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Evelyn Hevia Jordán sobre el hospital de la Colonia Dignidad (esp./alem.)

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Evelyn Hevia Jordán sobre el hospital de la Colonia Dignidad (esp./alem.)

Evelyn Hevia Jordán (Copyright: Evelyn Hevia Jordán)

Entrevista con Evelyn Hevia Jordán sobre su investigación de la historia del hospital de Colonia Dignidad

(Die deutsche Übersetzung ist weiter unten zu finden.)

Evelyn Hevia Jordán es psicóloga social e historiadora. Nacida en Chile, estudia la historia del hospital Colonia Dignidad como parte de su proyecto de tesis. En la siguiente entrevista, nos habla de su apasionante proyecto de investigación, en el que trabaja en el Instituto de América Latina de la Universidad Libre de Berlín.

Meike Dreckmann-Nielen: ¿Cómo llegaste a investigar sobre la Colonia Dignidad?

Evelyn Hevia Jordán: Desde mis años de adolescencia el tema de la Colonia Dignidad estuvo presente en mi imaginario y conocimiento general como una secta alemana con un líder pederasta a la cabeza.  Tenía 16 años en 1997, cuando se produjo la fuga de Tobías Müller y Salo Luna, que tuvo una amplia cobertura de prensa, impactándome enormemente, pues éramos casi de la misma edad y nos tocaba enfrentar una vida tan diferente.

Años más tarde, como estudiante de psicología, tuve como profesor del ramo de psicopatología al Dr. Luis Enrique Peebles, quien como parte de su curriculum se presentó ante el curso como un “superviviente de la Colonia Dignidad” y “testigo clave contra Paul Schäfer y la Colonia”. En ese entonces, año 2003 ó 2004, Schäfer seguía prófugo de la justiciar chilena.

Desde mis años de estudiante universitaria me dediqué a trabajar como ayudante en asignaturas e investigaciones que tenían que ver con los procesos de elaboración del pasado reciente de la dictadura cívico-militar chilena, entonces la Colonia Dignidad era un tema que rondaba, pero no era mi foco. Fue acercándose a través de mi experiencia de trabajo como entrevistadora en el Archivo Oral de Villa Grimaldi, donde varios testigos se referían a la Colonia como un Centro de prisión política y tortura y como parte de la red de recintos secretos de la DINA. Sin embargo, solo, en 2013 fui invitada a participar en la elaboración de un primer proyecto de Archivo Oral cuyo foco era el caso Colonia Dignidad. Sin embargo, ese proyecto no se materializó, pero ese fue mi primer contacto investigando el caso. Ahí pude constatar por primera vez la magnitud y complejidad de este caso y de algún modo me sentí fuertemente llamada a intentar entender ¿cómo esto fue posible?  Desde entonces, el tema Colonia Dignidad, su pasado, pero, sobre todo, sus desafíos en el presente, sus actores y actrices se han vuelto el foco central de mi trabajo.

 

MDN: Eres psicóloga e historiadora, ¿cómo te ayuda esta combinación en tu trabajo sobre Colonia Dignidad?

EHJ: La interdisciplinariedad es necesaria e indispensable, siempre a mis estudiantes de metodologías de la investigación cualitativa les decía: “a problemas complejos, abordajes disciplinares y metodológicos complejos”.  De este modo, creo que una disciplina no puede ponerse como un traje que nos restrinja las posibilidades de comprender e intervenir en un fenómeno social. Así que me he formado en dos disciplinas que de algún modo se ocupan por el pasado, en la versión de la psicología más clásica centrada en el individuo, el foco está puesto en cómo ese pasado, las relaciones primarias, familiares y la socialización afecta la vida y relaciones en el presente para una persona. Por otro lado, la historia, nos ofrece una comprensión desde procesos sociales, políticos, culturales del pasado, para comprender nuestras problemáticas en el presente. Esto dicho de modo muy general, porque sabemos que para ambas disciplinas hay debates y corrientes que marcan diferencias.

De ambas, rescato su precisión y aportes metodológicos. La psicología me ha entregado valiosas herramientas en el trabajo directo con las personas, que hacen posible construir confianzas, cuidar el vínculo y respetar a todas las personas en su condición de seres humanos que han sufrido de diversos modos, en diversas circunstancias y por la acción u omisión de diversos actores. La reflexión ética, la capacidad de escucha, la confidencialidad y un análisis puesto en las relaciones, juegan un rol clave en ello. Por otro lado, está la historia, que me ha entregado una comprensión del contexto social, político, judicial y cultural de una determinada época.  El trabajo con archivos, fuentes, es una disciplina que invita a buscar la multiperspectiva y a cuestionar también la noción de verdad, con mayúsculas, me enseña a cultivar la cautela antes de dar algo por hecho, pues la historia también es el resultado del tiempo en que se escribe y de las condiciones de posibilidad o limitaciones que tiene quien la escribe. La historia, exige un examen constante de las fuentes y de los modos de interpretarlas.  Por ejemplo, en el caso Colonia Dignidad, existen numerosas declaraciones judiciales, pero hoy sabemos que muchas de ellas fueron hechas bajo presión de sus testigos en los tiempos de Schäfer, entonces es importante cuestionar el valor de verdad, lo que no significa que no sirvan para el trabajo histórico, pero hay que contrastar y analizarlas en ese marco temporal.

 

MDN: ¿Por qué has elegido el tema del hospital?

EHJ: En mi hipótesis central de investigación el hospital representa el centro del complejo funcionamiento de Colonia Dignidad y de algún modo, fue el que aseguró la institucionalización legal de la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad (SBED) en Chile, permitiendo su posterior consolidación y su funcionamiento por tanto tiempo a pesar de las denuncias ya existentes. Por otra parte, en torno al hospital se construyen y refuerzan una serie de discursos sobre el saber médico-científico y sobre las ideas germanófilas tan difundidas desde mucho antes en Chile: orden, limpieza, trabajo, esfuerzo, puntualidad, etc. También, elegí el hospital porque es un caso desafiante en términos éticos y políticos, quizás esto es lo más sensible y complejo, porque implica hablar de las zonas grises, como lo planteara Primo Levi.  El hospital cumplió un rol donde el Estado chileno se vio superado y se practicaron atenciones médicas efectivas que lo diferenciaban de un sistema de salud público deficitario, pero, por otro lado, el hospital contribuyó a esconder prácticas criminales y eso es un hecho que no lo digo yo, sino también lo han señalado ante la justicia quienes participaron y fueron víctimas de esos crímenes.

 

MDN: ¿Cuál es tu objetivo de investigación?

EHJ: Mi objetivo es reconstruir la historia del hospital, desde su instalación como hospital “El Lavadero”, hasta el cierre, como hospital “Villa Baviera”.  Para lo cual he determinado hasta ahora tres periodos históricos: Instalación e institucionalización; consolidación y cierre.   Por cierto, mi tesis doctoral es el primer trabajo con el foco puesto en el hospital y espero que luego vengan otros que profundicen, expliquen, amplíen o cuestionen mis hallazgos.

 

MDN: ¿Cuáles son tus fuentes?

EHJ: He trabajado y sigo trabajando con fuentes documentales escritas, prensa y entrevistas.

 

MDN: ¿Puedes compartir ya con nosotros algunos hallazgos? ¿O es demasiado pronto para eso?

EHJ: Todavía es pronto. Sin embargo, ha sido interesante en el contexto de mi primer capítulo donde pongo en contexto la instalación e institucionalización del hospital, observar la problemática histórica (de larga duración) que ha tenido (y tiene todavía) Chile para dar cobertura de salud pública a su población. La existencia de sociedades de beneficencia que llevaban (y llevan) a cabo tareas sanitarias no empieza ni termina con el hospital de la Colonia. Eso me llevó bastante tiempo estudiarlo y creo que queda asentado el contexto que hace posible la creación de este hospital, a pesar de que no contaba con los permisos legales de la autoridad sanitaria desde sus inicios, sino que estas autorizaciones se logran en el contexto de la comisión investigadora del parlamento en 1968. Hay que recordar que la personalidad jurídica era para beneficencia centrada en la educación.

Por otro lado, he observado cómo las conexiones germano-chilenas de larga data contribuyeron a cimentar un camino que facilitó ese proceso de institucionalización, donde participaron varios funcionarios y autoridades que tenían conexiones familiares o personales con Alemania y que tenían una muy buena opinión sobre lo que podría ofrecer una sociedad benefactora alemana en Chile.

Un tercer hallazgo preliminar, es que desde los orígenes la Colonia va a probar algunas estrategias para enfrentar sus acusaciones públicas y esto se observa en los orígenes del hospital. Por un lado, está la que he denominado “estrategia de los hechos consumados” y que en el caso del hospital va a permitir su legalización cuando ya llevaba varios años funcionando, pues hubiera sido “imposible” para las autoridades chilenas cerrar un hospital cuando el país en la década de los 60 tenía tantas necesidades sanitarias. Esta es una argumentación que queda incluso expresada en las intervenciones de Patricio Aylwin en 1968. Por otro lado,  está la “estrategia de los favores”, que en el caso del hospital se observa con el apoyo que el personal del hospital El Lavadero prestó ante la huelga nacional del sector salud en 1966. El apoyo al sector público de salud,  le valió el reconocimiento por escrito de autoridades sanitarias y el ofrecimiento de apoyo incondicional que quedó por escrito y que fue utilizado en defensa de la SBED en el marco de las acusaciones tras la fuga de Wolfgang Müller y Wilhelmine Lindemann en 1966 y en el marco de las investigaciones y discusiones parlamentarias de 1968.

 

MDN: ¿Cuál crees que es el mayor desafío de la investigación de Colonia Dignidad?

EHJ: Hay un desafío ético. Como dijo en cierta ocasión Horst Schaffrik, esto no es un tema del pasado, no es historia. Y tiene razón. No es un tema del pasado del que se pueda hacer historia como si las personas afectadas no siguieran vivas sufriendo las consecuencias de las acciones del pasado, pero también de las inacciones o falta de voluntad política del presente, que tan nítidamente vemos en el caso de familiares de detenidos desparecidos, quienes a casi 50 años siguen exigiendo saber dónde están y qué pasó con sus familiares, o de los jóvenes chilenos abusados sexualmente que llevan años esperando el pago de sus indemnizaciones. El desafío ético tiene que ver con el tratamiento que le damos al caso y a las personas que muchas veces nos cooperan, por ejemplo, con entrevistas. Hay que evitar caer en el “extractivismo académico”, donde vamos, entrevistamos y luego publicamos nuestros trabajos y nunca las personas entrevistadas supieron en qué y cómo usamos sus relatos.

Por otra parte, hay que desarrollar investigaciones que no solo contribuyan al conocimiento especializado de este tema, sino también al conocimiento público, el tema de la Colonia y de las violaciones a los DDHH son temas de interés público actual y también para las generaciones que vienen.

Un reto metodológico y analítico, tiene que ver con cómo se interpretan o analizan las fuentes, hay que desarrollar fórmulas que permitan contrastar fuentes. También, un reto es cómo acotar nuestros temas de investigación, creo que a todos quienes nos hemos aproximado al caos de la Colonia desde la investigación, nos ha pasado sentir la necesidad de explicarlo todo (lo que es imposible) para entrar en un foco específico.  Hoy se necesitan investigaciones que aborden tantas dimensiones particulares que nunca nadie ha pensado ni trabajado y desde diferentes enfoques científicos e incluso artísticos, creativos.

También hay un desafío idiomático, este es un caso que involucra dos idiomas y tenemos que hacer esfuerzos notables quienes nos interesamos por estos temas para aprender la otra lengua.

 

MDN: ¿Por qué te fascina el tema de la Colonia Dignidad?

EHJ: Es un tema que necesita un compromiso de larga data. En mi caso, me he acercado en mi rol como psicóloga social y luego como investigadora en historia. He conocido a los diferentes grupos de víctimas y el contacto con ellos y ellas me ha tocado en una dimensión de compromiso humano y profesional. Una no puede simplemente irse a la casa cuando hay tanto por hacer en el ámbito de la investigación, del acompañamiento, de la escucha, de la justicia, del conocimiento histórico, de la memoria y de la transmisión a las nuevas generaciones. Entonces, me compromete el trabajo en diferentes áreas que hay por hacer, las relaciones humanas que he ido construyendo y la confianza que muchos y muchas han puesto en mi persona, entonces todas son razones muy poderosas para seguir e intentar contribuir con un granito de arena a todo esto.

 

MDN: ¿Hay algún tema que, en tu opinión, debería recibir más atención en la investigación científica?

EHJ: Hay muchos temas, pues la investigación científica es muy reciente. Entonces, solo puedo alentar a investigadores jóvenes (y no tan jóvenes) a interesarse por este tema desde sus diferentes áreas de trabajo. También a los artistas y creadores, sabemos cuánto han aportado al debate y conocimiento público, las producciones audiovisuales, teatrales, novelas.

Eso sí, mi invitación es siempre considerando la dimensión ética en el trabajo. Estos son temas sensibles y que no pueden convertirse simplemente en objetos de estudio o creación, descuidando que nuestros principales interlocutores o público interesado son precisamente quienes fueron afectados por la Colonia.

 

MDN: ¿Qué consejo darías a las jóvenes becarias que quisieran iniciar un proyecto de investigación sobre el tema de la Colonia Dignidad?

EHJ: El primero y más fundamental, es el cuidado y respeto por el tratamiento de este tema, no olvidar que es un tema que interesa no solo en la academia sino a las personas que vivieron estos hechos, entonces ellos serán sus principales críticos. El segundo, es cuidarse y cuidar las relaciones que se establecen con las personas, hay que evitar caer en “alianzas” o “secretismos” que refuercen esquemas del pasado. Mantener durante el trabajo de investigación una actitud crítica y autocrítica respecto de las decisiones teóricas, metodológicas y éticas que se toman, ponderando sus efectos en los resultados. Mirar la multiperspectiva como algo que juega a favor de nuestro trabajo y no como una barrera.  Y, por último, construir redes de trabajo, colaborar, intercambiarse con colegas, eso siempre ayuda a mantener esa reflexividad en el proceso de investigación.

 

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Evelyn Hevia Jordán vor dem Krankenhaus der Colonia Dignidad (Copyright: Evelyn Hevia Jordán)

Evelyn Hevia Jordán über ihre Forschungen zum Krankenhaus der Colonia Dignidad

Evelyn Hevia Jordán ist Sozialpsychologin und Historikerin. Die gebürtige Chilenin befasst sich im Rahmen ihres Dissertationsprojekts mit der Geschichte des Krankenhauses der Colonia Dignidad. Im Folgenden Interview gibt sie einen Einblick in ihr spannendes Forschungsprojekt, welches sie am Lateinamerikainstitut der Freien Universität Berlin erarbeitet.

Meike Dreckmann-Nielen: Wie kamst du dazu, zur Colonia Dignidad zu forschen?

Evelyn Hevia Jordán: Seit meiner Teenagerzeit war das Thema der Colonia Dignidad als eine deutsche Sekte mit einem pädokriminellen Anführer an der Spitze präsent. Ich war im Jahr 1997 gerade 16 Jahre alt, als die Flucht der Colonia-Mitglieder Tobias Müller und Salo Luna Schlagzeilen in der Presse machte. Die Geschichte hatte einen großen Einfluss auf mich, da wir fast gleich alt waren und doch ein so unterschiedliches Leben vor uns hatten. Erst Jahre später, als Psychologiestudentin, wurde ich in Psychopathologie von Dr. Luis Enrique Peebles unterrichtet, der sich im Rahmen seines Lehrplans als „Überlebender der Colonia Dignidad“ und „Kronzeuge im Fall Paul Schäfer“ vorstellte. Zu diesem Zeitpunkt, etwa 2003 oder 2004, war Paul Schäfer noch auf der Flucht vor der chilenischen Justiz.

Während des Studiums hatte ich dann als studentische Mitarbeiterin in Projekten mitgearbeitet, die sich den Prozessen der Aufarbeitung der jüngsten Vergangenheit der chilenischen zivil-militärischen Diktatur widmeten. In diesem Kontext war die Colonia Dignidad zwar Thema, sie war aber nicht mein Schwerpunkt.

Das Thema Colonia Dignidad begegnete mir zunehmend im Kontext meiner Arbeitserfahrung als Interviewerin im Oral History Archiv der Villa Grimaldi. Dort hatten mehrere Zeitzeug:innen die Colonia als politisches Gefängnis und Folterzentrum, sowie als Teil des Netzwerks der DINA bezeichnetet. Im Jahr 2013 wurde ich schließlich eingeladen, an der Ausarbeitung eines der ersten Mündlichen Archive mitzuwirken, das sich mit dem Fall Colonia Dignidad befassen sollte. Dieses damalige Projekt kam zwar nie zustande, aber es war eben mein erster Kontakt mit diesem Fall. Dort konnte ich zum ersten Mal das Ausmaß und die Komplexität der Colonia Dignidad sehen. Jenes wollte ich immer besser zu verstehen lernen. Seitdem ist das Thema Colonia Dignidad, seine Vergangenheit, aber vor allem seine gegenwärtigen Herausforderungen, seine Akteure und Akteurinnen in den Mittelpunkt meiner Arbeit gerückt.

 

MDN: Du bist Psychologin und Historikern; wie hilft dir diese Kombination in deiner Arbeit zur Colonia Dignidad?

EHJ: Interdisziplinarität ist notwendig und unverzichtbar. Ich habe meinen Student:innen der qualitativen Forschungsmethodik immer gesagt: „Komplexe Probleme erfordern komplexe disziplinäre und methodische Ansätze“. Ich bin in zwei Disziplinen ausgebildet worden, die sich in irgendeiner Weise mit der Vergangenheit befassen. Die klassischere Version der Psychologie, die sich auf das Individuum konzentriert, legt den Fokus darauf, wie die Vergangenheit, also die frühen Beziehungen, die Familie und ihre Sozialisation das Leben in der Gegenwart beeinflusst. Auf der anderen Seite bietet uns die Geschichte ein Verständnis von sozialen, politischen, kulturellen Prozessen der Vergangenheit, um unsere sozialen, politischen und kulturellen Probleme in der Gegenwart zu verstehen. Das ist sehr allgemein gesagt, denn wir wissen, dass es für beide Disziplinen Debatten und Strömungen gibt, die unterschiedlich geprägt sind.

An beiden schätze ich ihre Präzision und ihre methodischen Ansätze. Die Psychologie hat mir in der direkten Arbeit mit Menschen wertvolle Werkzeuge an die Hand gegeben, um Vertrauen aufzubauen, die zwischenmenschliche Bindung zu pflegen und alle Menschen in ihrem Zustand als menschliche Wesen zu respektieren. Sie haben alle auf unterschiedliche Weise, unter unterschiedlichen Umständen und durch das Handeln oder Unterlassen verschiedener Akteur:innen gelitten. Ethische Reflexion, die Fähigkeit zuzuhören, Vertraulichkeit und Beziehungsanalyse spielen dabei eine zentrale Rolle.

Auf der anderen Seite gibt es die Geschichte, die mir ein Verständnis für den sozialen, politischen, rechtlichen und kulturellen Kontext einer bestimmten Zeit vermittelt hat. Die Arbeit mit Archiven und Quellen ist eine Disziplin, die mich dazu einlädt, eine Multiperspektive zu suchen und den Begriff der Wahrheit in Frage zu stellen. Sie lehrt mich, Vorsicht zu kultivieren, bevor ich etwas als selbstverständlich annehme, denn Geschichte ist auch das Ergebnis der Zeit, in der sie geschrieben wird, und der Bedingungen des Möglichen oder der Einschränkungen, die der*die Autor:in hat. Sie erfordert eine ständige Auseinandersetzung mit den Quellen und den Möglichkeiten, sie zu interpretieren. Zum Beispiel gibt es im Fall Colonia Dignidad zahlreiche gerichtliche Aussagen. Heute wissen wir allerdings, dass viele von ihnen unter dem Druck auf Zeug:innen während der Zeit Schäfers gemacht wurden, so dass es wichtig ist, ihren Wahrheitswert zu hinterfragen. Dies bedeutet nicht, dass sie für die historische Arbeit nicht nützlich sind, aber sie müssen in diesem Zeitrahmen kontrastiert und analysiert werden.

 

MDN: Warum hast du dir das Thema des Krankenhauses ausgesucht?

EHJ: In meiner zentralen Hypothese stellt das Krankenhaus das Zentrum des komplexen Funktionierens der Colonia Dignidad dar. In gewisser Weise war es dasjenige, das die legale Institutionalisierung der Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad in Chile sicherstellte, was dann ihre Konsolidierung und ihr Funktionieren für so lange Zeit trotz der Denunziationen ermöglichte. Andererseits werden um das Krankenhaus herum eine Reihe von Diskursen über medizinisch-wissenschaftliches Wissen und über die in Chile schon lange vorher verbreiteten germanophilen Vorstellungen konstruiert und verstärkt: Ordnung, Sauberkeit, Arbeit, Anstrengung etc. Ich habe das Krankenhaus auch deshalb gewählt, weil es in ethischer und politischer Hinsicht ein herausfordernder Fall ist. Vielleicht ist es der sensibelste und komplexeste Fall, weil er impliziert, über Grauzonen zu sprechen, wie Primo Levi es ausdrückte. Das Krankenhaus erfüllte eine Rolle, in der es den chilenischen Staat übertraf und eine effektive medizinische Versorgung bot, die sich von einem mangelhaften öffentlichen Gesundheitssystem abhob. Auf der anderen Seite trug das Krankenhaus dazu bei, kriminelle Praktiken zu verbergen. Das ist eine Tatsache, die ich nicht selbst behaupte, sondern auf die auch vor Gericht von denjenigen hingewiesen wurde, die an diesen Verbrechen beteiligt waren und Opfer davon wurden.

 

MDN: Was ist deine Forschungsabsicht?

EHJ: Mein Ziel ist es, die Geschichte des Krankenhauses zu rekonstruieren, von seiner Gründung als Krankenhaus El Lavadero bis zu seiner Schließung als Krankenhaus Villa Baviera. Zu diesem Zweck habe ich bisher drei historische Perioden bestimmt: Installation und Institutionalisierung, Konsolidierung und Schließung.

 

MDN: Was sind deine Quellen?

EHJ: Ich habe mit schriftlichen dokumentarischen Quellen, Presseveröffentlichungen und Interviews gearbeitet und werde dies auch weiterhin tun.

 

MDN: Kannst du schon ein paar Erkenntnisse mit uns teilen? Oder ist es dafür noch zu früh?

EHJ: Noch ist es etwas früh. Im Zusammenhang mit meinem ersten Kapitel, in dem ich die Einrichtung und Institutionalisierung des Krankenhauses in einen Kontext gestellt habe, war es jedoch interessant, die (seit langem bestehenden) historischen Probleme zu beobachten, die Chile bei der Versorgung seiner Bevölkerung mit öffentlichen Gesundheitsdiensten hatte (und immer noch hat). Die Existenz von Wohltätigkeitsvereinen, die Gesundheitsaufgaben wahrnahmen (und noch immer wahrnehmen), beginnt und endet nicht mit dem Krankenhaus der Colonia Dignidad. Es hat mich viel Zeit gekostet, dies zu studieren, und ich glaube, dass der Kontext, der die Gründung dieses Krankenhauses ermöglichte, feststeht, auch wenn es nicht von Anfang an über die gesetzlichen Genehmigungen der Gesundheitsbehörde verfügte, sondern diese Genehmigungen erst im Rahmen des parlamentarischen Untersuchungsausschusses von 1968 eingeholt wurden. Es sei daran erinnert, dass der Rechtsstatus gemeinnützigen Zwecken diente und der Schwerpunkt auf der Bildung lag.

Andererseits habe ich beobachtet, wie langjährige deutsch-chilenische Verbindungen dazu beigetragen haben, einen Weg zu ebnen, der diesen Institutionalisierungsprozess erleichterte, an dem mehrere Beamte und Behörden beteiligt waren, die familiäre oder persönliche Verbindungen zu Deutschland hatten und die eine sehr gute Meinung davon hatten, was eine deutsche Wohlfahrtsgesellschaft in Chile bieten könnte.

Ein drittes vorläufiges Ergebnis ist, dass die Colonia von Anfang an einige Strategien versuchte, um sich den öffentlichen Anschuldigungen zu stellen, was sich in den Ursprüngen des Krankenhauses zeigt. Einerseits gibt es das, was ich die „Strategie der vollendeten Tatsachen“ genannt habe, die im Fall des Krankenhauses dessen Legalisierung ermöglichte, als es bereits seit mehreren Jahren in Betrieb war. Es wäre für die chilenischen Behörden „unmöglich“ gewesen wäre, ein Krankenhaus zu schließen, als das Land in den 1960er Jahren so viele gesundheitliche Bedürfnisse hatte. Dieses Argument kommt sogar in den Reden von Patricio Aylwin im Jahr 1968 zum Ausdruck. Andererseits gibt es die „Strategie der Gefälligkeiten“, die sich im Falle des Krankenhauses in der Unterstützung des nationalen Streiks im Gesundheitssektor im Jahr 1966 durch das Personal des Krankenhauses El Lavadero zeigt. Diese Unterstützung des öffentlichen Gesundheitswesens wurde von den Gesundheitsbehörden schriftlich anerkannt und zur Verteidigung der SBED im Zusammenhang mit den Anschuldigungen nach der Flucht von Wolfgang Müller und Wilhelmine Lindemann im Jahr 1966 sowie im Rahmen der parlamentarischen Untersuchungen und Diskussionen im Jahr 1968 herangezogen.

 

MDN: Was ist deiner Meinung nach die größte Herausforderung an der Forschung zur Colonia Dignidad?

EHJ: Es gibt eine ethische Herausforderung. Wie der Colonia-Zeitzeuge Horst Schaffrik einmal sagte: Das ist keine Sache der Vergangenheit, das ist keine Geschichte. Und er hat Recht. Es handelt sich nicht um ein Thema der Vergangenheit, das man zur Geschichte machen kann, als ob die Betroffenen nicht noch am Leben wären und unter den Folgen vergangener Handlungen leiden würden, sondern auch um die Untätigkeit oder den mangelnden politischen Willen der Gegenwart, was wir so deutlich im Fall der Angehörigen von verschwundenen Häftlingen sehen, die fast 50 Jahre später immer noch verlangen, zu erfahren, wo sie sind und was mit ihren Angehörigen passiert ist. Oder der sexuell missbrauchten jungen Chilenen, die seit Jahren auf ihre Entschädigung warten. Die ethische Herausforderung hat mit der Behandlung zu tun, die wir dem Fall und den Menschen geben, die oft mit uns kooperieren, zum Beispiel bei Interviews. Wir müssen vermeiden, in die Falle des „akademischen Extraktivismus“ zu tappen, wo wir hingehen, Interviews führen und dann unsere Arbeit veröffentlichen und die Menschen, die wir interviewt haben, nie erfahren, wie wir ihre Geschichten verwendet haben.

Andererseits müssen wir Forschungen entwickeln, die nicht nur zum Fachwissen über dieses Thema beitragen, sondern auch zum öffentlichen Wissen. Das Thema der Kolonie und der Menschenrechtsverletzungen ist ein Thema von aktuellem öffentlichen Interesse und auch für die kommenden Generationen wichtig.

Eine methodische und analytische Herausforderung hat damit zu tun, wie die Quellen interpretiert oder analysiert werden. Es ist notwendig, Formeln zu entwickeln, die es uns erlauben, Quellen zu kontrastieren. Ich glaube, dass alle von uns, die sich dem Chaos der Colonia durch Forschung genähert haben, das Bedürfnis hatten, alles zu erklären (was unmöglich ist), um in einen bestimmten Fokus zu gelangen. Wir brauchen heute eine Forschung, die sich mit so vielen besonderen Dimensionen befasst, an die noch niemand gedacht oder gearbeitet hat, und zwar mit unterschiedlichen wissenschaftlichen und sogar künstlerischen, kreativen Ansätzen.

Es gibt auch eine sprachliche Herausforderung, denn es handelt sich um einen Fall, der zwei Sprachen betrifft, und diejenigen von uns, die sich für diese Themen interessieren, müssen bemerkenswerte Anstrengungen unternehmen, um die andere Sprache zu lernen.

MDN: Warum fasziniert dich das Thema Colonia Dignidad?

EHJ: Es ist ein Thema, das ein langjähriges Engagement erfordert. In meinem Fall habe ich mich ihr in meiner Rolle als Sozialpsychologin und dann als Forscherin in der Geschichte genähert. Ich habe verschiedene Gruppen von Opfern getroffen und der Kontakt mit ihnen hat mich in einer Dimension des menschlichen und beruflichen Engagements berührt. Man kann nicht einfach nach Hause gehen, wenn es so viel zu tun gibt auf dem Gebiet der Forschung, der Begleitung, des Zuhörens, der Gerechtigkeit, des historischen Wissens, der Erinnerung und der Weitergabe an neue Generationen. Ich engagiere mich also für die Arbeit, die in verschiedenen Bereichen getan werden muss, für die menschlichen Beziehungen, die ich aufgebaut habe, und für das Vertrauen, das viele in mich gesetzt haben. Das sind alles sehr starke Gründe, weiterzumachen und zu versuchen, ein Körnchen Sand zu all dem beizutragen.

 

MDN: Gibt es ein Thema, das deiner Meinung nach, mehr Aufmerksamkeit bekommen sollte?

EH: Es gibt viele Themen, da die wissenschaftliche Forschung sehr aktuell ist. Ich kann also junge (und nicht mehr ganz so junge) Forscher:innen nur ermutigen, sich in ihren verschiedenen Arbeitsbereichen mit diesem Thema zu beschäftigen. Auch Kunstschaffende und Künstler, von denen wir wissen, wie viel sie zur Debatte und zum öffentlichen Wissen beigetragen haben, audiovisuelle Produktionen, Theaterstücke, Romane.

Natürlich ist meine Aufforderung immer, die ethische Dimension der Arbeit zu berücksichtigen. Das sind heikle Themen, die nicht einfach zu Studien- oder Gestaltungsobjekten werden können, wobei wir die Tatsache vernachlässigen, dass unsere Hauptgesprächspartner:innen oder die interessierte Öffentlichkeit genau diejenigen sind, die von der Kolonie betroffen waren.

 

MDN: Was würdest du Nachwuchswissenschaftle:rinnen raten, die eine Forschungsarbeit zum Thema Colonia Dignidad aufnehmen möchten?

EHJ: Die erste und grundlegendste ist die Sorgfalt und der Respekt im Umgang mit diesem Thema. Vergessen Sie nicht, dass es sich um ein Thema handelt, das nicht nur für Akademiker von Interesse ist, sondern auch für die Menschen, die diese Ereignisse miterlebt haben. Also werden sie die Hauptkritiker:innen sein. Zweitens ist es wichtig, auf sich selbst und die Beziehungen zu den Menschen zu achten, um nicht in „Allianzen“ oder „Heimlichkeiten“ zu verfallen, die die Muster der Vergangenheit verstärken. Während der Forschungsarbeit eine kritische und selbstkritische Haltung im Hinblick auf die getroffenen theoretischen, methodischen und ethischen Entscheidungen bewahren und deren Auswirkungen auf die Ergebnisse abwägen. Betrachten Sie die Multiperspektive als etwas, das für unsere Arbeit förderlich ist und nicht als Hindernis. Und schließlich hilft der Aufbau von Netzwerken, die Zusammenarbeit, der Austausch mit Kolleg:innen immer, diese Reflexivität im Forschungsprozess zu erhalten.

 


Hier gehts zu einem Zeitzeugen-Bericht über das Krankenhaus der Colonia Dignidad. 

die Autorin

Posted by MD on

Meike Dreckmann-Nielen hat am Arbeitsbereich Geschichtsdidaktik der Freien Universität Berlin zum Thema Colonia Dignidad promoviert. Ihre Doktorarbeit wurde im Frühjahr 2022 unter dem Titel „Die Colonia Dignidad zwischen Erinnern und Vergessen. Zur Erinnerungskultur in der ehemaligen Siedlungsgemeinschaft“ im Transcript-Verlag veröffentlicht. Darin untersucht die Wissenschaftlerin, wie sich einstige Mitglieder der Gruppe heute an ihre eigene Vergangenheit erinnern. In ihrer Studie ermöglicht Meike Dreckmann-Nielen einen intimen Einblick in komplexe erinnerungskulturelle Dynamiken im Mikrokosmos der ehemaligen Siedlungsgemeinschaft.

Neben ihrem Forschungsschwerpunkt der Erinnerungskultur/Geschichtskultur interessiert sie sich außerdem auch besonders für die Frauen- und Geschlechtergeschichte der Colonia Dignidad. Gefördert wurde ihr Dissertationsprojekt von der Heinrich Böll Stiftung.

Buchcover Meike Dreckmann-Nielen

Das Buch kann als OpenAccess-Publikation kostenlos digital abgerufen werden oder für 29€ als Print-Version u.a. direkt beim Verlag bestellt werden. 

 

Erstmals reiste Meike Dreckmann-Nielen im Frühjahr 2016 in die ehemalige Colonia Dignidad, als sie von ihren damaligen Kolleginnen im Museo de la Memoria y los Derechos Humanos in Santiago de Chile auf die deutsch-chilenische Geschichte der Colonia Dignidad aufmerksam gemacht wurde.

Im Mai 2019 kehrte sie von einem längeren Forschungsaufenthalt in diversen chilenischen Archiven und der heutigen Villa Baviera zurück. In Chile führte sie unter anderem Interviews mit Bewohner*innen und Ex-Bewohner*innen der ehemaligen Colonia Dignidad, Aktivist*innen, Politiker*innen, chilenischen Opfern und dem gegenwärtig noch aktiven Psychotherapeuten-Team.

In Lüneburg, Barcelona und Berlin studierte sie Angewandte Kulturwissenschaften, Wirtschaftspsychologie und Public History. Beruflich warMeike Dreckmann-Nielen unter anderem in einer Berliner Gedenkstätte und einer politischen Stiftung, den Goethe-Instituten Korea und Thailand, dem deutschen Generalkonsulat in New York, sowie in einem Berliner Start-Up tätig. Zuletzt war sie Wissenschaftliche Mitarbeiterin am Arbeitsbereich Didaktik der Geschichte an der Freien Universität im Forschungsprojekt „Zug in die Freiheit„. Derzeit befindet sie sich in Elternzeit.