkeit aufgrund seiner Stellung und Position in einer Organisationsstruktur, die Verbrechen begangen und ermöglicht hat. Die chilenischen Ermittlungen sind logischerweise im Hinblick darauf geführt worden, was vor chilenischen Gerichten Standard ist, um zu einer Verurteilung zu gelangen. Da sich das deutsche Strafrecht schon unterscheidet, können die Zeugenbefragungen aus Chile hier nur Anhaltspunkte geben. Für ein deutsches Verfahren müssten im Grunde genommen alle Zeug*innen erneut befragt werden. Das ist aufwendig und bedarf des entsprechenden politischen Willens, dies zu priorisieren und die erforderlichen Ressourcen zur Verfügung zu stellen.

Meike Dreckmann-Nielen: Es gibt einige ehemalige Anhänger*innen der Colonia Dignidad, die Hartmut Hopp bis heute als Opfer Paul Schäfers verteidigen. Wie gehen Sie beim ECCHR mit den Kategorien Opfer und Täter*in um?

Andreas Schüller: Das ist ein wichtiger Punkt, der in einem Strafverfahren auch Berücksichtigung finden würde. Dennoch entschuldigt erlittenes Unrecht nicht, selbst anderen Menschen Leid zuzufügen oder andere dabei zu unterstützen, dies tun zu können. Dies betrifft vor allem auch die Kollaboration mit der Pinochet-Diktatur.

Meike Dreckmann-Nielen: Viele Leser*innen kontaktieren mich und fragen, was sie tun können für die Unterstützung von Opfergruppen und die Aufarbeitung. Haben Sie konkrete Anknüpfungsstellen, an denen eine engagierte Öffentlichkeit Sie und Ihre Arbeit unterstützen kann?

Andreas Schüller: Wichtig ist, dass das Thema präsent bleibt. Es muss allen Verantwortlichen in Justiz und Politik klar sein, dass dies die letzten Jahre sind, noch etwas zu ändern. Ansonsten wird ein historisches Versagen der deutschen Justiz, die seit 1965 Hinweise auf von deutschen Staatsbürger*innen im Ausland begangene Straftaten hat, in die Geschichtsbücher eingehen. Hilfe ist vor allem für die Betroffenen dringend erforderlich, hier und in Chile, die oftmals in sehr prekären Verhältnissen leben müssen. Sie verdienen jede Art der Unterstützung.

Meike Dreckmann-Nielen: Vielen Dank für den Einblick in Ihre Arbeit.

 


Weiterführende Links zu dem Thema Colonia Dignidad vom ECCHR (Auswahl):

  • „Rechtliche Stellungnahme des ECCHR zum Beschluss des Oberlandesgerichts Düsseldorf in Sachen Hartmut Hopp/ Colonia Dignidad“ – Hier entlang!
  • „ECCHR-Stellungnahme zu der Rolle von Hartmut W. Hopp innerhalb der Colonia Dignidad“ – Hier entlang!

 

 

Akteur*innen & Projekte/Interviews

Das Auswärtige Amt und Colonia Dignidad – Interview mit David Bartels

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Das Auswärtige Amt und Colonia Dignidad – Interview mit David Bartels

Bild aus dem chilenischen Nationalarchiv, Bildrecht: CDPHB

David Bartels ist stellvertretender Leiter des Referats für Grundsatzfragen mit Bezug auf Lateinamerika und die Karibik im Auswärtigen Amt. Im Sommer 2018 kam er von seinem Posten in Washington nach Berlin und ist seither für das Thema Colonia Dignidad im Auswärtigen Amt zuständig. Im Sommer 2020 geht es für Bartels gemäß des Rotationsprinzips auf seinen nächsten Posten nach Riga. Im Interview zieht er Bilanz über die letzten Jahre und erzählt u.a. von der Rolle des Auswärtigen Amtes in der Geschichte der Colonia Dignidad, seiner Arbeit im Ministerium und von den Auswirkungen von COVID-19 auf die Aufarbeitung der Colonia Dignidad heute.

Interview mit David Bartels vom Auswärtigen Amt zum Thema Colonia Dignidad

Meike Dreckmann: Lieber Herr Bartels, für viele Leser*innen ist die Arbeit einer obersten Bundesbehörde wie dem Auswärtigen Amt nur abstrakt vorstellbar. Könnten Sie uns einen kurzen Einblick in Ihren Arbeitsalltag geben? Wie müssen wir uns Ihre Zuständigkeit für das Thema Colonia Dignidad vorstellen?

David Bartels, Auswärtiges Amt

David Bartels: Ich bin stellvertretender Leiter des Referats für Grundsatzfragen mit Bezug auf Lateinamerika und die Karibik sowie direkt zuständig für die bilateralen Beziehungen zu Argentinien und Chile. Daher kommt auch meine Zuständigkeit für die Colonia Dignidad. In meinem Arbeitsalltag beschäftige ich mich viel mit Berichten und Analysen aus den Staaten, für die ich zuständig bin. Ich stehe in Kontakt zu den Botschaften Chiles und Argentiniens und bereite z.B. Gesprächsunterlagen und Sachstände für hochrangige Kontakte vor. Der Schwerpunkt wechselt ständig. Es gibt Zeiten, da dominiert das Thema Colonia Dignidad deutlich. Und auch hier gibt es viele Unterbereiche. Die Arbeit rund um die Gemeinsame Kommission von Bundestag und Bundesregierung hat viel Zeit in Anspruch genommen, als das Hilfskonzept erstellt wurde. Zuletzt gab es mehr für mich zu tun bei der bilateralen Zusammenarbeit mit der chilenischen Regierung, z.B. zur Frage der Errichtung einer Dokumentations- und Gedenkstätte für die Opfer der Colonia Dignidad.

MD: Wann sind Sie persönlich erstmals mit dem Thema Colonia Dignidad in Berührung gekommen?

DB: Privat als Kind oder Jugendlicher. Da war das für mich einfach eine schreckliche, aber auch irgendwie schwer vorstellbare Geschichte aus einem fernen Land. Im Amt dann erst wieder im Sommer 2018, als ich meinen jetzigen Posten übernahm. Je mehr ich mich in die Thematik einarbeitete, desto furchtbarer wurde das Bild dessen, was dort geschehen ist.

MD: Welche Rolle hat das Auswärtige Amt in der Geschichte der Colonia Dignidad aus Ihrer Sicht gespielt?

DB: Es sind schwere Fehler gemacht worden, gar keine Frage. Ich habe mir viele Akten dazu durchgelesen, um zu verstehen, was in den Köpfen der Kolleg*innen damals an der Deutschen Botschaft oder auch in der Zentrale in Bonn vor sich ging. Und da habe ich gemerkt, dass es eine große Bandbreite gibt. Manches ist für mich unerklärlich. Bei anderen Akten sieht man aber auch, dass da Beamte mit sich selbst gerungen haben. Und dann gab es auch eine Zeit in den 1980er-Jahren, als das Auswärtige Amt unter dem damaligen Minister Genscher wirklich alles versuchte, um Licht in das Dunkel rund um die Colonia Dignidad zu bekommen. Das blieb erfolglos, denn der Diktator Pinochet wollte natürlich nicht zulassen, dass dann alle Gräueltaten bekannt würden. Alles in allem würde ich sagen: Man muss wirklich den Fall des einzelnen Beamten sehen, der da gehandelt hat. Aber unterm Strich wurden eben auch gravierende Fehler gemacht, so dass es da ganz sicher zumindest eine moralische Mitverantwortung des Auswärtigen Amtes gab.

MD: Im April 2016 hat Frank-Walter Steinmeier, damals noch als Außenminister, über die Verantwortung an den in der Colonia verübten Verbrechen gesagt, dass seitens des Auswärtigen Amtes „eindeutig zu wenig für den Schutz ihrer Landsleute in dieser Kolonie getan“ wurde. Was hat die Rede von Steinmeier damals rückblickend für Sie/Ihre Arbeit verändert?

DB: Ich war im April 2016 noch in Washington auf Posten, da habe ich das nur am Rande mitbekommen. Diese Rede bleibt aber bis heute für unsere Arbeit ganz wichtig. Wenn es dieses Bekenntnis von „ganz oben“ nicht gegeben hätte, hätten wir als Beamte uns gegenüber den Opfern zu dieser Frage schwer positionieren und allenfalls auf unsere persönliche Meinung verweisen können.

MD: Haben Sie den Eindruck, dass im Auswärtigen Amt aus den Fehlern im Umgang mit der Colonia Dignidad gelernt werden kann? Wurde das Thema wie angekündigt in den Lehrplan für angehende Diplomat*innen aufgenommen?

DB: Das glaube ich ganz sicher. Man sieht das vielleicht außen nicht so, aber das Thema Colonia Dignidad hat im Amt sehr viele Leute, bis an die Spitze des Amtes, beschäftigt. So etwas behält man im Gedächtnis. In einer vergleichbaren Lage würde man sich daran erinnern und sich sagen: Wir müssen um jeden Preis verhindern, dass sich so etwas wiederholt. Die Auseinandersetzung mit der Colonia Dignidad und dem Verhalten des Auswärtigen Amts damals ist heute in der Tat fester Bestandteil der amtsinternen Ausbildung. Es gibt dazu z.B. in der Diplomatenakademie in Tegel Veranstaltungen, teils im Rahmen der Attaché-Ausbildung, teils auch laufbahnübergreifend, zu denen auch Personen eingeladen werden, die dem Thema auf unterschiedliche Weise verbunden sind.

MD: Haben Sie selbst auch Reisen nach Chile unternommen?

DB: Ich konnte im November 2019 nach Chile reisen und war auch mit einer Kollegin aus der Botschaft in der Villa Baviera. Mir war das vorher von Kolleg*innen, die schon dagewesen waren, als ein sehr berührendes Erlebnis beschrieben worden. Und das stimmte wirklich. Da waren diese Folterstätten und die vielen Berichte von Misshandlungen, Demütigungen und Angst. Und dann tritt man vor die Tür und hat diese wunderschöne Landschaft vor Augen. Es war sehr beklemmend, aber auch sehr ergreifend, mit den Menschen einmal direkt zu sprechen, über die ich sonst nur ganz abstrakt in Akten und Berichten gelesen hatte.

MD: Mit welchen „Opfergruppen“ haben Sie dort gesprochen und wie ist die Auswahl zustande gekommen?

DB: Wir hatten über die Botschaft angeboten, über das Hilfskonzept zu informieren. Ich wollte dafür werben, dem Konzept eine Chance zu geben und mit uns zusammenzuarbeiten, ungeachtet aller – verständlichen – Vorbehalte und Kritikpunkte. Dazu gab es einen Termin außerhalb der Villa Baviera, am Folgetag einen innerhalb, wobei beide offen für sämtliche potenziellen Antragsteller*innen waren. Eine Familie haben wir noch separat getroffen, weil sie es terminlich anders nicht einrichten konnte. Uns war wichtig, dass sich keine Gruppierung bevorzugt oder benachteiligt fühlen sollte. In Deutschland gab es eine ähnliche, ebenfalls gut besuchte Veranstaltung in Hannover während eines vom Auswärtigen Amt geförderten Treffens eines Unterstützungsverbandes für Colonia Dignidad-Opfer.

MD: Und haben Sie auch mit chilenischen Opfergruppen gesprochen? Also etwa den Überlebenden von Folter, den Angehörigen von in der Colonia Verschwundenen, oder denjenigen Chilenen, die als Kinder noch in den 1990er-Jahren sexualisierte Gewalt durch Paul Schäfer erlitten?

DB: Ja, in Chile waren einige – allerdings wenige – Chilen*innen dabei, die in der Colonia Dignidad missbraucht worden waren, ohne dort gelebt zu haben; und auch Zwangsadoptierte. Außerdem gab es per E-Mail danach Kontakt mit einigen, die Fragen zum Hilfskonzept hatten.

MD: Viele Menschen beschreiben, dass sie die Arbeit zum Thema Colonia Dignidad auch persönlich immer wieder herausfordernd erleben. Gab es auch Momente, die Sie persönlich frustriert haben?

DB: Ja, ganz klar. In der Gemeinsamen Kommission haben Abgeordnete und Ressorts wirklich alles versucht, um das Hilfskonzept so auszugestalten, dass die Betroffenen es auch würden annehmen können. Und dann gab es aber Momente, wo wir einfach rechtlich an Grenzen stießen. Schlimmer aber waren die persönlichen Berichte, die einen wirklich über den Dienst hinaus verfolgen. Es ist ja ein Unterschied, ob man etwa in Berichten abstrakt über Familientrennungen liest oder dann von einem Menschen hört, der als Kleinkind von seiner Mutter getrennt wurde und sie lebend nicht mehr wiedergesehen hat. Oder von älteren Männern hört, wie sie als kleine Jungs immer und immer wieder missbraucht wurden. Ich kann nicht ansatzweise ahnen, was die Menschen, die das alles haben durchmachen müssen, auch seelisch darunter zu leiden haben mussten und immer noch müssen.

MD: Und gibt es etwas, dass Sie mit Blick auf das Thema positiv stimmt?

DB: Ich habe das Gefühl, dass das Hilfskonzept vielen Betroffenen wirklich etwas bringt. Ganz klar: Es gibt viel Kritik und Verbitterung, und das muss man respektieren. Aber ich habe das Gefühl, dass viele doch als eine Art Abschluss empfinden, was nun geschieht: dass der Staat, besonders das Auswärtige Amt, seine moralische Mitverantwortung öffentlich eingestanden hat; dass er Menschen zu Ihnen schickt, denen sie ihre Leidensgeschichte berichten können, wenn sie das wollen und dazu in der Lage sind; dass mit den Zahlungen wenigstens eine Geste erfolgt, die über Worte hinaus anerkennt, was diese Menschen haben durchleiden müssen. Ich hoffe einfach, dass möglichst viele Ex-„Colonos“ auch dadurch ein bisschen Genugtuung und Frieden finden. Wir müssen Ihnen aber weiterhin zeigen, dass das Thema Colonia Dignidad damit nicht für uns erledigt ist, z.B. über die Errichtung der Dokumentations- und Gedenkstätte.

MD: Die Entscheidung darüber, dass nun doch Hilfszahlungen an einige Opfer der Colonia Dignidad gezahlt werden, ist nicht gleich gefallen. Im Gegenteil, es war ein langer Aushandlungsprozess. Wie ist es aus Ihrer Sicht letztendlich doch dazu gekommen? Können Sie uns einen Einblick in Ihre Perspektive auf den Prozess geben?

DB: Auch hier muss ich darauf verweisen, dass ich erst Mitte 2018 ins Referat stieß. Da war bereits die Entscheidung gefallen, Hilfszahlungen zu leisten. Es war vorher lange Zeit unklar, auf welcher rechtlichen Grundlage Zahlungen erfolgen könnten. Bei aller moralischen Mitverantwortung des Auswärtigen Amtes: Hier handelte es sich ja um Verbrechen, die nicht der deutsche Staat, sondern deutsche Privatpersonen verübt hatten, noch dazu im Ausland und ohne eine realistische Möglichkeit – auch wenn manche das anders sehen –, das alles von Deutschland aus zu stoppen. Das musste erst einmal rechtlich möglich gemacht werden.

MD: Vor einigen Wochen wurden tatsächlich die ersten Hilfsgelder an einige Opfer der Colonia Dignidad ausgezahlt. Wie sind Sie bei der Verteilung vorgegangen?

DB: Der Auszahlungsprozess wird derzeit so zügig wie möglich fortgesetzt. Beauftragt damit ist die Internationale Organisation für Migration (IOM). Sie führt Gespräche mit Betroffenen. Dann wird geprüft, ob wir etwa belastbare und ernsthafte Erkenntnisse haben, dass es sich bei der Person vielleicht nicht um ein „Opfer“ handeln könnte. Ansonsten können die Gelder ausgezahlt werden.

MD: Wie ist dieser Geldbetrag über bis zu 10.000 € zustande gekommen?

DB: Da hat sich die Gemeinsame Kommission an anderen Regelungen für Opfer verschiedener Verbrechen orientiert, wie ich schon erklärt habe. Es ist natürlich allen klar ist, dass kein Geld der Welt das erlittene Leid der Betroffenen aufwiegen kann. Aber es handelt sich um eine Hilfsleistung, die gleichzeitig eine Geste der Anerkennung des Leids sein soll.

MD: Welche Auswirkung hat die weltweite Ausbreitung von COVID-19 auf die Auszahlungen der Hilfsgelder an die Opfer der Colonia Dignidad?

DB: Würden wir weitermachen wie bisher, würde das Verfahren wohl ins Stocken geraten. Die persönlichen Gespräche zwischen IOM und Betroffenen sind ja ganz wichtig. Aber mit den jetzigen Reisebeschränkungen und angesichts der Tatsache, dass viele Ex-„Colonos“ alters- oder gesundheitsbedingt Risikogruppen angehören, sind persönliche Besuche kaum noch möglich. Deshalb freue ich mich, dass die Gemeinsame Kommission zugestimmt hat, dass solche Gespräche jetzt auch telefonisch ermöglicht werden, wobei persönliche Besuche dann später nachgeholt werden sollen. Entscheiden müssen das die Betroffenen selbst.

MD: Welche Hilfsleistungen hat das Auswärtige Amt neben dem Geldbetrag festgelegt?

DB: Da ist vor allem noch der Fonds „Pflege und Alter“. Wir hatten in der Vergangenheit schon pflegebedürftige Menschen in der Villa Baviera unterstützt. In Deutschland greifen zumindest die funktionierenden Sozial- und Gesundheitssysteme für Betroffene. Der Fonds eröffnet jetzt die Möglichkeit, vor allem denjenigen Ex-„Colonos“, die in Chile außerhalb der Villa Baviera leben, auch eine menschenwürdige Pflege zukommen zu lassen, indem z.B. Zahlungen direkt an Pflegeeinrichtungen geleistet werden können. Nicht unbedingt „Hilfsleistungen“, aber ebenfalls wichtige Projekte sind die geplante Dokumentations- und Gedenkstätte, das laufende Projekt „Oral History“ des Lateinamerika-Instituts der FU Berlin oder auch verschiedene Dialogseminare, die das Auswärtige Amt fördert.

MD: Wo sieht sich das Auswärtige Amt hingegen nicht in der Verantwortung?

DB: Das Auswärtige Amt ist vor allem nicht für die Verbrechen selbst, die in der Colonia Dignidad verübt worden sind, verantwortlich. Ich verstehe die Verbitterung gegenüber dem Amt bei vielen Opfern sehr gut. Aber ich habe auch Äußerungen erlebt, die in die Richtung gingen, dass die Botschaft oder jedenfalls die Bundesregierung damals in Bonn das Schäfer-Regime einfach hätten beenden können, wenn man nur gewollt hätte. Das halte ich wirklich für ausgeschlossen, zumal das Auswärtige Amt ja in den 1980er-Jahren, wie schon gesagt, dann tatsächlich alles versucht hatte, um die Strukturen der Colonia Dignidad aufzubrechen und den „Colonos“ zu helfen; leider vergebens.

MD: In der heutigen Villa Baviera leben inzwischen viele Familien. Diejenigen, die Kinder bekommen konnten, fühlen sich heute mit der Kindererziehung oft überfordert. Bei wem können sie sich Hilfe holen? Hat jemand einen Blick auf die dritte Generation, die gerade mit ihren traumatisierten Eltern in Chile heranwächst?

DB: Das Auswärtige Amt bietet über die Botschaft psychologische Unterstützung an, z.B. werden Therapien bezahlt – für einzelne Personen, aber auch für Familien. Aber man muss da realistisch sein: Weder das Amt noch die Botschaft können in jeder Lebenslage zur Hilfestellung bereit stehen. Dafür haben wir weder die Expertise, noch die Mittel. Das heißt nicht, dass wir solche Probleme nicht ernst nehmen würden. Wir müssen prüfen, ob und was da geleistet werden könnte.

MD: Sie kennen die Einzelheiten der Colonia Dignidad gut. Sie wissen sicherlich, dass es zahlreiche chilenische Zeugen gibt, die aussagen, dass sie von dem damaligen Arzt der Gruppe, Hartmut Hopp, als Kinder mit Psychopharmaka ruhiggestellt wurden, bevor sie sexualisierter Gewalt durch Schäfer ausgesetzt wurden. Diese Zeugen wurden nie in Deutschland gehört. Trotz aller Vorwürfe verteidigen einige ehemalige Colonia-Anhänger*innen den Arzt bis heute. Andere halten es für schlicht unerträglich, dass der Mann juristisch in Deutschland nie belangt wurde. Können Sie die Entscheidung des Oberlandesgerichts nachvollziehen?

DB: Ich kann nur sagen: Natürlich habe ich eine persönliche Meinung dazu. Aber für uns als Bundesregierung gilt, dass wir uns in die Arbeit und Entscheidungen der Justiz nicht einmischen können und dürfen. Und das ist in einem demokratischen Rechtsstaat auch grundsätzlich richtig so, auch, wenn es im Einzelfall manchmal sehr bitter sein kann, dann schweigen zu müssen.

MD: Geht das Auswärtige Amt noch Hinweisen nach dem Vermögen nach, welches Paul Schäfer angehäuft und versteckt haben soll?

DB: Ja, aber das ist ein sehr schwieriges Unterfangen – wie übrigens eigentlich alles, was mit Vermögensanteilen, Eigentumsverhältnissen usw. rund um die ehemalige Colonia Dignidad oder die heutige Villa Baviera zu tun hat. Vereinfacht gesagt: Immer, wenn man meint, etwas durchschaut zu haben, tuen sich neue Untiefen und Verästelungen auf. Dazu kommen manchmal abenteuerlich anmutende Gerüchte und Verdächtigungen. Mein Eindruck ist, dass wir noch sehr lange damit zu tun haben werden. Zumal es in der Regel ja gerade nicht um in Deutschland geparkte Vermögenswerte geht, die wir mit deutschem Recht aufklären könnten.

MD: Es ist üblich für Mitarbeitende des Auswärtigen Amtes alle paar Jahre ihren Zuständigkeitsbereich nach dem Rotationsprinzip zu wechseln. Ein solcher Wechsel steht auch Ihnen bald bevor. Wenn Sie heute hier ein Resümee ziehen müssten, wie würde dies mit Blick auf die Aufarbeitung der Colonia Dignidad ausfallen?

DB: Stimmt, im Sommer geht es für mich an die Botschaft nach Riga. Ich muss sagen, das Thema Colonia Dignidad hat mich viel stärker berührt als irgendetwas sonst, womit ich im Auswärtigen Amt je zu tun gehabt hätte. Ich glaube, das geht allen so, die sich damit ausführlicher beschäftigen. Aber so schrecklich das Thema an sich war und ist, kann ich rückblickend auch manches Positive sehen: Das Hilfskonzept wird umgesetzt und kann Opfern der Colonia Dignidad wirklich helfen. Und in der Gemeinsamen Kommission war ich sehr beeindruckt davon, wie nachdrücklich und leidenschaftlich Abgeordnete und Regierungsvertreter*innen, immer stärker gemeinsam, zusammengearbeitet haben, um das bestmögliche Konzept auf die Beine zu stellen. Ich hoffe einfach, dass die Hilfe weiterhin angenommen wird und möglichst viele Opfer der Colonia Dignidad damit auch ein Stück weit Frieden finden können.

MD: Ich danke Ihnen für das Gespräch.

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Weitere Interviews zum Thema finden Sie hier

Zum Interview mit Renate Künast hier entlang.

Das Gespräch mit Dr. Elke Gryglewski über das geplante Gedenkstättenprojekt finden Sie hier

Interviews/Zeitzeugenberichte

Zeitzeuge Peter Rahl im Interview über sein Leben nach der Colonia Dignidad

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Zeitzeuge Peter Rahl im Interview über sein Leben nach der Colonia Dignidad

Peter Rahl bei Renovierungsarbeiten im neuen Haus in Gronau, Copyright: Peter Rahl/CDPHB

Peter Rahl verbrachte 32 Jahre seines Lebens in der Colonia Dignidad in Chile. Inzwischen lebt er mit seiner siebenköpfigen Familie im nordrhein-westfälischen Gronau. In diesem Interview erzählt er aus seinem Leben nach der Colonia Dignidad, von den Herausforderungen in der neuen Heimat, von Unterstützer*innen, den Hilfsgeldern aus den Mitteln des Deutschen Bundestages und seinen Wünschen für die weitere Aufarbeitung der Geschichte.

Meike Dreckmann-Nielen im Gespräch mit Peter Rahl über sein Leben nach der Colonia Dignidad 

Meike Dreckmann-Nielen: Herr Rahl, Sie leben inzwischen mit Ihrer Familie in Gronau. Könnten Sie für die Leser*innen kurz erklären, wann Sie in die Colonia Dignidad kamen, wie lange Sie dort gelebt haben und wann und warum Sie sich entschieden haben, die Villa Baviera zu verlassen?

Peter Rahl: Im Oktober 1973, im Alter von 17 Jahren, kam ich in die Colonia Dignidad. Ich wurde von meiner Mutter hingeschickt, um dem Wehrdienst in Deutschland zu entgehen. Nach 32 Jahren – im Jahr 2005 –, vier Jahre nach unserer Hochzeit, hatten wir die Möglichkeit mit unseren drei dort geborenen Töchtern die Colonia Dignidad für immer zu verlassen und nach Deutschland zu gehen. Der Hauptgrund war die „Schäfer-Treue“ der Komplizen Paul Schäfers, die inzwischen das Sagen in der Colonia Dignidad fest in ihren Händen hielten. Sie verteufelten jede Aufarbeitung der Vergangenheit strikt; sie logen genauso weiter, wie sie es unter Schäfer taten. Sie begünstigten ihre Kinder (einst Schäfers Sprinter) und verhalfen ihnen zu Posten, Geld und Macht in der Colonia Dignidad. Sie herrschten wie Füchse, die versuchten ihr Fell zu wechseln, nicht aber ihre Gesinnung.

MDN: Warum sind Sie nach Gronau gekommen?

PR: Ich hatte 16 Jahre als Kind in Gronau gelebt und meine Schulzeit hier absolviert. Außerdem lebten mein Vater und weitere Verwandte hier. Ingesamt einfach viele Menschen, die sich über Jahrzehnte für meine Befreiung aus der Sklaverei eingesetzt hatten.

MDN: Wie waren die ersten Jahre in Deutschland für Sie?

PR: Meine Frau und ich hatten uns nach der Ankunft in Deutschland die Frage gestellt: Sollen wir uns in die Arme des deutschen Sozialstaates fallen lassen? Oder mit allem Willen eine eigene unabhängige Existenz aufbauen? Wir entschieden uns für eine eigene Existenz, auch als Vorbild für unsere Kinder. Wir machten uns klar, dass wir in Chile zwei entscheidende Dinge gelernt hatten: arbeiten und verzichten! Auf dieser Basis können wir es schaffen, hatten wir beschlossen.

MDN: Was geschah daraufhin?

PR: Mit 50 stieg ich also ins deutsche Berufsleben ein, bekam eine Anstellung in der Baufirma einer ehemaligen Mitschülerin von damals hier in Gronau. Ich war als Montagearbeiter deutschlandweit unterwegs und schaffte es, unsere mittlerweile siebenköpfige Familie ohne staatliche Hilfe zu versorgen. Wir bekamen einen Kredit, um eine Bauruine zu erwerben. Wir haben sie in jahrelanger Feierabend-Arbeit renoviert und zu unserem Zuhause gemacht. Die Zeit war nicht nur körperlich sehr hart, weil wir bis spät in die Nacht am Haus bauten. Die Woche über von der jungen Familie getrennt zu sein und die heranwachsenden Kinder nur am Wochenende sehen zu können – das war auch sehr schwer. Wir lebten 5 Jahre auf einer Baustelle. Jahrelang hatte meine Frau nicht einmal warmes Wasser in der Küche, und das mit den Kleinen. Es war eine sehr harte Zeit, die wir aber nie bereut haben.

MDN: Ist die Vergangenheit von Ihrer Frau und Ihnen im familiären Alltag Thema?

PR: Nein – wir können nicht nach vorne marschieren und dauernd zurückschauen. Die Vergangenheit hat uns nichts mehr zu sagen, denn aus der Vergangenheit schöpfen wir keine Kraft. Sie hat uns unwiderruflich geprägt, dauerhaft geformt, seelisch und körperlich geschädigt und verkrüppelt. Sie hat als Vergangenheit ihren Platz in der vollendeten Vergangenheit.

MDN: Sie und Ihre Frau gehören zu den ersten ehemaligen Colonia-Anhänger*innen, die Hilfszahlungen aus den Mitteln des Deutschen Bundestages erhalten haben. Wie kam es Ihres Erachtens dazu, dass es nun doch Unterstützung für die Betroffenen gab?

PR: Es ist das unermüdliche Mahnen einiger verantwortungsvoller Politiker*innen, die ihr Gewissen nicht totgeschwiegen haben und die sich entschlossen, ihre Augen und Ohren nicht vor der Wahrheit zu verschließen. In Vertretung möchte ich Renate Künast (MdB, Bündnis 90/Die Grünen) und Michael Brand (MdB, CDU) danken für ihr eisernes Durchhaltevermögen. Sie haben den Deutschen Bundestag wachgerüttelt. Sie haben den gepeinigten Opfern und von den deutschen Behörden ignorierten Flehenden im Bundestag und in der Öffentlichkeit Gesicht und Namen gegeben. Meine Frau und ich danken ihnen aus tiefstem Herzen.

MDN: Bisher haben Sie 7000€ erhalten und potenziell können Sie weitere 3000€ beantragen. Lindert dieser Geldbetrag Ihre finanzielle Not?

PR: Nein, das ist aber auch nicht sein geplanter Zweck. Eine siebenköpfige Familie mit fünf schulpflichtigen Töchtern kann durch solch einen Geldbetrag kein anderes Leben führen oder den Kindern eine bessere Ausbildung ermöglichen. Die beiden Ältesten machen gerade ihren Führerschein: Damit sind 5000€ weg! Der Betrag ermöglicht es uns, dieses Jahr weniger Schulden zu machen.

MDN: Gibt es noch etwas, dass Sie sich für die weitere Aufarbeitung der Geschichte der Colonia Dignidad wünschen?

PR: Oh ja! Ich wünsche mir, dass die wenigen Menschen, die bis heute durch den Bann des Schweigens eine befreiende Wahrheitsaufarbeitung blockieren, endlich ihren Selbstschutz aufgeben und um der Wahrheit Willen reden, egal ob aus Krefeld oder aus Chile.

MDN: Gibt es noch etwas, dass Ihnen am Herzen liegt? Hier haben Sie Raum dafür.

PR: Ich möchte den Menschen hier in Ämtern, auf Behörden, in Gemeinden, in Schulen, auf Arbeitsstellen und im gesamten persönlichen Umfeld herzlich danken für die Unterstützung, die seelische Erbauung, die Spenden an Kleidung, Möbel und Nahrung, die Hilfestellungen im Zurechtfinden in dieser für uns neuen Gesellschafts- und Sozialordnung. Dafür möchte ich mich bedanken. Ihr habt uns unermesslich mehr „Reichtum“ geschenkt, als es sich je in einer Geldsumme erfassen ließe. Herzlichen Dank!

MDN: Vielen Dank, Herr Rahl!

PR: Gerne.


Mehr zum Thema (Auswahl): 

Zum Interview mit Renate Künast über ihre Arbeit hier entlang

Das Interview mit Elke Gryglewski über die Planung einer Gedenkstätte in der ehemaligen Colonia Dignidad finden Sie hier

 

Akteur*innen & Projekte/Forschungseinblicke/Interviews

„Songs of Repression“ – neue Doku über das Leben nach der Colonia Dignidad

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„Songs of Repression“ – neue Doku über das Leben nach der Colonia Dignidad

Ein Bewohner vor einer Sauna in der ehemaligen Colonia Dignidad

Im März 2020 feierte der Dokumentarfilm „Songs of Repression“ von den Filmemacher*innen Marianne Hougen-Moraga und Estephan Wagner Premiere auf dem diesjährigen Internationalen Dokumentarfilmfestival Kopenhagen (CPH:DOX). Dort gewann er gleich zwei Preise: einen für den besten dänischen Film (Politiken:Dok:Award) und den Hauptpreis des Festivals, den DOX:Award. Ende dieser Woche läuft er auch (online) beim DOK.fest in München an.

Inzwischen hat es zahlreiche dokumentarische und journalistische Filmprojekte zum Thema Colonia Dignidad gegeben. „Songs of Repression“ nähert sich der Thematik aus einem besonderen Blickwinkel: Er nimmt die Erinnerungen der bis heute in der ehemaligen Colonia Dignidad lebenden Menschen in den Blick. Er schaut sich an, wie die Menschen ihrer Vergangenheit in der Colonia Dignidad rückblickend Sinn verleihen. Dabei bemüht er sich nicht darum, eine detaillierte Chronik der historischen Ereignisse zu zeigen. Er nimmt vielmehr die individuellen Bewältigungsstrategien in den Fokus. Die Geschichten der Sprechenden erzählen von unterschiedlich erfolgreichen Strategien: von Verdrängung, Verleugnung, Reue, Schuld, über Trauer, Überforderung; hin zu kleinen Freuden, Hoffnung und Sehnsucht.

Drei Männer in der Villa Baviera beim Musizieren, Foto: Wagner & Hougen-Moraga

Musik durchzieht den Film als zentrales Motiv wie ein roter Faden. Deshalb auch der Titel „Songs of Repression“, welchen die Filmemacher*innen für den 90-minütigen Film gewählt haben. Die Rolle der Musik habe die Filmemacher*innen besonders beschäftigt, weil sie als etwas „eigentlich schönes und freies“ in der Colonia Dignidad auch zu einem Werkzeug der Repression verwandelt worden sei.

Die Berliner Professorin für Musiktherapie, Susanne Bauer, war nach der Festnahme Paul Schäfers Teil eines Psychotherapeut*innen-Teams, welches die Menschen der Colonia Dignidad psychotherapeutisch betreute. In einem Aufsatz zur Rolle von Musik in der Colonia schreibt sie:

Sie [die Musik, Anm. MD] war in vielen Fällen ein Mittel zur Unterdrückung, Demütigung und Beschämung, gleichzeitig aber auch ein Gegenmittel zu so mancher malignen Intention von Sektenführer Schäfer. In und mit ihr konnte man gute Gefühle spüren, die nicht einfach zunichte gemacht oder weggenommen werden konnten. (1)

Bis heute polarisiert das Thema Musik in der ehemaligen Colonia Dignidad. Während einige bis heute Freude an Chor-Gesang haben, musizieren manche lieber alleine und wieder andere schließen kategorisch für sich aus, jemals wieder singen zu wollen. Was manche rückblickend als gemeinschaftsstiftend empfanden, wirkt bei anderen schon bei dem Gedanken daran retraumatisierend. Zu schmerzhaft die Repressionen, die sie in Chor oder Orchester erleben mussten. Wieder anderen ist die Musik ein Rückzugsort, an den sie sich zurückziehen, um ihre Vergangenheit für einen Moment ruhen zu lassen. „Songs of Repression“ gibt all diesen Empfindungen Raum und lässt sie dennoch nie alleine stehen. Denn jede Geschichte einer Person ist nur einen präzisen Schnitt von einer anderen Perspektive entfernt.

Was der Film leider nicht berücksichtigt, ist die Bedeutung von klassischer Musik für chilenische Oppositionelle, die während der Militärdiktatur zu Stücken von Tschaikowsky oder Mozart in der Colonia Dignidad gefoltert worden sind. Eine Geheimdiensttechnik, die den „Schwanensee“ oder „Eine kleine Nachtmusik“ in zynische Waffen gegen Menschen verwandelte.

Chor singt auf dem Friedhof der Villa Baviera, Foto: Wagner & Hougen-Moraga

Insgesamt ist ein beeindruckend aufmerksamer und sensibler Dokumentarfilm entstanden, dem es gelingt, vielschichtige Facetten von Erinnerungen an ein totalitäres System einzufangen. Ein Film mit viel Empathie für die traumatischen Erfahrungen Einzelner, aber vor allem mit einem kritischen und differenzierten Blick auf die komplexen Zusammenhänge der konfliktbehafteten Erinnerungskultur in der heutigen Villa Baviera. Spannend ist dabei, dass ihm das nahezu ausschließlich mit den Erinnerungen von Zeitzeug*innen gelingt. Während andere Produktionen manchmal versuchen, die Moral mit dem Vorschlaghammer einzubläuen und damit Gefahr laufen, den Blick für die Komplexität des Themas zu verlieren, gelingt es dieser Produktion viel subtiler, sich an den Kern erinnerungskultureller Aushandlungsprozesse heranzutasten.

Estephan Wagner und Marianne Hougen-Moraga

Die beiden Regisseur*innen Marianne Hougen-Moraga und Estephan Wagner sind ein Paar und leben heute in Kopenhagen. Sie ist Dänin-Chilenin und er Deutsch-Chilene. Das Thema Colonia Dignidad beschäftigt sie nicht erst seit dem gemeinsamen Filmprojekt „Songs of Repression“. Beide begegneten der Colonia Dignidad bereits im Kindes- und Jugendalter. Allerdings aus zwei gegensätzlichen Perspektiven, die vielen Chile*innen bekannt vorkommen dürften. Wagner kannte die Gruppe um Schäfer von dem Familienrestaurant „Casino Familar“, welches die Colonia in der chilenischen Stadt Bulnes betrieb. (2) Auf dem Weg in den Urlaub nach Südchile wählte seine Familie das Restaurant der deutschen Siedler*innen, weil ihnen das deutsche Essen schmeckte und ihnen der Ort gefiel. Seine Familie verteidigte die Gruppe und ihr Vorzeige-Image gegen Anfeindungen und Vorwürfe. Hougen-Moragas Familie hingegen kannte früh die Gerüchte von dem Folterlager, welches der chilenische Geheimdienst DINA in der Colonia Dignidad eingerichtet hatte. Sie wusste, dass in der Colonia Dignidad im Auftrag der Militärdiktatur Augusto Pinochets gefoltert und gemordet wurde. Sie wuchs bei ihrer Mutter im dänischen Exil auf und kannte die Warnungen vor der Gruppe um Paul Schäfer.

Als die beiden Filmemacher*innen sich in ihren 30ern kennenlernten, hatten sie längst begonnen, die Geschichten über die Colonia Dignidad weiter zu hinterfragen. Beiden war klar: Sie wollten sich von einem Schwarz-Weiß-Bild ihrer Kindheit und Jugend lösen und die komplexen Facetten in den Blick nehmen, welche die Geschichte der Colonia Dignidad mit sich bringt. Insgesamt besuchten sie die heutige Villa Baviera und ihre Bewohner*innen über einen Zeitraum von dreieinhalb Jahren in regelmäßigen Abständen. Gemeinsam mit ihren Kindern zogen sie für sechs Monate in die nähergelegene Stadt Chillán. Sie ließen die Menschen sprechen und luden sie ein, ihre Sichtweisen auf die eigene Vergangenheit zu teilen. Dabei hatten sie das Ziel vor Augen, die Menschen zu verstehen und die Logik der historischen Sinngebungen zu begreifen.

Auf die Frage, wie Hougen-Moraga und Wagner ihre Interviewpartner*innen ausgewählt haben, hebt Wagner im Gespräch mit diesem Blog hervor:

Wir machen keine Interviews. Wir haben uns mit den Menschen unterhalten. Das ist für uns ein riesiger Unterschied. Denn das Wort Interview beinhaltet ein Machtgefälle zwischen Interviewendem und Interviewten. Wir haben oft und auch sehr lange mit den Menschen gesprochen. Auch ohne Kamera. Wir haben auch einen ganzen Monat die Kamera gar nicht rausgeholt. Viele sind selbst auf uns zugekommen, sobald sie Vertrauen gefasst hatten.

Hougen-Moraga und Wagner fanden unterschiedliche Bewältigungsstrategien für den Umgang mit eigenen Traumata vor:

We found that behind the attempt to create a paradise for themselves and for tourists, people living there have very different strategies for dealing with their traumas: from staying silent about the past and choosing only to remember the bright moments, to a desire to open up while being unable to vocalize their pain.

Zwei ältere einstige Colonia-Anhängerinnen auf der Pflegestation der Villa Baviera, Foto: Wagner & Hougen-Moraga

Die Frage danach, wer eigentlich Opfer des Systems und wer Täter*in war, gelangt dabei in den Hintergrund. Diese Entscheidung der Filmemacher*innen hätte in Anbetracht der mangelnden Aufarbeitung der Verbrechen problematisch ausgehen können. Ist sie aber nicht – ganz im Gegenteil: Die Zuschauerin spürt in jedem Moment die Verwicklungen der gezeigten Personen und ihre individuellen Aushandlungen mit der eigenen oft schmerzhaften und auch schuldaufgeladenen Vergangenheit. Bauchbinden mit Namen, Rolle und Verantwortung im historischen System Colonia Dignidad sind in diesem Film gar nicht nötig, während sie in anderen Doku-Formaten dringender vermisst wurden. „Songs of Repression“ braucht sie nicht, weil der Film nicht auf eine Kategorisierung in Schuld und Unschuld abzielt. Ein geschichtskultureller Drahtseilakt, bei dem die Filmemacher*innen die vielfältigen Bewältigungsstrategien der Betroffenen offenlegen, ohne die Sprechenden vorzuführen.

Eine weitere Besonderheit an diesem feinfühligen Dokumentarfilm ist, dass Wagner und Hougen-Moraga sich von den so genannten Talking Heads, sprechenden Köpfen, entfernt haben. Sie geben ihren Gesprächen mit den Betroffenen einen Kontext. Die Zuschauerin erhält einen Einblick in die Sekunden, manchmal Minuten vor dem offiziellen Beginn. Das verleiht den Aufnahmen eine Authentizität, wie sie Talking Heads und dramatische Erzähl-Stimmen nicht schaffen können. „Songs of Repression“ braucht auch keine dramatisierende Hintergrundmusik oder eine*n Sprecher*in, die das Unbeschreibliche weiter zuspitzt. Der Schmerz der Vergangenheit und die Bewältigungsstrategien sind derart spürbar, dass keine speziellen Effekte nötig sind. Einzig präzise Schnitte, die den Perspektivwechsel dann vornehmen, wenn er dramaturgisch nötig ist, um ein komplexeres Bild von den Menschen in der ehemaligen Colonia Dignidad zu zeichnen. Die filmische Inszenierung gelingt, weil viele Nuancen eingefangen wurden und die Menschen für sich selbst sprechen dürfen.

Bewohner der Villa Baviera, Foto: Wagner & Hougen-Moraga

Dieser souveräne Umgang mit einem erinnerungskulturellen Minenfeld liegt vielleicht auch in der Erfahrung mit problematischen Vergangenheiten begründet, auf die das Team der beiden Regisseur*innen Hougen-Moraga und Wagner zurückgreifen kann. Denn die Produzent*innen Joshua Oppenheimer und Signe Bryge Sørensen haben Erfahrung mit konfliktbehafteten Erinnerungskulturen und ihren vielschichtigen Ausprägungen. Sie wagten mit dem Dokumentarfilm „The Act of Killing“ (2012) eine umstrittene Annäherung an die Täter-Perspektive auf die Massaker in Indonesien 1965–1966.

Dokumentarfilm-Fans und Interessierte an der Geschichte der Colonia Dignidad sehen einen Film, der Ambivalenzen hervorhebt anstatt zu moralisieren. Aber auch ohne Geschehenes zu beschönigen. Der Film ist auf Augenhöhe mit den Betroffenen produziert worden. Und die Beziehung zwischen Filmemacher*innen und Dargestellten endete nicht mit seiner Fertigstellung. Denn Hougen-Moraga und Wagner flogen mit dem fertigen Film zunächst nach Chile, um ihn in der ehemaligen Colonia Dignidad vor der Premiere vorzuführen. Das hatten sie versprochen. Im Gespräch mit diesem Blog heben sie hervor:

Wir möchten weiterhin an dem Thema bleiben. Wir haben viel Kontakt zu den Menschen und wir haben Freundschaften geschlossen. Das ist uns ganz wichtig. Unser Interesse hört nicht auf, weil wir aufgehört haben zu drehen. Deshalb sind wir auch dorthin gefahren, um den Film zu zeigen. Das hat etwas mit Respekt zutun. Wir arbeiten auf eine Art und Weise, wo wir nichts verbergen wollen. Die Offenheit, und ich glaube, dass man das auch im Film merkt, ist uns ganz wichtig.

Was wie eine Kleinigkeit daherkommt, bedeutet den Menschen vor Ort eine Menge. Denn Vertrauen fällt den meisten bis heute nicht leicht. Und zuletzt war es für die Betroffenen häufig schwierig die Filme, Serien und Dokus, an denen sie häufig mitgewirkt haben, überhaupt zu sehen.

Vielversprechend wäre es auch, wenn Hougen-Moraga und Wagner einen zweiten Teil drehen würden – dieses Mal auch mit Perspektiven von außerhalb der Villa Baviera. Zum Beispiel mit explizitem Fokus auf die Erinnerungen der Familienangehörigen von in der Colonia Dignidad Verschwundenen. Oder auch mit Blick auf die Erfahrungen der chilenischen Jungen, die noch in den 1990er-Jahren im so genannten „Intensivinternat“ der Villa Baviera zu Opfern sexualisierter Gewalt durch Paul Schäfer geworden sind. Die politische, juristische, künstlerische und wissenschaftliche Auseinandersetzung mit der Colonia Dignidad ist längst nicht abgeschlossen.

„Songs of Repression“ kann ab sofort online beim DOKfest München angesehen werden.

 


Regie: Estephan Wagner & Marianne Hougen-Moraga

Produktion: Signe Bryge Sørensen & Heidi Elise Christensen

Produktionsleitung: Joshua Oppenheimer

Filmlänge: 90 Minuten

Sprachen: Deutsch und Spanisch, englische Untertitel


 

(1) Das Casino Familiar besteht bis heute und wird von der gegenwärtigen Villa Baviera geführt.

(2) Susanne Bauer, Über die Bedeutung und den Einfluss von Musik auf Menschen in extremen Lebenssituationen am Beispiel der Sekte ‚Colonia Dignidad‘ in Chile, in: Stephan Grätzel und Jann E. Schlimme (Hg.), psycho-logik, Jahrbuch für Psychotherapie, Philosophie und Kultur, Freiburg/München 2013, S. 217.

Forschungseinblicke/Interviews

Zwischen Fiktion und Realität: „Dignity“ und Colonia Dignidad

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Zwischen Fiktion und Realität: „Dignity“ und Colonia Dignidad

Marcel Rodríguez spielt Leo Ramírez (Quelle: SHP)

Am 19. Dezember 2019 startet das Medienunternehmen ProSiebenSat.1 auf seiner Streaming-Plattform Joyn mit einer kostenpflichtigen Premium-Version. Bekannt wurde der neue Streaming-Dienst vor allem mit der kostenlosen Ausstrahlung von beliebten Serien wie „Jerks“ mit Fahri Yardim und Christian Ulmen oder zuletzt „Check Check“ mit Klaas Heufer-Umlauf in den Hauptrollen. Die kostenpflichtige Premium-Version von Joyn wird in Kürze mit der chilenisch-deutschen Serie „Dignity“ eingeläutet.

Der Titel der Serie spielt auf den zynisch anmutenden Namen Colonia Dignidad (deutsch: Kolonie der Würde) an, den die deutsche Sekten-Gemeinde im Süden Chiles ab 1961 trug bis sie sich im Jahr 1988 in Villa Baviera (deutsch: Bayerisches Dorf) umbenannte. „Dignity“ ist ein chilenisch-deutsches Gemeinschaftsprojekt und wird von der Firma Invercine Wood mit Sitz in Santiago de Chile und der StoryHouse Productions mit Sitz in Berlin produziert.

Ich habe den deutschen Drehbuchautoren und Co-Produzenten Andreas Gutzeit und den Protagonisten der Serie, Marcel Rodríguez (Leo Ramírez), für ein Gespräch über das neue Serien-Projekt in den Büroräumen von StoryHouse Productions in Berlin Mitte besucht. Aus dem Forschungsbereich der Public History kommend, haben mich vor allem der Ansatz der fiktionalen Thriller-Serie in ihrem historischen Bezugsrahmen und die Serie als geschichtskulturelles Produkt interessiert. Bevor wir ins Gespräch über die neue Serie kamen, konnte ich mir im Konferenzraum die Pilotfolge der neuen Serie „Dignity“ anschauen.

Antonia Zegers spielt Pamela, die zusammen mit Leo ermittelt. (Quelle: SHP)

Das Verhältnis von historischen Fakten und fiktionaler Serie

Die Pilotfolge reißt viele zentrale Themen der komplexen Geschichte der Colonia Dignidad an. Dabei betont Andreas Gutzeit in unserem Gespräch immer wieder, dass es sich bei „Dignity“ weder um eine historisch exakte Darstellung der Geschichte, noch um eine Form von Doku-Fiction handelt. Alle Charaktere bis auf Paul Schäfer (Götz Otto) seien fiktional und die Serie nicht mehr und nicht weniger als ein Thriller. Auf die Frage, ob Charaktere wie der Protagonist Leo Ramírez (Marcel Rodríguez) oder die Figur des Bernhard Hausmann (Devid Striesow) auf der Grundlage realer Personen geschrieben worden seien, erklärt Gutzeit:

„Das sind alles Composit-Characters, die zusammengesetzt sind. Also zum Beispiel bei Marcels Figur Leo ist natürlich [der chilenische Rechtsanwalt, Anm. MD] Hernán Fernández eine Möglichkeit. Der hat aber nicht in Deutschland studiert und der hat auch keine deutsche Frau. Also alles, was wir aber für die Fiktion brauchen.“

Auch wenn die einzelnen Figuren als zusammengesetzte Charaktere ausschließlich fiktional verstanden werden sollen, so werden doch bereits in der ersten Folge zahlreiche Themen verhandelt oder angedeutet, die historisch belegt sind und leider nicht fiktionaler sondern tatsächlicher Bestandteil der Colonia Dignidad waren. Dazu zählen unter anderem die brutale Herrschaft Paul Schäfers und seiner treuen Führungsriege, die sexualisierte Gewalt an den Kindern, die strikte Trennung der Geschlechter in separate Gruppen, die zwangsweise Verabreichung von Psychopharmaka an die Mitglieder und die Rolle der Colonia Dignidad als Folterort des chilenischen Geheimdienstes DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) während der chilenischen Militärdiktatur. Gleich zu Beginn von „Dignity“ lässt sich erahnen, dass in den folgenden Episoden viel Historisches thematisiert werden wird. Ein Thriller also, der ein historisches Thema behandelt, jedoch keinen Anspruch auf historische Korrektheit erhebt. Die Unterscheidung zwischen Fiktion und Realität dürfte nicht allen Zuschauer*innen leicht fallen. Das weiß auch Produzent Andreas Gutzeit. Er ist der Überzeugung, dass „Dignity“ auch deshalb eine „außergewöhnliche Serie“ sei, weil sie weniger auf die Darstellung historischer Fakten, sondern vielmehr auf das Ausloten einer „emotionalen Wahrheit“ setze. Es bleibt abzuwarten, welche „emotionale Wahrheit“ die Zuschauer*innen erwartet. Deutlich wird jedenfalls, dass emotional aufgeladenene Themen wie die Beziehung zwischen zwei Brüdern und das Verarbeiten sexueller Gewalterfahrungen beim Erwachsenwerden verhandelt werden sollen.

Auch der Dreh am Originalschauplatz in Chile schafft eine Nähe zur historischen Colonia Dignidad. Die Geschichte der achtteiligen Thriller-Serie spielt in den 1990er-Jahren, also nach dem Ende der Militärdiktatur in Chile. Zuschauer*innen begleiten den Protagonisten Leo Ramírez bei seinen Ermittlungen gegen den Colonia-Leiter Paul Schäfer. Recht schnell wird deutlich, dass es dem jungen Bundesanwalt aber auch um die eigene Familiengeschichte geht. Seine Kollegin Pamela (Antonia Zegers) fragt schon am Ende der Pilotfolge: „Bist du in der Colonia Dignidad aufgewachsen?“

Dreharbeiten zu dem Thriller „Dignity“ am historischen Ort 

Die Serie „Dignity“ wurde in der heutigen Villa Baviera, der ehemaligen Colonia Dignidad gedreht. Diese liegt etwa 400 km südlich der chilenischen Hauptstadt Santiago de Chile. Der Ort ist heute ein touristisch ausgerichtetes Feriendomizil mit Hotel und bayerischem Restaurantkonzept. Außerdem werden dort Hochzeiten und verschiedene Feste zu unterschiedlichen Feiertagen ausgerichtet. Viele der einst etwa 300 Mitglieder der Colonia Dignidad sind inzwischen verstorben oder haben die Gemeinschaft verlassen. Sie leben heute größtenteils in Deutschland oder in Chile außerhalb der Villa Baviera. Noch um die 100 Menschen wohnen gegenwärtig in der Villa Baviera. Die Schauspieler*innen von „Dignity“ übernachteten etwa drei Wochen lang im dortigen Hotel Villa Baviera und aßen im örtlichen Restaurant. Die Nähe zu dem historischen Ort und den Bewohner*innen habe dafür gesorgt, dass sich die Schauspieler*innen dem historischen System Colonia Dignidad auf einer sehr emotionalen Ebene nähern konnten. Viele der Bewohner*innen der heutigen Villa Baviera hatten sich bereiterklärt, als Zeitzeug*innen von ihren persönlichen Erfahrungen in der Colonia Dignidad zu berichten. Das habe den Schauspieler*innen sehr geholfen, um sich in ihre Rollen einzufühlen und die Materie besser verstehen zu können, erklärt Marcel Rodriguez. Er führt aus:

„Also auf uns Schauspieler*innen sind die Bewohner*innen sehr offen und warmherzig zugegangen. Auf mich hat es sogar den Eindruck gemacht, als gäbe es geradezu den Drang, mit uns über die Vergangenheit zu sprechen. Darüber zu reden, was sie Schlimmes erlebt haben. Sie haben zum Beispiel recht schnell auch über die Prügel gesprochen, die sie selbst gegeben oder bekommen haben. Insgesamt wollten sie auch wissen, wen wir spielen, wie wir uns die Umstände vorstellen und wie sie uns dabei helfen können, die Rollen vielleicht noch besser spielen zu können.“ 

Neben diesen Gesprächen mit ehemaligen Mitgliedern der Colonia Dignidad habe er sich vor allem mit verfügbaren Dokumentationen über das Thema informiert. Auch die Broschüre, die Dieter Maier und Jürgen Karwelat 1977 für Amnesty International Deutschland über die Colonia Dignidad verfasst hatten, half ihm bei der historischen Sensibilisierung für die Rolle als Leo Ramírez. Die intensive Konfrontation mit den düsteren Geschichten der Colonia sei aber nicht spurlos an dem 35-jährigen Schauspieler vorbeigegangen. Marcel Rodríguez erinnert sich an einen emotionalen Tiefpunkt, den er an einem Tag auf dem Weg zum Dreh in der Villa Baviera erlebt habe:

„Das war schon gegen Ende. Ich glaube, da waren nur noch zwei Drehwochen übrig und da hatte ich irgendwie mal so einen Moment. Ich habe einen komischen Ekel in mir verspürt. Mich ständig mit den Verbrechen der Colonia zu beschäftigen, ständig darüber nachdenken, das wurde einfach zu viel. Ich wollte alles irgendwie abschütteln und das ging aber nicht. Ich musste weinen und bin richtig kurz zusammengebrochen. Das war sonderbar. Das wurde mir dann zu viel. Du denkst drüber nach, denkst über die Rolle nach. Du denkst über die Leute nach, denkst über die Kinder nach, die das erlebt haben oder überhaupt diese Ungerechtigkeit, die dort stattgefunden hat. […] Das ist einfach alles sehr anstrengend gewesen und dann gab es irgendwann einen Moment, in dem alles kurz rausgekommen ist.“ 

So wie Marcel Rodriguez sei es eigentlich allen Schauspieler*innen in gewissen Momenten ergangen, fügt Andreas Gutzeit hinzu:

„Also das war das gleiche Thema für alle anderen deutschen Schauspieler, die dort waren. Also das was Marcel jetzt sagt, würden Devid Striesow, Götz Otto und Jenny Ulrich, Martina Klier und Nils Rovira-Muñoz auch sagen. Das Thema hat sie schon sehr persönlich berührt.“

Rückblickend hält Marcel Rodríguez diesen emotionalen Tiefpunkt sogar für notwendig:

„Ich glaube, wenn man die ganze Zeit diese Sachen spielt, sich damit beschäftigt und die ganze Zeit nur gute Laune hat, dann ist das auch irgendwie ein bisschen komisch. Dann hat man vielleicht etwas nicht kapiert, was da stattgefunden hat.“

Vielleicht sind diese Momente der emotionalen Überlastung gemeint, wenn Produzent Gutzeit von „emotionaler Wahrheit“ spricht. Mit diesen Gefühlen sind die Schauspieler*innen nicht allein. Immer wieder beschreiben Journalist*innen, Wissenschaftler*innen, Politiker*innen und andere mit dem Thema befasste Menschen ähnliche Erfahrungen. Dieter Maier verwendet in seinen Büchern den Begriff „Colonitis“, um die emotionale Nähe zu beschreiben, die solche Überlastungs- oder Verwicklungszustände herbeiführen kann. Als Ursache für die „Colonitis“ sieht Maier die intensiven Begegnungen mit Menschen, die bis heute unter massiven Traumata leiden. Die Auseinandersetzung mit diesen Traumata und die persönliche Nähe zu den Menschen, erzeuge bei vielen ein Gefühl von Betroffenheit, das sich auf unterschiedliche Art und Weise zeige. Viele identifizieren sich mit den Betroffenen und entwickeln das Bedürfnis zu Akteur*innen zu werden. Manche verspüren eine übermannende Traurigkeit und andere sind einfach überfordert. Emotional unbeeindruckt bleibt kaum jemand. Inwieweit Emotionen in der Auseinandersetzung mit historischen Themen hilfreich sind, da sie die Geschichte greifbarer machen oder ob sie im Sinne einer Emotionalisierung hinderlich sind, da durch eine übermäßige Identifikation ein nötiger Abstand verloren gehen kann, darüber wird auch in der Public History gestritten.

 

Der totgeglaubte Bruder Klaus (Nils Rovira-Muñoz) von Leo (Quelle: SHP)

Verhältnis von gesellschaftlichem Bewusstsein und ökonomischem Erfolg der Serie

Gutzeit und Rodriguez habe viel der Gedanke umgetrieben, ob es in Deutschland ausreichend gesellschaftliches Bewusstsein über die Geschichte der Colonia Dignidad gebe. Für den ökonomischen Erfolg einer Serie sei es wichtig, ob die Zuschauer*innen bereits etwas über die Geschichte wissen. Denn vor allem der Wiedererkennungswert sorge für die Bereitschaft sich mit der Thematik weiter auseinanderzusetzen. Auf die Frage, woher die beiden selbst erstmals von der Geschichte der Colonia Dignidad erfahren hatten, erzählt Rodriguez, er selbst sei erst durch den Spielfilm „Colonia Dignidad. Es gibt kein Zurück“ von Florian Gallenberger auf das Thema aufmerksam geworden. So wie ihm, gehe es damit auch vielen in seinem privaten Umfeld. Andreas Gutzeit hingegen habe den Verlauf der Geschichte der Colonia Dignidad über die Jahrzehnte im SPIEGEL aufmerksam verfolgt. Dies sei einfach eine Generationen-Frage schätzen Gutzeit und Rodriguez die unterschiedliche Wahrnehmung der Geschichte der Colonia Dignidad ein.

Auch der Gallenberger-Film mit Emma Watson und Daniel Brühl in den Hauptrollen zeigt bei Weitem mehr Fiktion als historische Fakten und dennoch hat er zahlreiche Menschen zu aktiver Auseinandersetzung mit der Colonia inspiriert. Der heutige Bundespräsident Frank-Walter Steinmeier nannte diesen Film während seiner Amtszeit als Bundesaußenminister im Jahr 2016 einen „künstlerischen Anstoß“ für die Auseinandersetzung des Auswärtigen Amtes mit der eigenen Verantwortung in der Geschichte der Colonia Dignidad. Er veranlasste die Verkürzung der Sperrfrist für den noch gesperrten Teil der Akten im Politischen Archiv des Auswärtigen Amtes. Dieser Bestand ist heute für alle Interessierten zugänglich. Auch auf nicht-politischer Ebene diente der Film als Anstoß für Lesungen, Vorträge, Medienberichte und Podiumsdiskussionen. So haben etwa kürzlich Mitglieder des Allgemeinen Studierendenausschuss der Universität Hannover (AstA) durch den Spielfilm für das Thema Colonia Dignidad sensibilisiert worden. Aus anfänglichen Recherchen wurde eine zweiwöchige Veranstaltungsreihe, die am 4. Dezember 2019 mit einer Podiumsdiskussion ihren Abschluss fand. Trotz der Fiktionalisierung des historischen Themas hat der Spielfilm Einfluss genommen auf eine geschichtskulturelle Auseinandersetzung mit der Geschichte der Colonia Dignidad.

Geschichtskulturelle Auseinandersetzungen im Spannungsfeld zwischen Aufarbeitung und Kampf um Deutungshoheit

In der Villa Baviera herrscht schon seit Jahren Hochbetrieb: Wissenschaftler*innen, Journalist*innen, Filmemacher*innen und privat Interessierte geben sich beim Ein- und Ausgehen die sprichwörtliche Klinke in die Hand. Die meisten kommen mit dem Ziel, einen Blick in die authentische Vergangenheit der ehemaligen Colonia Dignidad zu werfen. Sie wollen den Ort, der Schauplatz von grausamer Gewalt geworden ist, sehen und fühlen. Mehr noch: Sie wollen die Menschen sehen, die all das erlitten oder verursacht haben, wovon sie bisher nur gehört oder gelesen haben. In der Public History hat sich der Begriff „Dark Tourism“ etabliert, wenn es um die Reisen an Orte mit solch düsterer Vergangenheit geht und die Anziehungskraft, die diese Orte auf viele Menschen ausübt. Einige Bewohner*innen der Villa Baviera haben im letzten Jahrzehnt bereitwillig als Zeitzeug*innen Auskunft gegeben. Sie haben ihre Geschichten in zahlreichen Interviews geteilt. Diese Bereitschaft zum Erzählen der eigenen Lebensgeschichten ist meist auch verbunden mit Wünschen und Forderungen. Sie wünschen sich Sichtbarkeit der erlittenen grausamen Schicksale. Manche wünschen sich auch die Aufklärung noch ungeklärter Verbrechen. Vor allem aber fordern die betroffenen Menschen finanzielle Entschädigung für jahrzehntelang erlittenes Unrecht. Viele wünschen sich einen Ausweg aus den prekären Lebensverhältnissen. Erst kürzlich wurden vom Deutschen Bundestag einmalige Hilfszahlungen in Höhe von 10.000 € pro Person beschlossen, die an deutsche Opfer der Colonia Dignidad gezahlt werden sollen.

Neben denjenigen, die bis heute auf dem Gelände der Villa Baviera leben, gibt es noch weitere betroffene Menschen, die bis heute unter den Folgen des Gewalt-Regimes der Colonia leiden. Dazu zählen ehemalige Mitglieder der Gruppe, die inzwischen außerhalb der Villa in Chile leben oder das Land verlassen haben und heute zum Beispiel in Deutschland oder Österreich wohnen. Auch die chilenischen Opfer der Colonia Dignidad leiden bis heute und fordern vor allem die Aufklärung der Verbrechen: Während der Militärdiktatur entführte der chilenische Geheimdienst ihre Familienangehörigen, folterte, ermordete und vergrub sie in Massengräbern auf dem Gelände der Colonia Dignidad. Die Suche nach den Spuren der Ehemänner, Brüder, Schwestern oder Söhne begleitet sie bis heute. Auch die jungen chilenischen Männer, die in den 1990er-Jahren als Kinder Opfer von sexualisierter Gewalt durch Paul Schäfer wurden, wünschen sich weitere Aufklärung und Gerechtigkeit. Über die mangelnde juristische Aufarbeitung hat die Journalistin Ute Löhning zuletzt mehrfach berichtet. Neben der juristischen, ist die erinnerungskulturelle Aufarbeitung gefordert. Die Gedenkstättenexpert*innen Dr. Elke Gryglewski und Dr. Jens-Christian Wagner wurden zusammen mit zwei chilenischen Kolleg*innen mit einem Gedenkstättenkonzept beauftragt, das auf dem Gelände der heutigen Villa Baviera zukünftig umgesetzt werden soll.

Wenn es der Serie „Dignity“ gelingen sollte, größere internationale Reichweite zu erzielen und weitere Menschen auf diesen Teil der deutsch-chilenischen Geschichte aufmerksam zu machen, könnte sie einen Beitrag zum Aufarbeitungsprozess leisten. Auch wenn Gutzeit betont, dass dies nicht das Ziel der Serie sei, so kann sie diesbezüglich dennoch eine Chance bedeuten, wie am Beispiel des Gallenberger-Films gezeigt wurde. Dafür wäre es allerdings nötig, dass die Zuschauer*innen den emotionalen Zugang nutzen, um weiter zu recherchieren und konkrete Fragen an die Geschichte zu stellen. Ob dies gelingt, wird sich nach dem Serienstart von „Dignity“ 19. Dezember 2019 zeigen.

(Der Artikel basiert auf einem Interview, das am 13. November 2019 in den Büroräumen von StoryHouse Productions geführt wurde.)

Akteur*innen & Projekte/Interviews

Renate Künast: „Wir sind beharrlich geblieben und haben genervt.“

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Renate Künast: „Wir sind beharrlich geblieben und haben genervt.“

Renate Künast (Bündnis90/Die Grünen) ist Mitglied einer Gemeinsamen Kommission des Bundestages und der Bundesregierung, welche mit der Umsetzung eines Hilfskonzeptes für Opfer der ehemaligen Colonia Dignidad beauftragt wurde. Als Vorsitzende des Rechtsausschusses organisierte Künast 2016 die erste Reise von Abgeordneten des Deutschen Bundestages in die ehemalige Colonia Dignidad. Im Interview berichtet sie von dem Hilfskonzept, den Hürden bei ihrer ersten Reise nach Chile und weiteren Schritten, die für eine gelungene Aufarbeitung der Verbrechen, die in der ehemaligen Colonia Dignidad begangen wurden, notwendig seien.

Interview mit der Bundestagsabgeordneten Renate Künast über die Aufarbeitung der in der Colonia Dignidad begangenen Verbrechen 

Meike Dreckmann: Frau Künast, wie würden Sie die Colonia Dignidad in Ihren eigenen Worten Jemandem erklären, der oder die noch nie davon gehört hat.

Renate Künast: Eine Sekte mit einem Zaun, der vor Ausbruch schützen sollte, und die ein ausgeklügeltes Sanktions- und Bestrafungssystem hatte.

MD: Worauf richten Sie als deutsche Bundestagsabgeordnete Ihren Blick besonders?

RK: Ich bemühe mich und wir bemühen uns als Gruppe von Abgeordneten, uns nicht nur auf das Gelände der heutigen Villa Baviera zu konzentrieren. Ich würde das für einen großen Fehler halten. Weil zu der gesamten Geschichte der Colonia gehört ja nicht nur, sich mit denen zu beschäftigen, die heute noch in der Villa Baviera leben, sondern auch mit denen, die es glücklicherweise herausgeschafft haben.

MD: Insgesamt sind Sie zwei Mal in die ehemalige Colonia Dignidad nach Chile gereist. Wie müssen wir uns die Umstände Ihrer ersten Delegationsreise 2016 vorstellen?

RK: Ich habe die Reise als damalige Vorsitzende des Rechtsausschusses organisiert. Wir sind damals nach Argentinien und Chile gefahren. Da habe ich einen massiven Druck erlebt. Uns wurde geraten: „Gehen Sie da lieber nicht hin.“ Überhaupt dorthin zu gehen, war schon eine große Sache. Der erste Teil einer Geschichtsaufarbeitung in diesem Kontext war für mich also die Frage: Wie kommen wir da überhaupt hin und welche Mechanismen gibt es, uns dort nicht hinzulassen?

MD: Von wem?

RK: Vom Auswärtigen Amt. Das fing im Prinzip bereits 2016 an. Anfang des Jahres reiste Joachim Gauck als damaliger Bundespräsident nach Chile zu einem Empfang in der deutschen Botschaft. Dort gab es einen Eklat, weil ein Täter aus den Reihen der Colonia Dignidad auch auf diesen Empfang eingeladen worden war. Darauf wurde Gauck hingewiesen und dann ist er mit seiner Frau gleich gegangen. Das gab großen Ärger und löste allgemeines Misstrauen aus. Und dann bekamen wir als Abgeordnete von der Botschaft noch den Warnhinweis: „Ach, fahren Sie lieber nicht in die Villa Baviera, das ist alles zu kompliziert. Sie müssen da vier Stunden rausfahren. Die werden Sie alle in Beschlag nehmen, weil sie ja psychisch sehr belastete Persönlichkeiten sind.“ Also es ist durchaus üblich, dass Botschaften Abgeordneten Hinweise geben, wenn sie eine Delegationsreise ins Ausland machen. Also Hinweise wie etwa: „Denken Sie daran, Sie müssen da weit fahren.“ Das ist ganz normal. Weil es auch Bundestagsabgeordnete gibt, die sich sonst hinterher beschweren und sagen, sie seien nicht informiert worden. Aber ich habe deutlich gesagt: „Wir wollen dahin. Ende.“

MD: Warum war das so eindeutig für Sie?

RK: Weil mir klar war, dass ich den authentischen Ort sehen musste. Und es ist doch qualitativ etwas ganz Anderes, ob ich persönlich und einzeln mit Leuten spreche oder die Menschen in einer Botschaft treffe. Und die Situation vor Ort in der Villa Baviera kann man auch nur begreifen, wenn man selber mal dort gewesen ist. Wenn man die wunderschöne Landschaft mit den schneebedeckten Bergen in der Ferne einmal gesehen hat. Dieses Dorf stellt sich optisch wie eine Vollidylle dar. Und als das Auswärtige Amt uns dann sagte, wir könnten die Menschen doch in die Botschaft in Santiago einladen, habe ich von der Seite schon gemerkt, dass die Geschichtsaufarbeitung ein großes Manko hat.

MD: Inwiefern?

RK: Zur Geschichtsaufarbeitung gehört doch auch, dass ich die Aufarbeitung systematisch und respektvoll organisiere. Bei einzelnen Aufarbeitungsschritten ist Sensibilität an den Tag zu legen. Warum sollten sich die quasi inhaftierten Menschen der so genannten Colonia Dignidad nach dieser Geschichte freiwillig in die Botschaft begeben? Das war irgendwie ein kurioser Vorschlag. Das in Verbindung mit dem Eklat der Einladung von ehemaligen Tätern in die Deutsche Botschaft und der Tatsache, dass immer diejenigen mit Hilfeleistungen benachteiligt wurden, welche die Villa Baviera verließen. Das war sozusagen das Vorspiel, wo wir wirklich wiederholt sagen mussten: „Wir wollen dahin!“

Michael Brand (CDU), Renate Künast (Grüne), Matthias Bartke (SPD), Bildrechte: Büro Künast

MD: Und wie war ihr Eindruck, als Sie dann dort ankamen?

RK: Dort haben wir eine ganz massive Betroffenheit erlebt. Ich muss Ihnen dazu sagen, dass ich in meinem ersten Leben Sozialarbeiterin bin, im zweiten Leben Juristin und ich habe auch viel in der Psychiatrie und im Strafvollzug gearbeitet. Als wir in der Villa Baviera ankamen, da war mein erster optischer Eindruck: Viele der betroffenen Menschen sind hospitalisiert und traumatisiert.

MD: Warum?

RK: Weil man es ihnen ansieht. Man sieht es den Menschen an der Art ihrer Reaktion mit Gestik und Mimik an. So wie man auch fast jedem Kind ansehen kann, ob es geschlagen wurde. Das hat eine ganz andere Körpersprache oder die jeweilige Person reagiert ganz anders. Selbst und gerade Erwachsenen sieht man die Torturen der Kindheit und Jugend noch an.

MD: Können Sie ein Beispiel geben?

RK: Ja, zum Beispiel eine ältere Dame, die sich dort mit geradezu kindlicher Naivität auf uns zu kam und redete. Die Welt hat sie noch gar nicht begriffen. Und gerade bei unserer ersten Reise haben wir sehr intensive Runden mit Einzelgesprächen geführt. Da saßen immer ein, zwei Abgeordnete an einem Tisch mit ein paar Zeitzeug*innen. Sie gingen bei Kaffee und Kuchen eben schnell in die Vollen mit ihren Erzählungen. Und das erlebe ich selten, dass Leute innerhalb von kurzer Zeit denken, das kann ich denen jetzt gerade mal kurz erzählen. Ich habe allerdings später begriffen, dass die individuellen Geschichten so unaufgearbeitet sind und viele deshalb großen Druck verspüren. Besonders die Älteren habe ich so erlebt, dass sie von Kopf bis Fuß mit diesen Geschichten gefüllt sind. Deshalb landet man immer und innerhalb von Sekunden sofort bei diesen Geschichten und Ereignissen. Und es gibt gar keine Luft, um mal über etwas Anderes zu reden. Das finde ich persönlich tragisch, weil die Menschen auch nicht die Luft oder die Möglichkeit dazu haben, weil sie so hospitalisiert sind und gar nicht in einer anderen Welt gelebt haben. Und wenn sie niemand an die Hand nimmt und in eine betreute Wohnsituation an einem anderen Ort bringt, fühlen die sich gar nicht lebensfähig. Die Menschen würden Angst haben und zurücklaufen. Und das finde ich, spürt man da schon.

MD: Was ist Ihnen noch aufgefallen?

RK: Dann hat die Art der Aufarbeitung, die sie selber als Geschichtsaufarbeitung machen, für meine Begriffe etwas Hilfloses, weil sie weder hinreichend begleitet noch offiziell organisiert ist. Sie sind in diesem Käfig des Erlittenen und in dieser engen Struktur, in der sie nie gelernt haben, sich in einer freien Gesellschaft ohne genaue Abläufe zu bewegen. Sie sind eingeschüchtert und haben massive Traumata. Sie leben in ihrer Welt und in ihrer Tragik und ich finde, dass für ganz viele Aufarbeitung ein anderes Schicksal ist: Darf ich persönlich denn noch etwas Schönes erleben? Wenn dir eine Person selbst erzählt, wie sie mit Elektroschocks und Tabletten gefoltert wurde. Unter Paul Schäfer waren bestimmte Verhaltensweisen verboten. Und heute zittern noch einige körperlich, schwitzen und haben massive Ängste, weil sie etwas getan habe, was „verboten“ ist. Obwohl der Mann [Paul Schäfer, Anm. MD] gar nicht mehr da ist und eigentlich die Struktur auch gar nicht mehr. Sie sind so konditioniert, dass sie es nicht als Freiheit empfunden haben, weil sie nie etwas Anderes erlebt haben. Sie waren nie frei. Sie haben ja auch nie Fernsehsendungen geschaut und dort gesehen, wie man sonst so in der Welt frei durch die Gegend läuft oder sich verhalten kann.

MD: Und warum denken Sie, verlassen viele Menschen die ehemalige Colonia Dignidad heute nicht?

RK: Ich sehe, dass viele diesen Schritt nicht tun können. Das würde wahrscheinlich nur gehen, wenn jemand sagen würde, dass es in der Nähe eine Stadt mit einem betreuten Wohnen oder einem Seniorenheim gibt, das zum Beispiel auch eine Kantine hat und einen Wäscheservice anbietet. Ein Ort, an dem es eine bestimmte Einbindung in eine Gruppe gibt und man nicht mitten in einer Stadt anonym wohnt. Da würden die Menschen nie hingehen.

MD: Aus Chile habe ich die Nachricht erhalten, dass ein Ehepaar, das im Jahr 2006 die Villa Baviera verlassen hat, vor Kurzem wieder zurückgezogen ist. Sie sagen, dass sie es außerhalb finanziell einfach nicht geschafft haben. Das Ehepaar wurde wiederaufgenommen und im Tourismus angestellt. Wie kann das Hilfskonzept den Leuten helfen, wenn sie außerhalb der Villa Baviera leben möchten?

RK: Also, das Hilfskonzept ist ja das Minimum, was wir bringen müssen. Ich sage nicht, damit bin ich jetzt zufrieden und es ist alles getan. Aber man kann sich ja vorstellen, was das für eine mühevolle Arbeit war. Also da bin ich jetzt unzufrieden und stolz. Das fällt zusammen.

MD: Können Sie das näher erklären?

RK: Ja, unzufrieden, weil das bei Weitem nicht ausreicht und stolz, weil man da eben Ende 2016 nicht denken konnte, dass es da jemals zu irgendeinem Ergebnis kommen könnte. Aber wir Bundestagsabgeordneten sind beharrlich geblieben und haben genervt. Und wir haben die Reise dahin gemacht und wir waren als Gruppe sehr beeindruckt von dieser Situation. Und ich habe dann nachher gesagt: „Machen wir das? Schwören wir uns das jetzt und machen uns daran und sorgen dafür, dass es einen Antrag im Bundestag gibt und dass es da ein Hilfskonzept gibt und so weiter?“ „Ja, logisch.“ Gemeinsam haben wir dann den Antrag und den Beschluss darin hingekriegt. Zum Beispiel, dass es bis zum 31.6.2018 einen Bericht der Bundesregierung geben musste.

MD: Und was hielten Sie von dem Bericht?

RK: Der war schlecht. Das haben Sie sicherlich gesehen. Wir haben alle protestiert. Dafür, dass sie nie was zahlen wollten, kriegen die Opfer jetzt 10.000€. Mit der Internationalen Organisation für Migration (IOM) haben wir jetzt kompetente Partner, welche die Verteilung der Gelder durchführen. Die werden zuerst zu den Menschen gehen, die außerhalb der Villa wohnen, weil dort die Unterstützung am dringendsten ist. Als erstes muss es um die gehen, die eindeutig Opfer sind und wo es keinerlei zu klärende Fragen gibt. Das dürften an die 100 Menschen sein und da soll schnell Geld kommen. Wir haben dabei verschiedene Stufen der Glaubhaftmachung festgelegt.

MD: Das ist ja wirklich überraschend dann, dass die ersten zurückziehen in die Villa. Denn theoretisch würde es damit doch jetzt die Strukturen geben, um das Leben außerhalb erheblich zu erleichtern, oder?

RK: Ja, das stimmt, aber wir haben keine Rente beschließen können. Und es gibt ja auch keine Lebenshilfe. Allerdings: Wenn die Menschen jetzt einmal 10.000€ erhalten und wenn sie später pflegebedürftig sind, müssten sie keine Angst haben, dass sie dann auf der Straße liegen, sondern die Pflege wird bezahlt. Aber was machen sie denn zwischendurch? Das ist nicht gelöst. Sie haben keine Rente oder erhalten in Chile umgerechnet 200€. Und da nie in die Rentenkasse eingezahlt wurde, ist das ein großes Problem. Und deshalb sage ich: Wir haben jetzt zwar etwas geschafft, was wir vor Jahren nicht für möglich gehalten hätten. Das ist jedoch noch kein Grund für Zufriedenheit. Also man muss da weiter nachdenken und man muss mal überlegen, wie der chilenische Staat sich da mal irgendwo einbringt. Denn er hat so etwas letztendlich auch auf seinem Territorium zugelassen. Dann bleibt noch das Thema Gedenkstätte mit Lernort. Das gibt es zum Beispiel in der KZ-Gedenkstätte Auschwitz auch. Wo dann junge Leute sich treffen und Seminare machen, aber auch mithelfen, die Flächen in Ordnung zu halten. Sie können diskutieren und lernen: Wie entwickeln sich eigentlich Gesellschaften, aus denen solche Sachen entstehen? Das kannst du ja auf den Nationalsozialismus, auf die Diktatur in Chile, auf die Colonia Dignidad oder auch auf Syrien übertragen. Also man kann es auf ganz viele Gesellschaften beziehen und daran lernen.

MD: Wie haben Sie denn die Zusammenarbeit zwischen Deutschland und Chile im Hinblick auf die Gedenkstättenplanung erlebt?

RK: Die Expert*innen der deutsch-chilenischen Kommission stehen natürlich vor großen Herausforderungen. Auch für Chile ist nicht einfach und zwar nicht nur bezogen auf die Frage: Colonia Dignidad, warum haben wir das zugelassen?

MD: Was meinen Sie mit „nicht einfach“?

RK: Wir haben bei unseren Reisen beispielsweise auch Gouverneure und Politiker aus dem Süden getroffen, die in aller Offenheit sagten: „Wieso? Ich möchte Ihnen mal sagen, wir fanden das alle toll!“

MD: Ja, die Colonia Dignidad war sowohl politisch, als auch wirtschaftlich und auch innerhalb der Bevölkerung sehr gut vernetzt. Sie profitierte von einem eng gesponnenen Netzwerk aus Unterstützer*innen.

RK: Genau. Und in Chile ging es in den 1960er/70er-Jahren vielen eben darum, dass das Land unten im Süden urbar gemacht wird. Dass Landwirtschaft betrieben wird und dass die Bevölkerung ansteigt. Die Städte sollten wachsen. „Wir wollten selbst unsere Lebensmittel anbauen.“ „Wir waren froh, dass es diese fleißigen Deutschen da gab.“ „Oh, und wir haben auch nicht richtig hingeguckt.“ So ein autoritäres Regime innerhalb der Anlage fanden sie zum Teil auch nicht schlecht und um alles andere haben sie sich im Detail auch nicht gekümmert. Und es ist schwierig, weil die DINA [Dirección de Inteligencia Nacional, Anm. MD] in der Colonia Oppositionelle des Militärregimes folterte und ermordete, aber auch ihre Wochenenden dort gemütlich verbrachte. Aufklärung fällt ihnen noch schwer, da wohl viele angesehene Familien Chiles heute noch durch Generäle und Soldaten irgendwelche Bezüge zu der Geschichte haben. Entweder waren sie also Opfer oder sie haben Freund*innen oder Verwandte dort verloren. Oder sie hatten selbst Leute beim Militär oder bei der DINA. Sie gehörten dadurch also zum Herrschaftssystem und haben vielleicht sogar selbst mitgefoltert.

MD: Und können Sie ein Beispiel dafür nennen, wie Ihrem Eindruck zufolge das Thema Erinnern und Gedenken in der Villa Baviera diskutiert wird?

RK: Als wir Ende August 2018 zu einem Exekutivtreffen mit ein paar Abgeordneten zum zweiten Mal dort waren, haben die Chilenen einen Vorschlag gemacht. Das gesamte Material, was man noch gefunden hat, also Karteikarten, Fotos und so weiter, sollten demnach in das Archiv des Museums für Menschenrechte in Santiago de Chile aufgenommen werden. Die Sachverständigen aus Deutschland waren davon allerdings nicht nur begeistert, weil sie der Meinung waren, dass es auch Gedenken und das Auseinandersetzen vor Ort auf dem Gelände der Villa Baviera geben müsse. Dann gibt es auch noch die chilenischen Hinterbliebenen, die sagen, dass dort auf keinen Fall Hochzeitsfeiern und Hotelbetrieb durchgeführt werden dürfen. Diesen Konflikt müssen wir lösen.

MD: Und wie?

RK: Ich glaube, wir müssen von hier aus immer dranbleiben. Aktuell ist das angesichts der Situation in Chile nicht einfach. Der Schwerpunkt liegt logischerweise auf aktuellen und dringenden sozialen Fragen.

MD: Gibt es etwas Neues zu der Vermögenssituation dieser Strukturen, die sie angesprochen haben? Müssen wir uns von dem Gedanken verabschieden, jemals herauszufinden, wo das Geld geblieben ist, das Paul Schäfer illegal angehäuft hat?

RK: Ich weiß nicht. Es ist zudem ein rein privatrechtlicher Sachverhalt, wie sollen wir da reinkommen?

MD: Das heißt, Sie glauben nicht, dass niemand weiß, wo das Vermögen aus Schäfer-Zeiten geblieben ist?

RK: Naja, es werden von einigen alle rechtlichen Mittel genutzt, um Aufklärung zu verhindern.

Die Delegierten legen Blumen ab an den Ausgrabungsstätten der in der Colonia Dignidad „Verschwundenen“, Bildrechte: Büro Künast

MD: Einige gehen davon aus, dass Hartmut Hopp, der ehemalige Arzt der Colonia Dignidad und Vertrauter Paul Schäfers, etwas über das verschwundene Vermögen wissen könnte. Wie bewerten Sie als Juristin den Beschluss des Oberlandesgerichtes Düsseldorf, der besagt, dass die in Chile verhängte Strafe gegen Hopp in Deutschland nicht umgesetzt werden könne?

RK: Ich habe grundsätzlich den Eindruck, dass die Staatsanwält*innen, die daran gearbeitet haben, scheinbar dem Ganzen nicht besonders viel Bedeutung beigemessen haben. Die einzigen, die da wirklich noch juristisch tiefer rangehen, sind die Leute vom ECCHR. Ich glaube, die haben sich überlegt, zu klagen.

MD: Wie stehen Sie zu dem touristischen Konzept vor Ort?

RK: Ich würde den Tourismus ganz wegnehmen. Und stattdessen muss man diesen Ort und das Ensemble zwar erhalten und aus diesem Hotel etwas für Jugendliche und junge Menschen machen. Wo du dann lernst, wie sich Gesellschaften entwickeln und wie es anfängt, dass so etwas wie die Colonia Dignidad dabei herauskommt. Man kann auf dem Boden nicht so tun, als hätte es nie stattgefunden. Also auch zu lernen und zu hinterfragen, was die deutsche Botschaft da unten gemacht hat. Da könnte man fast mal sagen, da müssen auch mal Diplomat*innen in ihrer Ausbildung hin.

MD: Ja, also das Thema soll ja zumindest in das Curriculum für angehende Diplomat*innen aufgenommen werden. Aber da weiß ich nicht, was der aktuelle Stand ist. Das hatte zumindest Frank-Walter Steinmeier als damaliger Außenminister in seiner Rede im Auswärtigen Amt gesagt.

RK: Das ist ein guter Punkt.

MD: Warum?

RK: Ja, da muss ich noch einmal in der Steinmeier-Rede nachschauen. Da kann ich dann eine Anfrage dazu machen.

MD: Das ist doch ein schöner Abschlusssatz. Vielen Dank, dass Sie sich Zeit für mich genommen haben.

RK: Gerne.

(Renate Künast beantwortete die Fragen mündlich am 17. September 2019 in ihrem Bundestagsbüro. Das Interview wurde zur besseren Lesbarkeit gekürzt und redigiert.) 

 

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